51 NEMATODOS Como muestra un ejemplo. Se estima que las pér- didas de producción provocadas por especies de Meloidogyne en la cuenca mediterránea sobre cul- tivos hortícolas se sitúan entre el 15 y el 60% (Castillo y Verdejo, 2011). Otros estudios establecen que las pérdi- das económicas anuales son equivalentes al 80 billones de dólares en cultivos tan variados como leguminosas, granos, banano, coco, remolacha azucarera, hortalizas y algunos frutales entre otros (Sasser y Freckman, 1987). Conviene destacar que, en el caso de los nematodos, los daños mecánicos directos provocados por el hecho de alimentarse son leves. Es el proceso de alimentación lo que lleva asociado una serie de reacciones capaces de transformar las células vegetales donde el nematodo es- tablecerá el sitio de alimentación. Parece ser que la se- creción de saliva introducida en los tejidos de las plantas es la causante de la mayoría de los daños (Agrios, 2005). Por otro lado, la mayor o menor manifestación de los sín- tomas depende fundamentalmente de las densidades de población en el suelo y las raíces, de las condiciones am- bientales y de la relación parásito-hospedante (suscepti- bilidad del cultivar). Estrategia integral Hoy en día no existe un método de control nematológico que pueda ser considerado eficaz y universal al 100%. Es por ello que, al enfrentarnos ante el reto de solucionar las enfermedades causadas por nematodos, se debe involu- crar la integración de varios métodos de control. Resulta de vital importancia establecer una estrategia integral capaz de abordar la problemática desde una perspectiva global. Varios son los puntos a tener en cuenta ante esta compleja situación: 1. Diagnóstico adecuado. Dada la manifestación de sín- tomas no-característicos, se hace necesario recurrir a analíticas que permitan establecer tanto la especie concreta como su densidad en suelo (y raíces en su caso). 2. Conocer la disponibilidad de cultivares resistentes y/o el injerto sobre patrones resistentes. Pese a los enormes avances en este ámbito, su facilidad de uso y las altas eficacias, debe contemplarse que no siem- pre son una herramienta disponible, que existen (o po- demos llegar a seleccionar) razas virulentas capaces de romper la resistencia y que, en función de las con- diciones ambientales, dicha resistencia puede llegar a inactivarse. 3. Combinación de desinfecciones químicas y/o bio- lógicas, junto con otras herramientas de protección biológica y bioestimulación del cultivo. Dentro de las técnicas de desinfección se hace una leve descripción de las principales. a. Desinfección química: técnica ampliamente establecida y disponible. Sin embargo en mu- chas ocasiones su inadecuada utilización y Testigo sin tratar. Cultivo tratado con Seiland. tecnología