39 ORNAMENTAL tres períodos de crecimiento, primera semana de mayo, agosto y marzo (Figura 1a). Las plantas de ambos tratamientos de riego deficitario redujeron este parámetro y mostraron un cierto retraso en al- canzar el máximo respecto del control. Este mismo comportamiento se ha podido observar en condi- ciones controladas en esta especie y en otras es- pecies ornamentales (Sánchez-Blanco et al., 2009; Álvarez et al., 2011). El riego deficitario redujo la lon- gitud total de raíces de forma proporcional al nivel de déficit aplicado (Tabla 1). En relación a la distri- bución de las raíces, RDM aumentó el porcentaje de raíces con un diámetro entre 0,5 y 2 mm y dis- minuyó aquellas con un diámetro menor de 0,5 mm, comparado con el control. Esto mejora el so- porte físico, fortalece las raíces y disminuye la po- sibilidad de ruptura durante el transplante y ayuda a un establecimiento más rápido de las plantas or- namentales en su uso en jardinería y paisajismo (Cameron et al., 2006; Bañón et al., 2006; Franco et al., 2006). Al final del ensayo se produjo la mayor intensidad de la floración (Figura 1b). Después de 53 semanas de riego deficitario RDS redujo el número de inflo- rescencias por planta en comparación con el con- trol, pero RDM no vio reducido la intensidad de la floración, a pesar de la drástica reducción del aporte hídrico con respecto al control. No se observaron cambios en el color de las hojas de las plantas de RDM en relación al control (Tabla 2). Las hojas de las plantas del tratamiento RDS presentan un mayor valor de hue y menor valor de croma, es decir hojas más verdes pero con un color más mate, menos vivo que las de las plantas control. El riego deficitario puede reducir la intensidad de la flo- ración, adelantar, retrasar o acortar la floración (Cuevas et al., 2009; Bernal et al., 2011). Los diferentes niveles de estrés hídrico aplicados en nuestro experimento pro- dujeron diferentes respuestas en la calidad de las plantas de C. citrinus, con lo que la severidad del estrés es un factor importante a tener en cuenta a la hora de aplicar estrategias de riego deficitario. El grado de déficit hídrico influyó en el desarrollo floral, pero que en nuestras con- diciones las plantas de callistemon pueden enfrentarse a situaciones moderadamente limitantes de agua, sin perder su valor ornamental (Henson et al., 2006). Figura 1: Tasa relativa de crecimiento (A), número de inflorescencias por planta (B) y eva- potranspiración (C) en plantas de callistemon sometidas a distintos tratamientos de riego. Relaciones hídricas y eficiencia en el uso del agua El consumo diario varió a lo largo del ensayo, fue mayor en los meses de verano y disminuyó en invierno, es decir, está estrechamente relacionado con las variables climáticas, temperatura y DPV, aunque la tasa de evapo- transpiracion (ET) también está influenciada por los pe- riodos de crecimiento activo y de formación de las inflorescencias (Figura 1c). ET fue mayor en las plantas control que en las plantas de ambos tratamientos de riego deficitario debido a la mayor cantidad de agua disponible en el sustrato (Jaleel et al., 2008; Lenzi et al., 2009). El potencial hídrico foliar tuvo los valores máximos en di- ciembre y los mínimos en agosto, cuando los valores de temperatura y DPV fueron mayores (Figura 2a). En gene- ral, los valores más altos de Ψh correspondieron a las plantas control, aunque estas diferencias entre tratamien- tecnología