80 De todas formas, existen algunas diferencias aún que nos separan y no siempre en sentido positivo de nuestros co- legas centroeuropeos, salvando las diferencias geográfi- cas, legislativas o laborales. En primer lugar una diferencia de mentalidad a la hora de acometer los proyectos y me refiero a la mentalidad más “largoplacista” y programadora de los alemanes, donde antes de embarcarse y poner en manos de un tercero toda la apuesta logística de su com- pañía, analizan mucho más en detalle a ese proveedor. Deben garantizarse por un lado un producto de calidad capaz de cumplir con los acuerdos iniciales, una expe- riencia y 'know how' realmente contrastados y una conti- nuidad de la misma para asegurar la máxima disponibilidad del futuro centro logístico. Sólo así pasan al cálculo de los retornos de inversión, ya que de otra manera éstos acaban no siendo reales. Se tiene además en cuenta la cultura de ambas empresas, que debe ir como mínimo alineada para garantizar el éxito del proyecto. Existe también un largo camino por mejorar, pero a la vez un gran potencial de mejora para el tejido empresarial pyme, que se encuentra en nuestro país aún lejos del nivel competitivo de la pyme centroeuropea a nivel macro, y que puede dificultar su nivel de competitividad interna- cional para la exportación, debido a que ésta ha sido his- tóricamente más reticente a realizar apuestas importantes para aumentar su grado de automatización. Aunque toda inversión debe realizarse con el mayor nivel de rigor y de análisis, para mantener nuestra participación de mercado o para ganar cuota y mejorar la posición estratégica, será necesario realizar apuestas que comprometan a las com- pañías, con sentido común pero con decisión. Para ello, y más aún en las pymes la implicación de la Propiedad o de la Dirección se hace imprescindible. La pyme y su equipo directivo tiene, en mi opinión, la obligación de realizar dentro de un plan estratégico una reingeniería de sus procesos, a fin de analizar alternativas a su sistema operativo actual. Este último punto nos lleva a la lamentable situación que vuelve a diferenciarnos de Alemania, y es que las empresas españolas con visión, sanas en el ámbito económico y financiero, y con una apuesta por la innovación, se encuentran con muchos problemas para conseguir financiación para proyectos to- talmente viables. Esto es impensable en otros países, ya que sus gobiernos han tomado medidas al respecto cuando ha sido necesario. Por ejemplo, a pesar de la crisis, se han financiado impor- tantes proyectos de investigación por parte del ministerio alemán de economía, tal y como comenta Frank Heptner al respecto (responsable operativo de proyectos interna- cionales del grupo viastore en nuestra central en Alema- nia) como él. 'Effizienz Cluster für Logistik' con un presupuesto de 80 millones de euros. De estas activida- des de investigación y planificación han surgido muchos proyectos para mejorar la eficiencia de la logística alema- na. Ésta es sin duda una de la razones que explica cómo después de la crisis en 2009, el mercado intralogístico ale- mán se ha recuperado de forma muy ágil, garantizando análisis de proyectos y facilitando inversiones para volver a aumentar su competitividad. Cabe destacar un sector en concreto mucho más auto- matizado en Alemania que en España, a pesar de que son muchas las variables técnicas y económico-operati- vas que claman por una reingeniería a fondo, y es el de la logística del frío, refrigerado o congelado. No tiene sen- tido tener paletas de congelado almacenadas en alma- cenes convencionales manuales, debido a los increíbles costes energéticos y al espacio exagerado que requie- ren, igual que tener operarios trabajando en operaciones de picking en congeladores, ni por coste ni por ergono- mía de nuestro personal. Es cierto que se ha notado una tímida corriente de análisis e inversiones en este campo, tanto en fabricantes como operadores logísticos, pero el campo de mejora al respec- to es todavía muy importante. De igual forma que en la lo- gística a temperatura controlada, los operadores logísticos en nuestro país se encuentran en niveles de automatiza- ción mucho más bajos que en Alemania, donde están dis- puestos a ceder algo de flexibilidad en favor de la competitividad final, consiguiendo sistemas creativos pero automatizados, adaptados a las necesidades y peculiari- dades concretas de este sector, ligado a unos contratos de servicio por tiempos muy definidos. De todas maneras y por finalizar, la necesidad de automa- tización en nuestros centros logísticos, que venía siendo logística aplicada