48 GESTIÓN INTEGRADA cultivos y comunidades más activas en este campo. Entre ellas, no hay duda que se encuentra Andalucía, lo que no puede sorprendernos dada la importancia de la agricultura en esa Tierra. La presencia de varias universidades y el CSIC en la Comu- nidad con programas muy relevantes para la GIP, el esfuerzo de la administración en promover el asociacionismo alrededor de la asesoría técnica en sanidad vegetal, el dinamismo de algunos sectores agrícolas punteros en recabar esa misma asesoría son factores que, entre otros, han ayuda- do a ofrecer ese progreso tan significativo en la Comunidad. La evolución de la producción integrada La producción integrada es una tecnología que ha progresado muy en relación con el avance científico desde su enunciado for- mal hace algo menos de 50 años. Desta- caría en ella el énfasis que se pone en el desarrollo integrado de la tecnología de producir y proteger nuestras cosechas. No tiene corsés apriorísticos si no están ava- lados por los datos. Los productos fitosa- nitarios cubren las necesidades de control cuando el agrosistema no ofrece alternativas o no sabemos aprove- charlas. Son, por tanto, imprescindibles en muchas ocasio- nes pero aun en esos casos podemos utilizarlos mejor de lo que lo hacemos en ocasiones y, a pesar del progreso experimentado, seguimos faltos de herramientas necesa- rias para un uso más sostenible de los fitosanitarios; por ejemplo, de valores fiables de umbrales económicos y de técnicas de seguimiento fenológico de poblaciones de in- sectos y ácaros. Los insectos amigos Hay insectos y ácaros que son beneficiosos para el control de plagas. Su utilización es creciente y en algunos casos espectacular la velocidad con la que ha crecido su uso. El caso del control de plagas en los invernaderos en la cuenca septentrional del Mediterráneo es una de las muestras más ilustrativas. No se puede decir cuáles son los enemi- gos naturales, ni siquiera los más comunes ya que sería necesario mucho tiempo pero hoy en día hay más de cien enemigos naturales que se venden en Europa para el con- trol biológico por parte de decenas de empresas. Aun sien- do espectacular esos avances, lo son tanto o más los re- gistrados en el control biológico de conservación —con- servar y potenciar los enemigos naturales que ya tenemos en nuestros agrosistemas. En Lleida, hace quince años eran necesarios 4 ó 5 tratamientos específicos para el con- trol de la llamada ‘araña roja’ de los manzanos; hoy en día la media de tratamientos específicos para esa plaga está por debajo de uno. El aparente milagro se ha debido a que hemos aprendido, gracias a la investigación que se ha hecho en las universidades y a la asesoría de los servicios de sanidad vegetal y los técnicos de ADV, a manejar los ácaros depredadores que están presentes en nuestros huertos de manzanos y perales. De esos ejemplos hay unos cuantos en la agricultura europea. Hay que conocer mejor qué depredadores, parasitoides y entomopatógenos tenemos en nuestros campos, cómo funcionan y aprender a sacar partido de los mismos. Los preparados naturales Desde hace tiempo conocemos que las plantas tienen compuestos que les permiten defenderse de los insectos y ácaros fitófagos que pretenden obtener en ellas su ali- tecnología