47 GESTIÓN INTEGRADA que causan esos fitófagos en las plantas cultivadas y para hacer que las plantas sean más resistentes o tolerantes a las plagas. No olvidemos, por otra parte, que las técnicas modernas de modificación de los genomas de las plantas están permitiendo que se dispongan de plantas con me- canismos muy diversos de resistencia. El progreso en ese campo en el plano comercial está sólo en los comienzos y podría ser más rápido si perdemos el miedo, que no la cau- tela científicamente rigurosa, a las aplicaciones biotecno- lógicas en la agricultura como no lo ha tenido la medicina humana y veterinaria; no se entiende por qué lo tiene la medicina vegetal. Por fin, un tercer ámbito de innovación creciente en los úl- timos tiempos en la gestión integrada de plagas es en el de la comunicación interna de las especies de insectos y ácaros (feromonas, básicamente) y la que establecen con las plantas de las que alimentan. A ésta última ya nos hemos referido en el párrafo anterior; en el campo de las feromonas sigue avanzando en todo el mundo la superficie agrícola cubierta con feromonas, sobre todo para la confu- sión sexual (la aplicación en las parcelas de cultivo de sus- tancias que sirven de comunicación sexual entre machos y hembras que impide el encuentro entre ambos). Tengo la impresión, aunque no tengo datos reales que la funda- menten, que el avance en la aplicación en ese campo de la feromonas no es seguido a la misma velocidad por la in- vestigación básica sobre cómo se produce la comunicación a través de esos mediadores. Si esa impresión se corres- ponde con la realidad estaríamos en la situación inversa a la descrita en el párrafo anterior en el que el rápido avance teórico da sus frutos en desarrollos tecnológicos a una ve- locidad menor. El Plan de Acción Nacional para el Uso Sostenible de los Productos Fitosanitarios Indudablemente la aplicación del RD1311/2012 va a dar, ya lo está dando y por lo menos se habla de ello, un em- pujón al progreso de la sanidad vegetal en la agricultura es- pañola. Desde la Asociación Española de Sanidad Vegetal (Aesave) hemos seguido en los dos últimos años la gesta- ción de ese desarrollo legislativo, tanto el propio RD como el Plan de Acción Nacional (PAN) que se deriva del anterior y lo seguimos haciendo tratando de aportar el punto de vista de más de mil profesionales de la sanidad vegetal a la mesa sectorial correspondiente del Magrama. Se han hecho avances importantes en las intenciones expresadas en el PAN aunque quizás se haya sido excesivamente lento o cauteloso en algunos aspectos tales como la formación necesaria para los asesores de GIP, figura clave para la apli- cación de la GIP en el campo, o en la obligatoriedad de dis- poner de asesores de GIP en cultivos que cubren millones de hectáreas de la agricultura española como los cultivos extensivos. Habrá que esperar, tal como ha expresado re- petidamente el Magrama, que estamos al principio y que es su intención ir modificando y ampliando el campo de aplicación previsto actualmente en el PAN. El reto 2014 A partir del año 2014 será obligatorio que todas las explo- taciones realicen un monitoreo de plagas. Pero, ¿asumirá el agricultor estos trámites como una traba o como una in- versión? En mi opinión, si el agricultor lo ve como un coste más para cumplir con las normas estamos perdidos. Es un reto para el mundo técnico de la sanidad vegetal en Europa que el agricultor pueda comprobar que la asesoría de GIP le permite mejorar la productividad y, por tanto, el beneficio al mismo tiempo que cumple con las normas de la agricul- tura europea y le mantiene los mercados actuales e incluso le abre otros que son muy exigentes en esas materias de salubridad alimentaria. Fíjense la cantidad de técnicos que hoy en día actúan en la agricultura española bajo diversos paraguas y denominaciones: técnicos de producción inte- grada, técnicos de ADV, de Atria, etc. Lo hacen porque se ganan su sueldo, porque el agricultor ve que les resuelven problemas y les ayudan a mantener la rentabilidad de su explotación hasta el punto que en la sanidad vegetal de la agricultura española hay un antes y un después de que esos técnicos empezaran a actuar. Si no fuera así, habrían desaparecido. Seamos por tanto optimistas. Los cultivos y las técnicas Lo que marca la diferencia en el progreso de aplicación de la GIP es, sobre todo, el tipo de cultivo. Sin hacer un reco- rrido sistemático por todos los cultivos, los cultivos hortí- colas, los frutícolas y los cítricos son los que han mejorado más sensiblemente en los últimos años en lo que respecta al control de las plagas en sentido estricto, es decir, el con- trol de insectos y ácaros fitófagos; no me atrevo a opinar sobre el control de enfermedades y malas hierbas. En otros cultivos como el olivo o la alfalfa, por ejemplo, han experimentado avances notables en plagas concretas. Es una visión, la mía, muy parcial y otros colegas pueden tener otra opinión. Hay varios indicadores que, de conocer su evolución en los últimos lustros, nos permitirían respon- der con más precisión y objetividad a la pregunta de los tecnología