Las grandes marcas chocolateras han tomado conciencia del problema lo mismo que los chocolateros artesanos. Crecientemente buscan comprar su cacao de cadenas de valor más seguras y sostenibles. Y están dispuestos a invertir y pagar más a los productores con tal de conseguir este objetivo y con ello minimizar los riesgos. Las compañías tienen varias opciones para mejorar sus cadenas de valor y asegurarse un cacao bueno en todos los sentidos. Confían sobre todo en certificaciones voluntarias independientes de distinta índole. La certificación Fair- trade, por ejemplo, que nace desde el movimiento de Comercio Justo, asegura no sólo condiciones de cultivo amigables con el medio ambiente sino también criterios éticos como la prohibición del trabajo infantil, un precio mínimo que cubre los gastos de una producción sostenible y el pago de una prima social que las cooperativas de pequeños productores invierten en proyectos sociales y de desarrollo que benefician a toda la comunidad. Lascertificacionestienenparalasempresasdealimenta- ción la ventaja que garantizan la trazabilidad del producto y son independientes, lo que otorga mayor credibilidad para la marca que se certifica. / El chocolate es un producto gourmet y de gran consumo. Marcas internacionales como Cadbury han optado por cambiar a un 100% de chocolate certificado Fairtrade para poder ofrecer una garantía seria a los consumidores Esta nueva tendencia hacía “lo razonable” es una oportu- nidad excelente para que la producción del cacao se convierta en una oportunidad de desarrollo económico y social en las zonas de origen del producto, principalmente en África Occidental y en América Latina. Industria chocolatera y certificación ética: nuevas alianzas / 23 Reportaje