de hormonas que influyen en el crecimiento y otros vinculados a la producción de celulosa. Ésta deter- mina, por ejemplo, que una rama sea más rígida o flexible y, por tanto, que el porte del olivo sea erecto o llorón”, indica la experta. La identificación de este material genético se realizó a partir del análisis de más de 30.000 genes, presen- tes en cuatro variedades de olivo: picual, arbequina, chiquitita y arbosana. “Hemos comparado el perfil de genes que se expresan en árboles con arquitectura o aspecto muy diferente pero que también tengan un interés comercial. Por ejemplo, picual es la que se cultiva en mayor número de hectáreas y arbequina genera la mayor producción de aceituna para aceite”, comenta la investigadora. Influencia en la recolección Según los expertos, los resultados obtenidos, recogi- dos en un artículo publicado en la revista Frontiers in plant science, son una herramienta útil para seleccio- nar variedades que, según su aspecto, aumenten el rendimiento del olivar. “Si el tamaño del árbol es más pequeño y las copas tienen un crecimiento a lo alto y no a lo ancho, se pueden sembrar a corta distancia los unos de los otros porque no se darían sombra. Por lo tanto, se podría aumentar el cultivo y la producción”, aclara la autora de este estudio. Además, continúa, la selección genética también influye en la maquinaria utilizada para la recolección del fruto. “Si el olivo no es demasiado alto y no tiene una copa muy amplia, puede utilizarse un modelo de cosechadora, que se llama cabalgadora, más cómoda y rápida que el tradicional vareo a mano. Desde un punto de vista práctico, es importante que el árbol se desarrolle de una manera u otra”, expone la investigadora. De la misma forma, prosigue la experta, el uso de vibradoras en la cosecha sólo es viable en árboles de copa recogida y tronco Cultivo intensivo de olivos en Andalucía. Foto: Fundación Descubre. Imagen del grupo investigadores: Juan José González, Inmaculada Ortiz, sentada, y Carmen R. Beuzón, a su derecha. Foto: Fundación Descubre. fino y algo flexible. “Esta máquina, dotada de una especie de pinza que agarra y agita el árbol, es práctica en variedades con estas características. Así, la estructura del olivo puede condi- cionar no solamente el rendimiento de la parcela; también el sistema de recolección”, justifica Carmen Beuzón. El próximo objetivo de los investigadores es la secuenciación del genoma completo del olivo, un proyecto liderado por Francisco Luque, de la Universidad de Jaén, y el Instituto de Formación Agraria y Pesquera (IFAPA) de Córdoba. “Hasta ahora, se cono- cen transcriptomas del olivo, es decir, conjuntos de genes que se expresan en una actividad concreta. Por ejemplo, se ha identifi- cado el material genético relacionado con el tamaño del árbol, la maduración del fruto o el inicio de la producción. Pero nunca se ha abordado un estudio completo. A pesar de ser un cultivo emblemático, se desconocen las claves que regulan su funcio- namiento”, concluye la autora.• Olivar 39