Figura 1. 1) Olivos afectados por Xylella fastidiosa; 2) Necrosis y marchitamiento en hojas de vid por el patógeno; 3) Philaenus spumarius, uno de los vectores del patógeno; 4) La bacteria X. fastidiosaa vista de microscopio, en una sección transversal del vaso del xilema. Fuente: Fotos 1 y 2, Mediterranean Plant Protection Organization (EPPO, 2018); Foto 3, Charles J. Sharp (2018); y Foto 4 (Lima et al., 1998). XYLELLA FASTIDIOSA 29 y a las administraciones competentes. Los medios de comuni- cación se refieren continuamente al problema y a los riesgos que comporta. El último informe de la Autoridad Europea para la Seguridad de los Alimentos (EFSA, European Food Safety Authority) concluye que, aunque las zonas donde actualmente se encuentra X. fastidiosa están claramente demarcadas, es más que probable que asistamos a una propagación del organismo en el continente, pues no son pocas las incertidumbres en torno a difusión del patógeno en nuevos ecosistemas, donde incluso puede permanecer silente largos periodos de tiempo sin ser detectado (Jeger et al., 2018). Se trata de una bacteria confinada en el xilema de las plantas cuya patogenicidad la convierte en un organismo potencial- mente dañino para un gran número de cultivos leñosos (Figura 1). De acuerdo con los últimos datos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (European Food Safety Authority, EFSA) (actualizado a 13/01/2019), se ha encontrado X. fastidiosa en 563 especies hospedantes. Entre ellos destacan el olivo, el almendro, la vid o los cítricos (Almeida & Purcell, 2003; Araújo et al., 2002; Bucci, 2018; Hopkins, 1989; Janse & Obradovic, 2010; Loconsole et al., 2014). La bacteria se transmite por numerosos insectos vectores (cicadélidos y cercópidos), hemíp- teros chupadores que se alimentan a partir del xilema (Almeida, Coletta-Filho & Lopes, 2014; Morente et al., 2018). Se multiplica en el interior del xilema llegando a obstruir el flujo de savia en la planta (Almeida, Coletta-Filho & Lopes, 2014; Lima et al., 1998; Redak et al., 2004). Los síntomas varían según la especie y el estadio de la infección: clorosis, marchitez, necrosis foliar, hojas y ramas secas y decaimiento generalizado (Landa, et al., 2017). Por tanto, estamos ante un organismo que vive entre dos mun- dos: el huésped y el vector (Chatterjee et al., 2008). Dado que la propagación de Xylella fastidiosa en la península Ibérica podría suponer auténtico un desastre para los agrosiste- mas mediterráneos y la economía de los espacios rurales (Bucci, 2018), se requiere una doble aproximación que estudie tanto el área de distribución potencial del patógeno (Elith, 2017), como la influencia de los drivers que pudieran facilitar su llegada y propagación (Rodríguez-Labajos et al., 2009). Este enfoque trasciende la aproximación basada en la probabilidad de pre- sencia, dado que es muy difícil estimar esta probabilidad cuando estamos ante un organismo en proceso de expansión fuera de su rango nativo (Václavík & Meentemeyer, 2009), por lo que es también pertinente incorporar una aproximación complemen- taria basada en la teoría de conjuntos borrosos (Eastman, 1999; Jiang & Eastman, 2000). Objetivos El presente trabajo tiene dos objetivos fundamentales: 1. A escala mundial, estimar la distribución potencial global de Xylella fastidiosa a través de un ensamblaje de modelos de nicho ecológico basado en datos bioclimáticos. 2. A escala regional, estimar la exposición de la península Ibérica e islas Baleares a la llegada y / o propagación del Xylella fasti- diosa, combinando los resultados del modelo de nicho ecológico con un conjunto drivers que pueden facilitar la dispersión del patógeno, y empleando para ello técnicas de evaluación multi- criterio basadas en la teoría de conjuntos borrosos. Hipótesis y objetivos de investigación 1. ¿Hasta dónde puede alcanzar la distribución potencial global de Xylella fastidiosa? Hasta ahora los modelos de distribución sobre Xylella fastidiosa se habían desarrollado partiendo de registros de presencia