La tierra graba a fuego, y podría decir que ella te elige, tiene alma... Extráigase del pensamiento de Miguel de Cervantes, plasmado en el Quijote, o del de Rosalía de Castro, en el poema 'Adiós ríos, adiós fontes...' (Adiós ríos, adiós fuentes). Declaro la intención de apelar a las emociones para superar en altura planos cortoplacistas, afectados por tópicos o cargados de mediocridad mercantilista. Lo siento, el esfuerzo de trabajar directamente la tie- rra en un mundo tan contaminado por el ruido de fondo, me hace ver con claridad la necesidad de defender la postura de que el equilibrio entre Tierra y Gente en el campo es algo imprescindible para poder hablar de sostenibilidad en el planeta. El dilema empieza con la dualidad de cuestiones: ¿Cuál es ese punto de equilibrio tierra-gente? ¿Cuál es la definición correcta de soste- nibilidad del planeta?, y si buscamos respuestas, sobre todo de quien no trabaja la tierra, nos encontramos con más preguntas, tales como: • ¿Quién, de dónde y cómo se explotan los datos? • ¿Quién intenta llegar a acuerdos? • ¿Quién ve crecer su ego en función del tamaño de las cosas? • ¿Quién quiere que siga la batalla sobre lo que es correcto o no? De lo primero: equilibrio tierra-gente Si nos remontamos a los orígenes de la palabra 'cultura', no se puede huir de la cercanía con los del término 'agricultura'; el cultivo, la crianza, la maduración, tanto de la mente como de la tierra, tuvieron las repercusiones positivas que hoy todos/as disfrutamos. El con- tacto con la tierra, el conocerla, el entenderla, el trabajarla, recupera la esencia de la persona y de sus necesidades elementales. En cambio, todos los algoritmos indican que la población humana a nivel mundial crecerá mucho en los próximos años, y de forma expo- nencial en algunas regiones del planeta; mas lo curioso es que se da por asumido el abandono de tierras de cultivo (solo en Galicia se pasa de las 600.000 ha, de las cuales 300.000 tienen incluso aptitud productiva para el maíz), según los datos de la agencia Eurostat. Tan solo con preguntarle a un buscador "pueblos abandonados", aparecen las razones que redundan en la mente de todos/as, y que suelen ser: complejidad de acceso a la formación, a la sanidad, al ocio... La casa de labranza de mi familia está ubicada en Trasliste, Láncara, a 20 km de Lugo por la N-VI, y a 15 minutos del HULA (Hospital Universitario Lucus Augusti), que es un hospital de los más modernos y equipados de Europa; en cambio, en este pueblo, en 20 años se redujo a la mitad la población, y un tercio el número de explotaciones (gente que sacaba una renta de sus tierras). Como este pueblo, cientos y miles, o sea, que en este caso no fueron las razones que comúnmente se citan, fueron otras, que apuntaré, pero que llevarán al pueblo a desaparecer, cuando las condiciones, si se miran desde las ópticas más realistas, serían idóneas para vivir. De lo segundo: sostenibilidad del planeta Queda demostrado nuestro 'poder' sobre el planeta con la mayor evidencia que es el cambio climático, o sea, nuestras actividades como especie son capaces de alterar el ritmo de los acontecimien- tos naturales a nivel planetario (¡Qué grandes somos! –lo digo con ironía claro-). ¿Qué sostenibilidad buscamos? ¿La del planeta? Él la encontrará siempre, aunque sea expulsándonos. Otra cosa es que persigamos 'nuestra sostenibilidad en el planeta', para la cual tendremos que aliarnos con él necesariamente. Para ello, tenemos que revisar qué ‘campo’ queremos, si uno con tierra, u otro con 'tierra y con gente', recordando los orígenes de la 'agri- cultura' donde la simbiosis entre las actividades productivas en el campo y la cultura hicieron progresar tanto esta sociedad. Cambio de paradigma No quisiera entrar en disquisiciones científicas ni en la tozudez del análisis y explotación de datos, pero sí, intentar cambiar el enfoque, el encuadre y la profundidad de campo de a donde se apunta de forma general. Existen ejemplos muy destacables de proyectos de vida en el rural que se apartan de lo que está de moda, que es el crecer y crecer, el volumen de negocio, la inmediatez, la apariencia... y que piensan de otro modo, en 'ejemplarizar' para repoblar el rural, en ser 'flexi- bles' para conseguirlo, y en valorar la 'humildad' como poderosa herramienta. 45 JÓVENES Trasliste, Láncara, es un ejemplo de pueblo cada vez más despoblado.