2.- En segundo lugar, resulta fundamental el diseño de un seto con dimensiones adecuadas para que sea productivo en todos y cada uno de sus puntos. Esta afirmación no resulta gratuita y está íntima- mente relacionada con conceptos como iluminación, porosidad del seto, y de nuevo: eficiencia productiva. La no poda anual o el hecho de mantener setos excesivamente anchos provocan una deficiencia de luz en su interior, favoreciendo la creación de zonas no produc- tivas. En definitiva y en estos casos, acabamos nutriendo, tratando, y consumiendo agua en partes del seto que no nos aportan nada. Para evitar las pérdidas de estos recursos ya de por sí limitados en el secano, los olivicultores están estrechando anualmente el seto de vegetación hasta una anchura no superior a los 60-80 centíme- tros; obteniendo así un “tabique vegetal” (Figura 1) perfectamente iluminado y completamente activo tanto desde el punto de vista de producción de aceituna como de renovación de ramas para la pro- ducción del año siguiente. La poda mecánica de invierno nos facilita este equilibrio vegeto-productivo: a menor potencial de la parcela (menor pluviometría, baja capacidad de retención de agua de los suelos, etc) menor debe ser la anchura de la pared. Nada nuevo si nos fijamos en la poda que se realiza en otros cultivos de secano como por ejemplo la viña, donde se adapta la carga de yemas dejada por hectárea al potencial productivo de la parcela. 3.- Otra de las claves para conseguir producciones más elevadas en el secano ha sido el hecho de disminuir la distancia entre las filas, fijada ahora en 3-4 metros, frente a lo que se hacía anteriormente que era justo lo contrario, distanciarlas hasta los 6 o 7 metros y aumentar la altura de la pared hasta los 3,5-4 metros de altura. Acercar las calles permite disponer de un número mayor de filas o “tabiques vegetales” por hectárea y por tanto incrementar la superficie foliar expuesta fotosintéticamente activa (Foto 3). Tenemos muchos más metros cuadrados de superficie 100% eficiente por hectárea que en los primeros setos diseñados en secano. Haciendo un símil con la industria energética podríamos decir que disponemos de más pane- les solares por hectárea para producir una energía que en nuestro caso se llama aceite. El funcionamiento de estas placas requiere además de agua, agua que en nuestro caso está almacenada en el suelo y que a una distancia entre filas de 3-4 metros, se extrae mejor que cuando las plantas se distancian 7 metros. Reduciendo el marco de plantación, el esfuerzo necesario para crear una estructura de gran envergadura, se reduce sustancialmente y conseguimos arbo- les mucho más eficientes, que necesitan de un mínimo esfuerzo para alcanzar su techo productivo. La necesidad de agua y de nutrientes que destinamos a crear una planta más grande, se ve reducida al repartirse esta entre un mayor número de unidades. Además la idea toma aún mas sentido, cuando pensamos en la pared vegetativa como una sola unidad, anclada en el suelo y contando con varios puntos de succión de agua y de nutrientes. Es importante decir que estos tabiques vegetales de 60-80 centí- metros de anchura, distanciados 3-4 metros entre ellos, se limitan a una altura de 2,5 metros. Esta altura, en relación a los 3.5-4 metros OLIVAR Figura 1. Evolución del modelo en seto en secano para aumentar su eficiencia productiva. 19 Foto 3. Plantación de olivar en seto en secano en Espiells (Barcelona). Año de plantación: 2010.