OLIVAR 17 Foto 1. Finca La Boella (Reus, Tarragona). Plantación realizada en el año 1995. El olivar en secano representa más del 74% de la superficie total destinada al cultivo del olivo en el mundo, y España es fiel reflejo de la anterior afirmación ya que el 68% de su superficie de olivar en el año 2017 se desarrollaba en condiciones de secano. Estos olivos determinan de manera decisiva la disponibilidad anual de aceite y el precio del mismo a nivel global. Su producción y ren- dimiento están ligados a las condiciones climáticas anuales, a la fertilidad del terreno que ocupan, y al fenómeno de la vecería que provoca que a años de grandes cosechas sigan otros de produccio- nes anormalmente bajas. La continuidad de los olivares de secano en el tiempo parece asegurada dada la creciente demanda de aceite por el mercado y las limitaciones de recursos hídricos actuales que dificultan la sustitución de estas hectáreas por otras de regadío. Su escasa rentabilidad sin embargo hace que su viabilidad económica esté muy ligada a la oscilación de los precios del aceite de oliva, y que en condiciones de precios bajos sean las primeras plantaciones en abandonarse o en quedar en situación de 'semi-abandono'. Si entendemos justificada su existencia y aceptamos su enorme influencia en el precio final del AOVE, parece claro también que implementar un nuevo modelo de cultivo en secano que posibilitara producciones más rentables, sostenibles y constantes en el tiempo, disminuiría la enorme variabilidad anual de los precios y facilitaría el acceso del AOVE a nuevos mercados gracias a un precio justo tanto para el productor como para el consumidor. Antecedentes de cultivo en seto La tecnología de cultivo conocida como olivar en seto u olivar súperintensivo se ha ido perfeccionando a lo largo de los 27 años de desarrollo de la misma. Poco queda hoy de las características de aquellas plantaciones realizadas en Aragón y Cataluña (Foto 1) a principios de los años 90: nuevas variedades, nuevos marcos de plantación, nuevos sistemas de formación, nuevas máquinas de recolección, etc. No obstante, y aún con todos estos cambios, la esencia y el fin de aquellas primeras plantaciones prevalece y es el motor de un modelo que no para de crecer y evolucionar a costa de una mecanización total de las operaciones de cultivo y a una reduc- ción sustancial de los costes de implantación y manejo. La aceptación y normalización del modelo por parte de los agricul- tores se constata en las casi 300.000 hectáreas que acogen el olivar en alta densidad en el mundo. Inicialmente concebido para una olivicultura de regadío y orientada a la obtención de aceite de oliva virgen extra, los excelentes resultados obtenidos han hecho que los fundamentos de este modelo no sólo se hayan extrapolado a otros cultivos como el cítrico o el almendro, sino que olivares con destinos o limitaciones muy diferentes como el olivar para aceituna de mesa o el olivar en secano lo estén asumiendo. Finca de olivo en seto de Hermanos Carceller (Caspe, Zaragoza)