Arabia Saudita, Turquía, Irán, Libia, Argelia (Olint, 2019). En la actuali- dad existen en el mundo alrededor de 180.000 ha, de las cuales más del 50% se encuentran en España. Juan Villar (2018), consultor estratégico preconiza que en 2030 más del 20% de las plantaciones de olivar se harán en superintensivo, similar al porcentaje de superficie en intensivo, augurando que está será la única estrategia para mantener la rentabilidad del olivar. Características del cultivo Cuando hablamos de olivar en superintensivo, nos referimos a la plantación de los olivos en forma lineal y en seto, las plantas se distancian en la línea entre 1,35 y 1,5 metros, siendo la separa- ción entre calles de entre 3,5 y 4 metros y respecto a la altura no se deja crecer más de 2,5 metros, las densidades por tanto son de entre 1.000 y 2.000 árboles por hectárea. Este tipo de dispo- sición hace que el comportamiento de la planta varíe respecto al cultivo tradicional y se obtenga una alta eficiencia productiva, debido a que tiene una mayor superficie productiva (m2/ha) que el olivar tradicional. Esto es debido a que, a igual volumen de copa, todo el volumen es superficie exterior y por tanto pro- ductiva, al disminuirse el sombreo. Además, en un olivar en seto bien podado se consigue una adecuada relación hoja-madera, lo que se traduce en un menor consumo de agua y nutrientes, al contrario de lo que se pensaba al principio de instalar este sistema, cuando se creía que una mayor densidad de plantación llevaría a un mayor gasto en insumos. Otra de las principales características de este cultivo es tener una elevada precocidad, es decir, una rápida entrada en producción, aproximadamente, a los dos años de la plantación, según fechas de plantación y tamaños de la planta. Por ello podemos afirmar que, con la primera recolección, se consigue que los ingresos anuales sean ya mayores que los gastos. Pero la característica más destacable de este sistema de cultivo es, sin duda, la completa mecanización de la recolección, obteniendo una importante reducción del coste de recolección y menor depen- dencia de la mano de obra. Respecto a las mejoras en la calidad, con este sistema de cultivo toda la aceituna proviene de vuelo y se recoge en un corto periodo de tiempo, por lo que se puede recolectar en el momento óptimo de maduración obteniendo un rendimiento graso más elevado, y por tanto una extraordinaria calidad del aceite. Hablar de datos concretos de producción es complicado, pero podemos decir que en fincas sin limitaciones se pueden obtener medias de 12.000 kg/ha, que con rendimientos grasos netos cerca- nos al 16%, supondrían unos 1.900 kg de aceite por hectárea. Costes y rentabilidad Los costes de implantación del olivar en seto no son tan elevados como cabría pensar y como veremos mas adelante estos se com- pensan al hacer balance con el beneficio obtenido. 5 OLIVAR