FERTILIZANTES 30 interior de la UE, de conformidad con la legislación nacional de un Estado miembro y bajo el principio de reconocimiento mutuo entre los países. “La Comisión ha querido con este Reglamento eliminar los problemas que existen en la actualidad con el reconocimiento mutuo, pero dado que se ha aprobado que en el futuro siga coe- xistiendo el Reglamento europeo con las diferentes legislaciones nacionales de los Estados Miembros, podrá seguir apareciendo algún problema con dicho reconocimiento”, recalcan desde ANFFE. “Gracias a la facilidad del libre mercado el agricultor va a poder disponer de un mayor catálogo de productos y posibilidades de probada eficacia y seguros para el consumidor final. La categoriza- ción y registro de los “Bioestimulantes” y “Otros Microorganismos” permitirá además a los agricultores incrementar sus producciones”, completan desde AEFA. “La regulación de productos fertilizantes a nivel europeo aportará al agricultor nuevas herramientas para alcanzar una agricultura que responda más adecuadamente a las demandas del mercado en términos de eficiencia, calidad y soste- nibilidad. Esto fomentará un mayor crecimiento e innovación en un sector donde las empresas europeas y en concreto, las españolas, son líderes mundiales. Proporcionará a los agricultores de toda Europa un mayor número de herramientas innovadoras y soste- nibles para ayudarles a satisfacer las demandas de la sociedad”, completa Ángela Varó, de Green Universe Agriculture y voz autori- zada de EBIC en España. Economía circular y fertilización Este Reglamento es clave para fomentar que ciertos residuos y subproductos generados en la UE se puedan utilizar como mate- rias primas en el sector de los fertilizantes, por lo que se modifica el Reglamento 1069/2009 de subproductos animales, para que los productos que hayan sobrepasado el punto final puedan ser pues- tos en el mercado sin restricciones. Para asegurar la ausencia de problemas para la salud y el medioambiente, se han fijado límites al contenido de ciertos contaminantes y elementos patógenos. Otro tema de especial relevancia es el de los subproductos indus- triales, ya que en la propuesta de la Comisión se impedía su uso para la fabricación de abonos CE, por lo que productos tales como el sulfato amónico, muy demandado en la agricultura, no podría seguir utilizándose y no sería posible seguir comercializando muchos de los actuales fertilizantes que contienen ese producto, lo que hubiese ocasionado un grave perjuicio a la agricultura y la indus- tria de fertilizantes. “Afortunadamente, tras una serie de debates, este tema finalmente se ha solucionado, ya que la Comisión, tras un periodo de tres años, durante los cuales se seguirá aplicando el Reglamento 2003/2003, establecerá los requisitos que deben cum- plir los subproductos, de manera que en un futuro se pueda seguir utilizando el sulfato amónico y otros subproductos de amplio uso en la agricultura actual”, comentan desde ANFFE.