OLIVAR El análisis foliar permite diagnosticar el estado nutritivo de la plan- tación integrando la respuesta a la fertilización durante un periodo de tiempo e informando de la absorción real de nutrientes por la planta, de la existencia de carencias o excesos nutricionales, de posibles antagonismos entre elementos. Al mismo tiempo, permite evaluar las reservas disponibles de aquellos elementos que son móviles en la planta. Con carácter general, en olivar se recomienda realizar el análisis foliar con una periodicidad anual, efectuando la toma de muestras durante el mes de julio. El análisis de savia aporta información a tiempo real de lo que está aconteciendo en todo el sistema suelo-planta. En el caso del olivo se está introduciendo su empleo pero no se cuenta en la actuali- dad con un protocolo estandarizado detallado de extracción de muestra (presión de prensado o manejo de brotes en cámara de Schölander por ejemplo) así como valores de referencia a utilizar, aspectos básicos para su utilización. Esta analítica junto a la infor- mación complementaria aportada por los análisis de la disolución del suelo obtenida mediante sondas de succión o bien por medio del extracto de la pasta saturada resultará sumamente útil para lle- var un control exhaustivo de la fertilización en el olivar, sobre todo el cultivado en condiciones de riego. La fertilización en el olivar de secano frente al de regadío En olivar de secano la práctica de la fertilización está muy condi- cionada por la pluviometría. Para que los fertilizantes aplicados pasen a la disolución del suelo o sean retenidos en la matriz del mismo y conseguir una aceptable e cacia en el uso de dichos abo- nos es necesaria el agua de lluvia. Por lo tanto, el abonado al suelo debe realizarse cuando se prevean lluvias en los días sucesivos a la aplicación, y a ser posible, que tales precipitaciones no sean de tal intensidad que puedan producir escorrentías y arrastre de los fertilizantes, sobre todo en el caso de los nitrogenados. Por otra parte, hay que tener en cuenta, que para que los fertilizantes sean absorbidos por el árbol, éste debe tener cierta actividad radicular. Cuando existen bajas temperaturas las raíces ralentizan ostensi- blemente su crecimiento y capacidad de absorción y por lo tanto la aplicación de abono va a ser menos e ciente. Además, hay que tener en cuenta el tipo de abono que se emplea, puesto que en fun- ción de su naturaleza y composición química su transformación a formas asimilables para el olivo se ralentizará en mayor o menor medida. En resumen, hay que esperar a que las temperaturas comiencen a subir, que se esperen episodios de lluvia de cierta intensidad, y emplear una fórmula de abono adecuada. 31 Sintomatología en hoja de olivo de la de ciencia en potasio. Arriba hojas con zonas necróticas (con de ciencia en K). Abajo hojas de olivos testigo (sin de ciencia).