El cultivo y la teledetección La teledetección tradicional, impulsada en la década de 1980, consistía en la incorporación de sensores a bordo de aviones tripu- lados de gran envergadura y en satélites de observación terrestre para el seguimiento de los cultivos a escalas globales. No obstante, su utilidad era limitada como herramienta de apoyo en la toma de decisiones relacionada con el riego, la aplicación de fertilizantes o la detección de enfermedades, debido a la baja resolución espacial, espectral y temporal obtenida. En los últimos 10 años, la telede- tección ha experimentado una importante revolución consistente en la miniaturización y reducción del coste de los sensores, permi- tiendo su utilización a bordo de vehículos aéreos tripulados y no tripulados a un menor coste y complejidad operativa, obteniendo imágenes de alta resolución espacial con tamaños de pixel inferio- res a 1 m. La agricultura de precisión aplicada a la protección de cultivos tiene aún mayor utilidad en el monitoreo de grandes super cies. En estos casos, las metodologías tradicionales basadas en teledetección presentan limitaciones ya que se centran en bandas espectrales anchas en las regiones espectrales del rojo e infrarrojo cercano, utilizadas para calcular el Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada (NDVI). Este índice ha demostrado ser sensible a los cambios estructurales y de la densidad foliar de la vegetación, y por lo tanto, sólo es útil para detectar estados avanzados de enferme- dades, es decir, cuando aparecen síntomas como la defoliación de la copa, marchitez de las hojas y clorosis foliar avanzadas (Calderón et al., 2013). La alternativa a estas metodologías tradicionales consiste en utilizar sensores hiperespectrales y térmicos con una resolución espacial su ciente para distinguir copas de árboles o plantas individuales. Sin embargo, los sensores actuales a bordo de satélites carecen de esta resolución espacial y, es por ello, que los esfuerzos destinados a la detección temprana de enfermeda- des a gran escala necesiten el uso de vehículos aéreos tripulados. La principal desventaja para acometer este tipo de trabajos con vehículos aéreos no tripulados es que existen limitaciones legales cuando el objetivo es adquirir imágenes de grandes zonas o en un periodo de tiempo corto que evite excesivas diferencias ambien- tales. Por otro lado, los nuevos sensores hiperespectrales de alta resolución espectral, con anchos de banda inferiores al nanómetro, permiten obtener información de más de 250 bandas espectrales en la región visible e infrarrojo, aumentando potencialmente las aplicaciones de la teledetección en agricultura. En concreto, estos sensores permiten cuanti car la emisión de uorescencia clorofí- lica debido a su precisión para detectar la pequeña contribución de la uorescencia emitida por la planta a partir de la radiación que le AGRICULTURA 4.0 41