8 que muy pequeños (olivar intensivo recién implantado en la vega del Guadalquivir). Se supone, por tanto, que queda a discreción del agricultor el empleo de una dosis u otra en función de sus necesidades, sobreen- tendiéndose que no se superará la dosis máxima (en caso de estar indicada). No obstante, la experiencia indica que lo que no se indica o regula claramente, no será cumplido, y por tanto la dosi cación en aplicaciones a la copa de cultivos frutales se encuentra en pro- ceso de cambio. En unos años, la dosis será indicada en función de la altura de los árboles o su anchura, o una combinación de ambas. Desde el año 2016 se ha convenido, por parte de los fabricantes en el entorno de la EPPO (European and Mediterranean Plant Protection Organization) la utilización de un parámetro, conocido como LWA (Leaf Wall Area), para dosi car según la altura de los árboles en frutales y viña. En el caso de olivar y cítricos, aún no hay consenso pero se avanza en una dirección similar. Este tipo de tratamientos, por lo general, permiten el ahorro de producto y, por tanto, la disminución de coste de aplicación y riesgos, sin alterar el resultado nal. Clasi cación de los productos tosanitarios registrados en olivar Una primera clasi cación de los productos tosanitarios en olivar podría ser si se aplican al suelo o a la copa del árbol. Cada tipo de producto, en función de su objetivo, se aplicará al suelo, con una barra pulverizadora, o a las hojas del olivo, con un atomizador o pulverizador de pistolas. Normalmente, los productos aplicados al suelo son herbicidas, destinados a acabar con las malas hierbas de la parcela. En otros cultivos puede haber otros, como helícidas o nematicidas, para luchar contra posibles problemas de babosas y de nematodos, respectivamente. En el caso opuesto están aque- llos productos destinados a proteger al olivo, como los fungicidas o los insecticidas, que de hecho se suelen aplicar de forma con- junta en la práctica. De acuerdo al Registro O cial de Productos Fitosanitarios del MAPAMA, en abril de 2018 existen un total de 351 productos autorizados, de los cuales, el 20% están registrados para aplicaciones al suelo, y el 80% para aplicaciones a la copa. Otra clasi cación de estos productos, de gran utilidad, es la que hace referencia al agente contra el que se emplean, o dicho de otro modo, a su principal objetivo (aunque hay materias activas que tienen más de uno simultáneamente). En función de su nalidad, los productos que se encuentran registrados en olivar, se pueden clasi car en: • Insecticidas: combaten insectos (cochinilla, moscas, barrenillo, ...). Pueden afectar al insecto en diferentes fases o estadios de desarrollo. • Acaricidas: para luchar contra los ácaros (araña roja, erió dos, ...). • Herbicidas: eliminan las plantas (malas hierbas o vegetación adventicia) que crecen en las parcelas de cultivo y que compiten con el mismo por el agua y los nutrientes. • Fungicidas: su objetivo es luchar contra los hongos que atacan a los cultivos (negrilla, antracnosis, ...). • Bactericidas: su misión es la lucha contra las bacterias causantes de enfermedades. • Repelentes: su actividad va dirigida a alejar a los organismos dañinos de los cultivos. • Atrayentes: atraen a los insectos hacia un cebo, que general- mente suele ser una trampa de la que no pueden escapar. • Fitorreguladores: en olivo, sirven para adelantar la maduración, favorecer la abscisión del pedúnculo y uniformar la maduración. En relación a esta clasi cación, el ROPFM tiene un número des- igual de productos según su modo de acción. La gura 4 muestra la distribución de materias activas según la anterior clasi cación. Como puede verse, destacan los fungicidas, que en ocasiones presen- tan también acción bactericida, como ocurre con las sales de cobre contra la tuberculosis (Pseudomonas savastanoi pv. savastanoi). Existen también numerosos insecticidas, que tienen aplicación contra C las diferentes plagas que afectan al cultivo. En cuanto a la categoría M “otros”, incluye productos de distinta índole, como acaricidas, atra- yentes y torreguladores. La tabla 3 contiene, en detalle, las distintas materias activas autorizadas, su agente objetivo y la cantidad de pro- CM ductos registrados para cada una de ellas en el Registro O cial de Productos Fitosanitarios, con fecha de abril de 2018. Hay que tener en cuenta que muchos de estos productos se encuentran próximos a caducar, y que la renovación de la autorización conlleva, en ocasiones, cambios importantes que pueden llegar a afectar a las dosis, usos e incluso cultivos en los que está permitido aplicar. A la vista de la Tabla 3, cabe destacar el registro de múltiples sales cúpricas para el tratamiento preventivo, con acción fungicida y bactericida, contra las enfermedades más comunes del cultivo (repilo, emplomado, tuberculosis y antracnosis). Por materias acti- vas, destaca el azufre, con un total de 40 productos registrados y autorizado para el control de la negrilla, un complejo de hon- gos que crecen sobre las melazas que dejan las cochinillas y que, si bien no hacen daño al árbol, tapan la hoja y restan capacidad fotosintética al cultivo. En materia de insecticidas, destaca la gran cantidad de productos basados en Bacillus Thuringiensis (26), un producto clasi cado como biológico que actúa sobre los lepidópte- ros (Prays) por contener una proteína que los elimina, sin producir daño alguno sobre otros organismos vivos, con lo que su aplicación resulta muy segura. Sin embargo, su uso no está muy extendido en olivar, siendo mucho más frecuentes las aplicaciones con dime- toato o piretroides. En herbicidas, destacan MCPA, Oxi uorfen y Glifosato, para aplicaciones contra todo tipo de vegetación espon- tánea que podría suponer una competencia al cultivo por agua y nutrientes, especialmente a partir del mes de marzo-abril, depen- diendo del año. Conclusiones El Registro de Productos Fitosanitarios es una pieza clave de funcionamiento del panorama actual de la protección de cultivos. OLIVAR Y MY CY CMY K Figura 4. Productos autorizados en el Registro para olivar en función de su agente objetivo (Fuente: elaboración propia con datos del ROPMF).