28<< registrada es la Sikitita, 16 años después. “Es mucho tiempo”, admitió ayer el experto. Actualmente la Universidad cordobesa trabaja con la empresa Todolivo, en un proyecto que se ha ‘saltado’ algunos de los pasos académicos para acelerar los resultados. De cómo el riego in uye en las propiedades del aceite Juan José Catalá, responsbale de Fertirrigación de Yara Internacional, abordó el asunto del agua en olivar, partiendo de la premisa de hacer una llamada a todos los actores del sector “para establecer mecanis- mos, estrategias, acciones que nos lleven a una gestión optimizada. A producir más con menos. Si no lo logramos habrá una situación complicada”. De hecho, el Plantmaster incluye un importante análisis sobre riegos “para hacer a los agricultores levantar la cabeza y que se piense qué debo de aplicar y por qué”. “Debemos tener presentes factores para determinar cuánto tengo que regar, cómo y para qué. Desde la instalación del sistema de regadío al estado del cultivo, la estrategia de riegos con fertirri- gación, el suelo, la planta, el clima ... O la salinidad, que genera un gran impacto por lo que le cuesta a la planta absorber el agua si está presente”, explicó. Según su criterio, hay que considerar dónde regamos y cuándo. “Los efectos no son iguales según eta- pas fenológicas. Son cuestiones de gran importancia porque el en olivar cada año lo que hagamos tiene efecto en dos campañas, en la cosecha que estamos vistiendo y en las yemas para el año que viene”, indicó Catalá. Dado que la aportación de agua tiene incidencia directa sobre la producción, “tenemos que hablar de estrategia sobre un estado hídrico concreto. Ya no hablamos sólo de regar, sino de futuro, de optimizar recursos. El agricultor necesitará actualizarse y disponer de gente que le asesore de forma adecuada”, indicó. El experto planteó varios interrogantes estratégicos: “Si reducimos agua reducimos aceite. ¿Puede ser una estrategia más allá de que sea algo obligado?”, preguntó, para destacar que la forma de gestionar el riego tiene in uencia mucho más allá de los kilos de producción. “Aportar agua es incrementar la humedad del fruto, algo que hay que gestionar para no tener problemas en fase de producción como la for- mación de emulsiones. El uso del talco es una solución que se aplica actualmente, pero a más humedad hay más peligro de complicaciones en la producción”, matizó. También afecta a la calidad, a los polife- noles y el K225. “Más agua supone una reducción en contenido en polifenoles. Mientras que las medidas no afecten a las clasi cación y sus parámetos no hay problema, pero hay que controlarlo. Y para un mismo contenido en polifenoles el agua aumenta la estabilidad del aceite, lo que es positivo”, indicó. También el riego durante el año puede tener incidencia sobre ele- mentos de cata. Básicamente sobre el amargor y frutado y picante. Y sobre el color, pero no está tan claro. Sobre la acidez no, ahí es el procesado y no el campo lo que influyen. Así que, para el experto, la clave es estudiar las necesidades concretas y diseñar las estrate- gias más adecuadas. Desde aportes de agua continuos hasta otros que sólo buscan mejorar propiedades organolépticas. “Todas las estrategias son respetables. La única no aceptable son decisiones sin criterio sobre la marcha. Estamos en un mundo cam- biante. No vale lo que pasó ayer. A día de hoy ya tenemos elementos para medir estado hídrico de la planta de forma fácil y práctica. Estrategia es tener en cuenta el estado hídrico para registrar qué pasa en el cultivo. Es hablar de huella de estado hídrico. Es un reto en el que el agricultor, centros de desarrollo y todos los del sector tenemos que involucrarnos”, concluyó. Cristóbal Gallego, presidente del grupo Jaencoop; Ramón Rivera, director general del Ealia y Jesús Cuervas, corredor independiente, participaron en la mesa redonda. Resistencia a la verticilosis La UCO abrió también una línea de investigación en torno a la resis- tencia contra la verticilosis junto a la Interprofesional del Aceite. La clave es asegurar la calidad de las plantas que se ofrecen desde los viveros. “Aún hay productores clandestinos. Los controles visuales no son su cientemente precisos, mientras que el sistema de certi cación sí garantiza ausencia de patógenos y calidad. Pero el sector productor y los viveros se opusieron tajantemente a este sistema más avanzado, y la Junta no tuvo el valor de dar el paso adelante. Hoy existe la planta certi cada de carácter voluntario, pero no es su ciente”, indicó Rallo. La expansión de la verticilosis en toda la cuenca del Guadalquivir, según ha quedado demostrado, se debe fundamentalmente a la dis- tribución de plantas contaminadas. “Con plantas certi cadas en la décadas pasadas, cuando se produjo con la multiplicción de los vive- ros, no se hubiera producido esta expansión”, lamentó Rallo. La Universidad de Córdoba, apostilló Rallo, tiene actualmente un vivero con plantas certi cadas con marcadores que aseguran que están libres de patógenos. Sin este protocolo hay un 7% de errores en la apreciación de variedades, algunos con costes millonarios. Los estudios demuestran que en viveros que no emplean estas técnicas el 28% de las plantas tiene tuberculosis y el 15% verticilium. Hasta el momento no hay Xylella. Rallo se mostró convencido de que el olivar se encamina “hacia un nuevo tiempo”. Con factores invariables. Como el paisaje olivarero, “que nunca va a faltar, ni con el olivar el seto”. OLIVAR