la calidad del suelo el INIA cuenta desde 1993 con un ensayo de rotación en secano (barbecho-trigo-veza-cebada) en la nca de la Canaleja (Alcalá de Henares), en un suelo clasi cado como al sol cálcico, franco-arenoso, que partía con unos 7 g kg-1 de carbono en el suelo y un pH de 8, en el que se compararon tres niveles de inten- sidad de laboreo: laboreo tradicional, mínimo laboreo y no laboreo. El laboreo tradicional consistió en un pase de vertedera de unos 30 cm de profundidad, enterrando los residuos del cultivo anterior, seguido de un pase de cultivador para la preparación del lecho de siembra. En el mínimo laboreo se utilizó un pase de chisel a unos 15 cm de profundidad, seguido también de un pase de cultivador. Por último, en el no laboreo la siembra se realizó directamente sobre el rastrojo del cultivo del año anterior, sin preparar el terreno. La dosis de fertilizante para el cereal hasta el año 2006 fue de 200 kg ha-1 de 8-24-8 en sementera y 200 kg ha-1 de nitrosulfato amónico (27- 0-0), año en el cual se comenzó a ajustar la dosis a las necesidades del cultivo antes del encañado (fertilización integrada en base al nitrógeno disponible en el suelo y al rendimiento máximo esperado). El control de malas hierbas en todos los tratamientos se realizó mediante aplicaciones de metsulfuron metil en post-emergencia según las necesidades y la aplicación de glifosato dos semanas antes de la siembra en las parcelas de no laboreo. En de nitiva, este ensayo pretende cuanti car las posibles ventajas e inconvenientes de cada uno de los sistemas, tanto a nivel de cali- dad de suelo como a nivel agronómico, es decir, evaluando el impacto ambiental pero también el impacto en la producción. Efecto en producción Más allá de las fluctuaciones propias de los secanos en el centro de la península, donde la lluvia (tanto por cantidad como por su distribución) es el factor más limitante, el rendimiento medio de trigo observado para el laboreo tradicional fue de 1.558 kg ha-1, 1.432 kg ha-1 para el no laboreo y 1.157 kg ha-1 para el mínimo laboreo. En cuanto al rendimiento de la cebada los resultados fueron similares, con una producción media de 1.449 kg ha-1 en el laboreo tradicional, 1.514 kg ha-1 en el no laboreo y 1.185 kg ha-1 en el mínimo laboreo. Como se puede observar en la Figura 1, a lo largo de los 10 últimos años de ensayo no ha habido dife- rencias importantes en rendimiento entre los tratamientos de no laboreo y el de laboreo tradicional. Sin embargo, cabe destacar que el tratamiento de no laboreo presenta unos menores costes de cultivo al renunciar a las labores del suelo. Sin embargo, el tratamiento de mínimo laboreo fue el sistema que peores rendi- mientos produjo, debido principalmente a un peor control de las malas hierbas, como se verá en apartado siguiente. Figura 1. Producción de grano (12%) de cebada y trigo a lo largo de 10 años en función del sistema de laboreo. CEREALES >>5