/ MAÍZ das por debajo de la mazorca es de 6,3, por encima de la mazorca es de 7,0 y en la mazorca de 7,4. Es decir, las larvas además de preferir atacar la parte inferior de la caña, es aquí donde infringen el mayor daño. Si trasladamos la escala a una apreciación cualitativa del daño diríamos que si el valor de la escala es menor que 5 estaríamos ante un daño muy severo, entre 5–6 el daño sería severo, 6–7 apre- ciable y mayor que 7 leve. Por lo tanto como 'media' tene- mos un daño apreciable por debajo de la mazorca. ¿Qué información podemos obtener del estudio de los años individuales? Lo primero que llama la atención es la alta correlación entre cantidad e intensidad en todas las partes de la planta, pero especialmente por debajo de la mazorca (r=0,80). Además, tanto en cantidad como en intensidad, los daños producido en la distintas zonas de la caña están estrechamente correlacionados (r‹0,80) siendo menor la correlación con los daños producidos en la mazorca. Figura 2. Porcentaje de plantas dañadas Se comprueba que el ataque es importante en las localida- des de la costa;, de hecho, de los 18 años estudiados en ninguno el número de plantas dañadas es inferior al 50% en Pontevedra y sólo en tres (1997, 2007 y 2012) lo es en la loca- En este artículo analizamos los resultados obtenidos en estos últimos años de muestreo, incluyendo en algunos casos datos desde el año 1997 para tener una perspectiva de evolución más amplia interior (250 y 400 m lidad costera de Barrantes. El número de plantas con daño snm) de la provincia de durante el periodo es significativamente menor en las localidades del interior, 1997-2014 en dos localidades costeras (20 y 0 m sobre el nivel del mar) y dos de pero mientras que no detectamos diferencias significativas entre localidades costeras, sí se detectan diferencias entre las del interior, siendo la localidad situada a mayor altitud la que presenta menos plantas dañadas. En general hay una tendencia lineal de disminución hacia menor daño en cuanto aumentamos la altitud. Esta tendencia es significativa (P‹0.10) en la mitad de los años estudiados (Figura 2 y Tabla1). En cuanto a los años, destacan 2005 y 2006 como los años en que el ataque de la plaga fue más importante, y 2012 por presentar el menor número de plantas dañadas. Los intervalos de variación anual en cada localidad, salvo en Pontevedra, son amplios (Figura 2), pero se minimizan al analizar conjuntamente las localidades (Tabla 1). Pontevedra. Que una planta esté dañada no significa necesariamente una pérdida de producción; esto más bien depende de la intensidad del ataque y de la zona de la planta que sea atacada. Para estudiar este fenómeno en detalle, nos centramos en la localidad de Barrantes, donde como media casi el 80% de las plantas están atacadas. El estudio contempla el período 2004-2014 porque hasta 2004 en los muestreos no se valoraba la intensidad del ataque. Como media de este período el 69% de las plantas muestreadas tienen dañadas la caña por debajo de la mazorca principal, el 34% presentan daños en la parte superior de la caña y el Como se puede observar en la figura 3, el año 2006 fue especialmente duro ya que el daño fue muy severo en la caña y apreciable en la mazorca. En general, los daños son apreciables con la excepción de los años 2009 y 2012, en los que el daño detectado fue débil. Por lo tanto, los tala- dros son una plaga con un potencial de daño importante en las localidades costeras, que puede llegar a ser severo algunos años con la consiguiente merma en la producción del cultivo. Figura 3. Valoración del daño medio producido por los taladros en distintas partes de la planta en la localidad costera de Barrantes, desde 2004 al 2014, 28% presentan ataques en la mazorca. Se corrobora pues Una vez analizados los daños, ¿qué ocurre con las larvas que son los agentes causantes de la plaga? El número de larvas por planta sigue una tendencia similar al porcentaje de plantas dañadas; sin embargo, aquí las diferencias son menos claras. La localidad donde encontramos menos lar- vas por planta es la que se encuentra a mayor altitud y difiere significativamente del número de larvas encontradas en las localidades costeras. Sin embargo, las larvas en la localidad costera de Pontevedra no difieren de las encon- tradas en Ponte Caldelas (250 m snm) y llama la atención el número medio de larvas encontradas en Barrantes (2,1 larvas/planta) por lo que habrá que evaluar qué condiciones climatológicas tiene esta localidad para favorecer el des- que los taladros atacan fundamentalmente la zona inferior subjetiva donde 1 significa de la caña. Pero, ¿cuán importante es el daño producido por utilizando una escala las larvas taladradoras? El daño medio de las cañas ataca- completamente dañada 24 / y 9 sin daño. Larvas taladradoras