/ TRIGO lencia en una subpoblación que se comporta de una deter- minada manera al infectar una variedad. En el caso del trigo se han encontrado numerosas razas del hongo, ya que cada nuevo estudio realizado caracteriza más razas que suponen nuevas combinaciones de genes de virulencia. Chen (2005) cita 109 razas detectadas solamente en Estados Unidos hasta la fecha de la publicación. El mismo autor cita 78 ge- nes de virulencia distintos capaces de infectar las variedades de trigo. Más recientemente, Sørensen et al. (2014) citan 89 genes de resistencia detectados en trigo, que serían equi- valentes a otros tantos genes de virulencia pertenecientes al patógeno. Estos datos sumados a los que se relacionan con la resistencia cuantitativa codificada en Quantitative Trait Loci (más conocidos como QTL) (Chen y Line, 1995a, 1995b; Sørensen et al., 2014) o los genes Hight Temperature Adult-Plant (HTAP) (Chen, 2005; 2013) nos muestran la com- plejidad de comportamiento que puede tener la roya amarilla frente al cultivo del trigo y por ello también la posible difi- cultad de manejo para la obtención de variedades resistentes a la enfermedad. Entre todas las especies de royas que afectan a los cereales, ésta es la más agresiva, es decir, la que puede provocar mayores pérdidas de cosecha con la misma intensidad de los síntomas. Hay estudios que atri- buyen a la roya amarilla el doble de agresividad y pérdidas que las que provoca la roya parda (Tabla 2). La aparición de nuevas razas del hongo adaptadas a climas más templados y con reconocida mayor agresividad (Milus et al., 2009) supone un cambio de paradigma en el manejo de la enfermedad Tabla 2. Potencial de pérdidas que provocan la roya parda y la roya amarilla según la reacción de las variedades frente a la enfermedad. Fuente: Beard et al. 2005. Managing stripe rust and leaf rust. Farmnote núm. 43/2005. Department of Agriculture. Government of Western Australia. pesar a las condiciones climáticas, en este caso más cálidas y menos lluviosas, que no se explica solamente mediante adaptaciones de virulencia del patógeno a las poblaciones locales (Enjalbert et al., 2005; Mboup et al., 2012). Por otra parte existe una evidencia clara de incremento de agresivi- dad de las nuevas poblaciones de P. striiformis a partir del año 2000, debido también a la adaptación a condiciones más cálidas (Milus et al., 2009). Potencial de pérdidas (%) Reacción de la Definición del tipo variedad de epidemia Roya Roya parda amarilla Susceptible Epidemias severas 30 60 En estos últimos años se han producido epidemias muy im- portantes de roya amarilla en el oeste y centro de Europa debidas a los cambios en la dinámica poblacional del hongo. La variación en las proporciones relativas de los genes de virulencia han causado que gran parte de las variedades cultivadas hayan perdido su resistencia. Desde el año 2000 se han descrito dos nuevas razas en Estados Unidos, Aus- tralia, Europa, zona este de África y zonas centrales y oeste de Asia, que muestran una mayor agresividad, aumentando con ello la severidad de las epidemias incluso en zonas más cálidas y no habituales para este patógeno (Hovmøller et al., 2008; Milus et al., 2009), una de ellas es la ya mencionada raza Warrior/Ambition. Ésta se ha extendido por el conti- nente europeo desde el Reino Unido y países escandinavos hacia Europa central y del sur. En el año 2012 fue detectada en epidemias muy importantes en Navarra (Zúñiga et al., 2012), lo que hizo suponer que se podría extender rápida- mente hacia otras zonas productoras españolas. Epidemias tempranas Muy susceptible 40 80 y severas Moderadamente susceptible Epidemias más lentas 20 40 Resistencia parcial. Las Intermedia pérdidas dependen de la 15 30 intensidad de enfermedad Moderadamente resistente Resistencia parcial alta 5 15 Resistencia altamente Resistente <5 5 efectiva Muy resistente Resistencia completa 0 0 En situaciones extremas de epidemias muy severas, las pérdidas de producción pueden ser prácticamente del 100% de la cosecha, tal como se observó en los ensayos de reco- mendación varietal de 1997 del IRTA en Girona, aunque el rango habitualmente varía entre el 10% y el 70% (Chen, 2005). Económicamente supone una preocupación para los agricultores ya que causa daños importantes en muchos países de Europa, así como en los grandes productores Ru- sia y Estados Unidos. En estos países, son frecuentes pér- didas anuales de entre el 5 y el 10%, y se cita que pueden alcanzar el 40 y 50% de la cosecha en años de clima favora- ble y en variedades susceptibles (Chen, 2005; HGCA, 2014; Roelfs et al., 1992). En España la roya amarilla no había provocado hasta ahora pérdidas de importancia de manera sistemática, aunque se recuerdan los episodios de los años 1957, 1960 y 1976 (Apa- ricio et al., 2014). Solamente en las comarcas litorales de Cataluña, en la provincia de Girona y en los regadíos de la provincia de Lleida se habían registrado epidemias de cierta importancia en algunas parcelas con cierta regularidad (IRTA, datos no publicados), así como en algunas zonas pro- ductoras andaluzas como la Vega de Jerez en la provincia de Cádiz, en Sevilla y en Córdoba. Ocasionalmente también se habían detectado episodios epidémicos debidos a la in- 18 / La mayor incidencia de la enfermedad se produce en las regiones templadas, húmedas y frescas. En las zonas de clima semiárido, como son la mayor parte de nuestras zonas productoras, solamente las variedades con un comporta- miento más susceptible a la enfermedad pueden ser afec- tadas significativamente por la roya amarilla durante los períodos húmedos en primavera. Sin embargo, en el sur de Francia se ha observado la adaptación local al huésped a