SAFEDAY También añade “la mejora del ánimo y la moral del equipo de trabajo, provocando mayor compromiso, participación, motivación e impli- cación de las personas trabajadoras con la organización; el aumento de la productividad y la cuenta de gestión; la ganancia de la empresa en atractivo para los clientes, accionistas, trabajadores y sociedad en general; y la mejora en el clima laboral entre los trabajadores, así como una reducción considerable del estrés en sus puestos de trabajo”. En muchos países y organizaciones “se está extendiendo esta inquietud por la salud más allá del entorno estrictamente laboral y de lo marcado por las leyes de prevención de riesgos laborales”. Estas decisiones “parten primordialmente, del reconocimiento de un hecho aparentemente indiscutible: que las incapacidades tem- porales y el absentismo resultan caros aunque tengan su causa mayor fuera del ámbito del lugar de trabajo”. Estudios existentes sobre enfermedades no profesionales tanto de la OMS como de diferentes organismos europeos coinciden en que dichos problemas de salud comunes (enfermedades no trans- misibles como la diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer, tabaquismo, obesidad o enfermedades respiratorias, entre otras) “están llegando a convertirse en grandes discapacidades. Además de afectar al sujeto personalmente, perjudican también a las orga- nizaciones tanto desde un punto de vista de pérdidas económicas, como de bajos rendimientos de trabajo de los individuos afecta- dos por dichas dolencias”. La mayoría de estas enfermedades no transmisibles, “pueden prevenirse y reducirse signi cativamente realizando pequeños cambios cotidianos y adaptando hábitos de vida saludables tanto en la empresa como fuera de ella, a través de modelos de gestión basados en el concepto de Empresa Saludable”, ha concluido la técnica en prevención de riesgos laborales y experta en Empresa Saludable de IMQ Prevención. Para Yolanda Ugalde, “una empresa saludable es una empresa segura, pero una empresa segura no necesariamente es saludable. A mayor compromiso por parte de la dirección, mayor compromiso por parte de todos los niveles jerárquicos de la organización y mayor éxito del programa de Empresa Saludable”. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, la tasa de acti- vidad laboral en España en personas de entre 60 y 64 años, para ambos sexos, se ha incrementado entre 2006 y 2017 en un total de 10 puntos, pasando del 34,69% al 44,66%. Este incremento ha sido especialmente relevante en el colectivo de las mujeres, que ha aumentado su tasa de actividad en 17 puntos, pasando del 21,57% en 2006 al 38,55% en 2017. Tal y como señala Yolanda Ugalde, “las proyecciones demográ cas y las directrices con respecto a la prolongación de la vida laboral derivadas de las reformas de los sistemas de pensiones nos mues- tran que el número de trabajadores con una edad avanzada se verá fuertemente incrementado en las dos próximas décadas”. Ante esta situación, la técnica de IMQ Prevención destaca que “la pro- longación de la vida laboral y la consecuente elevación de la tasa de empleo en grupos de trabajadores de edad avanzada, deben ir necesariamente acompañadas de medidas especí cas de mejora de la salud, la seguridad y el bienestar de los trabajadores”. Este cambio demográ co “está produciendo una gran transfor- mación en las áreas de seguridad y salud de grandes y medianas empresas, así como en los servicios de prevención ajenos”. Al hilo de esta transformación la experta de IMQ explica que desde su compañía se considera “fundamental” trabajar conjuntamente con los clientes “para mejorar no solo la eliminación de riesgos laborales existentes en sus entornos de trabajo y cumplir con lo marcado por la Ley de Prevención, sino además, proporcionarles herramientas prácticas para implementar los modelos de gestión de Empresa Saludable. Con ello se mejora la seguridad, salud física y mental, y se potencia el bienestar de los empleados, factores que son determi- nantes para conseguir un alto nivel de productividad empresarial”. • 123