EPI 88 David Jurado, Dpto. Técnico. Especialidad Seguridad y Protección Laboral en Hoffmann Iberia Quality Tools, S.L. ¿Podemos respirar en paz? Esta es la cuestión que se realizan algunos trabajadores y empresarios, porque hay otros que ni se lo plantean. ¿Es mi aire respirable? ¿Tendré problemas en un futuro por estar respirando este aire en mi trabajo? Otro punto a cuestionarse sería también esas personas que aun estando en un entorno no saludable ni siquiera se plantean estas cuestiones. ¿Acaso no tienen en cuenta la Seguridad y Salud pro- pia o de sus trabajadores? ¿El exceso de confianza es el que lleva a emprender acciones inadecuadas? Habría que analizar tantos aspectos que sería necesario unas cuantas páginas tan solo para concienciar a estas personas de que al menos se hagan a sí mis- mos las cuestiones anteriormente reflejadas y no continúen con: “No hay mucho polvo aquí, siempre ha habido polvo y nadie se ha puesto enfermo, antes sí que teníamos polvo. Esto de ahora no es nada..., etc.” Si nos encontramos entre el primer grupo de personas, quiere decir que estamos ante un proceso de trabajo que no nos transmite seguridad, bien por un desconocimiento o por desinfor- mación. Es a partir de este punto donde nos podríamos plantear muchas cuestiones anteriores sobre plani cación, estudios, mediciones, VLA, -ED, -EC... Respiramos una cantidad de 5 a 6 litros de aire por minuto, lo que viene siendo durante una jornada laboral de 2.600 l de media por lo que, dependiendo de cantidades y peligrosidad del mismo, debemos tener en cuenta que podemos estar ingiriendo una gran cantidad y tener como resultado desde una desde un accidente puntual a una enfermedad profesional o incluso la muerte. Con ello, y de una forma relativamente sin- tetizada, vamos a intentar de orientar para realizar una primera identi cación de protección. Foto: KN3.net