IR A TRABAJAR CON LA MASCOTA A LA OFICINA ES TENDENCIA Manuel Domene. Periodista Se las conoce como o cinas ‘dog friendly’ (que admiten perros), por ser el mejor amigo del hombre la mascota que se encuentra en las o cinas con más frecuen- cia. Sin embargo, otras mascotas como gatos, diferentes razas de pájaros, tortugas o peces también comparten sus horas con las de sus dueños en el trabajo. Los expertos opinan que tener animales en la o cina (u otros lugares de trabajo) nos humaniza, generando bienestar y mayor rendimiento laboral. Las o cinas Dog Friendly suelen ser más pro- ductivas, pues –contrariamente a lo que se podría pensar- los dueños se concentran más en sus tareas laborales al tener a su mascota, se desestresan, se vuelven más creativos y se sienten más felices. Compañeros caninos en la o cina Los entretenimientos clásicos de las start-up ‘rompedoras’, como el ping-pong, los snacks gratuitos, toboganes y otras ideas crean un am- biente distendido. Pero para impulsar de veras la moral, según una reciente investigación, las compañías deben optar por otras posibilida- des. Las conclusiones del Hospital de Mascotas Ban eld revelan que los perros en el lugar de trabajo son la clave para una o cina feliz. Aun- que el estudio no sea cientí camente riguroso, incluye la información de 200 profesionales de recursos humanos y 1.000 empleados de di- versidad de empresas de Estados Unidos que fueron analizados a través de una encuesta so- bre las mascotas en la o cina. En total, el 70% de los encuestados –incluyendo aquéllos cuyas compañías no permiten mascotas- a rmaron que las mascotas en la o cina mejoraban las condiciones de trabajo. “Las respuestas indican de manera clara que los lugares que admiten mascotas se conside- ran como muy positivos, al mejorar la moral, contribuir a la retención del talento y propor- cionar a los empresarios una baza competitiva en el proceso de reclutamiento de personal”, indica el informe del Hospital de mascotas, que añade que “más personas adoptarían masco- tas si sus compañías contasen con políticas de admisión de perros en sus instalaciones”. Estas políticas de admisión de perros no sólo bene cian a los empleados, también pueden obrar maravillas para la compañía con el tiem- po. El 53% de los empleados que trabajaban en o cinas que no permiten las mascotas a r- mó que su compromiso con la compañía y la permanencia en la misma aumentarían si se permitiesen las mascotas. Por otra parte, el 65% de los decisores en materia de recursos humanos informó que los potenciales candi- datos preguntaban frecuentemente sobre la política de mascotas de la empresa a lo largo del proceso de selección. Esas dos conclusio- nes sugieren que las compañías podrían rete- ner mejor a sus empleados y atraer a otros al permitir que las mascotas acompañasen a sus propietarios durante la jornada laboral. Incluso, las mascotas en la o cina serían un es- tímulo para los empleados que normalmente se quedan pegados a sus escritorios para que se movieran y recargaran su vitalidad. Las in- vestigaciones demuestran que hacer pausas durante la jornada contribuye a aumentar la productividad del personal. Con una mascota en la o cina se hacen obligatorias las pausas para estirar las piernas en el exterior, o para ha- cer algunas caricias grati cantes al animal, lo que supone que incluso los más recalcitrantes adictos del trabajo estarían más dispuestos a apartar la mirada de la pantalla de su ordena- dor de vez en cuando. Hay aún más pruebas de que los perros aportan mucha vida a las o cinas. Un estudio de 2012 de la Universidad de Virginia Commonwealth reveló que los empleados se sentían menos estresados cuando estaban cerca de perros en la o cina. Y es que los canes tienen algunas bondades medicinales muy importantes, inclu- yendo la capacidad de bajar la presión arterial, colesterol y sentimientos de soledad, a rman los Centros para el Control y Prevención de En- fermedades (Centers for Disease Control and Prevention). Por supuesto, hay excepciones para la gene- ralización de la fauna en la o cina: algunos perros no se comportan correctamente en el ambiente corporativo, y algunos empleados pueden ser alérgicos o simplemente no gus- tarles las criaturas de cuatro patas. Si una em- La tendencia de los ‘co-workers’ de cuatro patas se extiende y no es una ocurrencia pasajera Un perro bien educado aporta bene cios a la o cina sin nin- gún inconveniente 22 BIENESTAR LABORAL