3o Trimestre 16 ·Susceptibilidad individual Existen factores de sensibilidad individual que determinan la capacidad de cada persona para adaptarse a los turnos de trabajo y la nocturnidad. Hay algunos trabajadores que se adaptan bien al principio pero se desadaptan al cabo de algunos años, la desadaptación se da frecuentemente después de los cuarenta años de edad. Necesidad del sueño reparador El dormir bien, cuestión capital, no es un asunto de la esfera privada. Hace años, Francia, convirtió el tema en una ‘Cuestión de Estado’. Numerosos estudios apuntan que en España dormimos poco y, además, con poca calidad (descanso no reparador). Veamos algunos de los riesgos de la privación (o mala calidad) del sueño. -Disminución del rendimiento. Esto conlleva un sobreesfuerzo para desarrollar las actividades laborales normales, disminución del nivel de alerta general y dilatación del tiempo de respuesta. -Aumento del número de errores. El perjuicio cognitivo paralelo a la privación de sueño hace que cualquier actividad esté sujeta a numerosos errores (en la doble vertiente de comisión y omisión). Estos errores pueden causar auténticos estragos en actividades sometidas a un ritmo de trabajo, o que entrañen riesgo para la seguridad. -Incapacidad para conducir. Es consecuencia del aumento de la posibilidad de error. En este apartado no solo se incluyen los vehículos, sino toda la maquinaria cuyo manejo entrañe riesgos para el usuario, o su entorno. -Merma de la capacidad de asimilación y memoria. Una disminución de la memoria de trabajo (o memoria reciente) implica pérdida de capacidad para desarrollar o actualizar sobre la marcha estrategias basadas en información nueva, junto con la incapacidad para recordar una secuencia temporal de eventos recientes. -Estado de ánimo inadecuado. Un mal estado de ánimo puede provocar estallidos emocionales como irritabilidad, impaciencia, comportamiento inmaduro, falta de respeto por las convenciones sociales, alteración de la relación con otras personas, etc. -Aumento de la temeridad. Los estudios de imágenes cerebrales muestran que la falta de sueño provoca una activación de regiones cerebrales responsables de la toma de decisiones arriesgadas, mientras que las regiones que regulan el control racional y lógico muestran una menor activación. En de nitiva, se produce una desinhibición, en la que la percepción subjetiva de ‘ganancia’ supera a la de potencial ‘pérdida’. -Incapacidad para reaccionar-recti car. La falta de sueño actúa negativamente sobre el pensamiento exible, la contención de pensamiento o acción, la actualización estratégica a partir de nueva información, la capacidad para introducir una divergencia de pensamiento, o la innovación sobre la marcha. -Sumatorio de efectos negativos. Cuatro o más noches de privación parcial de sueño (menos de 7 horas de sueño/noche) pueden equiparse a una noche completa en blanco. Esta privación total de sueño puede afectar la funcionalidad de las personas durante un periodo de hasta 2 semanas. El cerebro es un buen contable y no lo podemos engañar. Por todo ello, es fácil concluir que la mala calidad del sueño se per la como un riesgo emergente en el ámbito preventivo laboral. El 19 de marzo ha quedado instituido como Día Mundial del Sueño (World Sleep Day). Trabajo nocturno femenino Las mujeres que trabajan en el turno de noche aumentan el riesgo de padecer cáncer de mama en un 30% según un estudio del centro de investigación epidemiológica y salud del Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica (Inserme). Conocidos parcialmente, los resultados del Estudio Cecile, obtenidos entre 2005 y 2008 con 2.500 mujeres (1.200 afectadas de cáncer de mama y 1.300 sanas), están publicados en la revista International Journal of Cancer. Los investigadores examinaron las carreras de cada una de estas mujeres en determinados períodos de trabajo nocturno y trabajo a turnos. Resultados: el 13% de las mujeres con cáncer de mama habían trabajado noches en algún momento de su carrera (frente al 11% de la población de control). Para las mujeres que trabajaron durante la noche y en equipo, el riesgo de cáncer de mama se incrementa en un 35%. Si el período de trabajo nocturno duró más de 4 años y medio, el riesgo aumentó en un 40%. Por último, para las mujeres que trabajaron noches durante más de cuatro años antes del embarazo primer término, el riesgo es casi el doble (+ 95%). En promedio para las mujeres en el grupo que trabajaba en la noche, el riesgo de cáncer de mama se incrementa en casi un 30% en comparación con los demás. Según los investigadores, el trabajo nocturno perturba el ciclo circadiano (24 horas), que regula muchas funciones biológicas. El aumento en el riesgo de cáncer de mama entre las mujeres que trabajan por la noche o por turnos estaría relacionado con la exposición a la luz durante la noche, que suprime el pico nocturno de melatonina y sus efectos anticancerígenos, modi cando el funcionamiento de los genes del reloj biológico que controlan la proliferación de células anómalas o los trastornos del sueño puede debilitar el sistema inmunitario. Estas alteraciones del ritmo circadiano están asociadas con un mayor riesgo de trastornos metabólicos y enfermedades del corazón. Protección Laboral 88 Trabajo y salud