Protección Laboral 88 Nuevas evidencias sobre los efectos del trabajo nocturno en la salud El boletín Hesa Mag, del 30 de junio, editado por el instituto sindical ETUI (European Trade Union Institute) se hace eco de un nuevo informe francés que viene a rati car lo que ya es una evidencia aceptada: el trabajo nocturno tiene consecuencias graves para la salud. “El trabajo nocturno provoca trastornos del sueño y metabólicos, así como enfermedades graves, según el estudio elab- orado por la Agencia Francesa de Seguridad de la Alimentación, el Medio Ambiente y el Trabajo (ANSES), publicado el 22 de junio de 2016. Se reabre el debate sobre la turnicidad y sus consecuencias para la salud laboral. *Manuel Domene. Periodista En colaboración con especialistas de Europa y América, los expertos franceses han ana- lizado veinticuatro estudios epidemiológicos re- cientes. La conclusión es que existe un vínculo comprobado entre los trastornos del sueño y el trabajo nocturno (somnolencia, sobre todo) y el síndrome metabólico (asociación de síntomas como el sobrepeso, hipertensión o trastorno de los lípidos). Los investigadores también creen que el trabajo nocturno ejerce un “probable impacto” en la aparición del cáncer de mama, la diabetes tipo 2 y la enfermedad cardíaca coronaria. El ma- yor riesgo de cáncer de mama podría ser debido a la alteración de los ciclos biológicos. El trabajo a turnos está considerado desde 2007 como “probablemente cancerígeno” por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC). De acuerdo con la encuesta europea sobre las condiciones de trabajo del año 2015, el 19% de los trabajadores europeos tienen un trabajo nocturno. La encuesta mostró que los empleados que trabajan de noche están generalmente sujetos a factores de estrés físico, una mayor presión de tiempo (horarios, ritmos limitaciones, plazos, etc.), y frecuentes tensiones con los compañeros de trabajo o el público. Nuestra sociedad no puede menospreciar la calidad-cantidad de sueño, por más que ésta no tenga consecuencias dramáticas inmediatas, por ser una ‘bomba de relojería’ que crea situaciones potencialmente peligrosas para la salud y la seguridad de las personas. Alteración del ritmo del sueño En el sueño in uyen las patologías, pero también los estilos de vida de las personas y las formas de organización del trabajo. Veamos algunas conclusiones al respecto: ·Trabajo nocturno y cáncer No es herejía cientí ca ni aberración alarmista establecer vínculos causa-efecto entre trabajo nocturno y cáncer. Aunque la idea ha venido siendo rechazada, nalmente, la Agencia Internacional de Investigaciones de Cáncer (IARC), ha concluido que el trabajo nocturno y el trabajo en horarios irregulares (cambio de turnos) pueden catalogarse entre los agentes “probablemente cancerígenos”, equiparándolos a riesgos indiscutibles, de la misma naturaleza, como la radiación ultravioleta, o los gases y micro- 96 partículas generados por los motores diesel. El problema tiene unas proporciones abrumadoras, ya que, actualmente, en torno al 20% de la población laboral de los países desarrollados trabajaría de noche. El primer antecedente conocido de esta hipótesis se remonta a 1987, cuando el epidemiólogo de cáncer, Richard Stevens, publicó una ponencia sugiriendo un vínculo entre la luz en la noche y el cáncer de mama. Según los cientí cos, el problema radica en que el trabajo nocturno inter ere con el reloj biológico del cuerpo humano. Precisamente, la melatonina, hormona que impide la creación de tumores, se produce normalmente durante la noche, por lo que interrumpir este proceso supone un debilitamiento de nuestro sistema inmunitario y de defensas. O, dicho de otro modo, cuanto más bajo es el nivel de dicha hormona, mayor posibilidad de desarrollar cáncer. A esta probabilidad hay que añadir otros riesgos, conductas de riesgo, exposiciones, etc. del sujeto. Por supuesto, que detrás de un problema de salud suele haber un agregado o cóctel de causas (incluyendo los factores personales del individuo), y que la nocturnidad y el trabajo por turnos –que podríamos sintetizar en el neologismo “nocturnicidad”- por sí solos deben tener un efecto cancerígeno moderado. Sin embargo, existen evidencias para recelar, pues el cáncer de mama aumentó repentinamente a comienzos de los años 30 del siglo pasado en las sociedades industrializadas con la intensi cación del trabajo nocturno. Más recientemente, otros estudios han hallado que las mujeres que trabajan de noche son más propensas al cáncer de seno, y que los animales que se someten a pruebas en las que los períodos de luz y oscuridad se alteran ar ti cialmente desarrollan más tumores cancerosos y mueren más jóvenes. En 2007, Schwartzbaum, Ahlbom y Feychting, publicaron el estudio “Cohort Study of Cancer Risk among Male and Female Shift Workers” (Estudio de cohorte del riesgo de cáncer en trabajadores y trabajadoras a turnos), que se suma a la hipótesis de que la melatonina, hormona que inhibe los cánceres inducidos de forma experimental, es suprimida por la exposición a luz durante la noche. De esta manera, los trabajadores nocturnos podrían estar expuestos a un riesgo mayor de desarrollar cáncer. 3o Trimestre 16 El trabajo por el sistema de turnos rotatorios produce una marcada perturbación en la vida familiar y social de los trabajadores Trabajo y salud