Protección Laboral 88 al riesgo de temporada como a amplios cambios geográ cos en la aparición de enfermedades durante décadas. Además de intervenir en la transmisión de enfermedades por vectores, el cambio climático interactúa muy probablemente con muchos otros factores, como la adaptación y mutación de los patógenos, la disponibilidad de huéspedes, el cambio de los ecosistemas y el uso del suelo, la demografía, la conducta humana y la capacidad adaptativa. Estas interacciones complejas hacen que sea difícil predecir los efectos del cambio climático sobre las enfermedades transmitidas por vectores. Algunas evidencias clave son: •Cambio de distribución de los vectores (agentes infecciosos) y las enfermedades que provocan Se espera un cambio de la distribución geográ ca y estacional, generando contingencias inéditas hasta la fecha. •Adelanto de la actividad de la garrapata y expansión al rango norte Portadoras de la bacteria causante de la enfermedad de Lyme, las garrapatas (y otros patógenos) tienden a mostrar un adelanto de su actividad estacional y su expansión a latitudes más septentrionales como respuesta al aumento de las temperaturas derivadas del cambio climático. La prolongación de su actividad estacional y la expansión geográ ca de estos insectos parasitarios no harán sino aumentar el riesgo de exposición para los humanos. •Cambio de la dinámica de las enfermedades transmitidas por mosquitos El aumento de las temperaturas, el cambio de los patrones de precipitación y una mayor frecuencia de algunos episodios de clima extremo está modi cando la distribución, abundancia y prevalencia de la infección de mosquitos que transmiten el virus del Nilo Occidental y otros patógenos al alterar tanto la disponibilidad de hábitats como las tasas de reproducción del mosquito y los virus.Así, aumentará la exposición humana a la picadura de tales insectos, aumentando el riesgo de enfermedades emergentes e inéditas en sus nuevas colonias geográ cas. •Aparición de nuevos patógenos asociados a vectores Los patógenos vectoriales muestran tendencia a emerger y reemerger debido a las interacciones de factores climáticos con otros desencadenantes, como el cambio en los patrones de uso del suelo. El impacto sobre la salud será, no obstante, limitado por la capacidad adaptativa de las poblaciones humanas, junto con las prácticas de control de las infecciones o las medidas de protección personal. Salud mental y bienestar Por último –y no menos importante- cabe recordar el daño colateral que provoca el cambio climático en la salud mental. Los efectos van desde un estrés mínimo –aceptable- y síntomas de distrés –cuando el estrés empieza a ser nocivo- a los desórdenes clínicos, como ansiedad, depresión, estrés post-traumático y tendencias suicidas. Dichos efectos raramente se dan solos, sino que se recombinan con otros estresores ambientales y sociales. La interacción y efecto acumulativo son factores críticos para la salud mental. Algunos individuos se recuperan, pero otros entran 92en una espiral de disfunción psicológica crónica, especialmente si viven en zonas donde se hace más palpable el efecto del cambio climático o sus episodios puntuales en forma de desastres naturales. El tratamiento farmacológico de ciertas dolencias mentales aumenta la vulnerabilidad de los pacientes al estrés térmico (algunas medicaciones inhiben la función de termo-regulación corporal). Agravamiento de las enfermedades de base Cada trabajador, en función de variantes individuales, tiene su propio estado de salud.Con el envejecimiento de la población laboral aparecen‘condiciones de salud crónicas’ (dicho eufemísticamente) que interactúan con el cambio del clima o se ven agravadas por éste. Veamos algunos ejemplos: -Alzheimer. Las personas con disfunciones cognitivas son más vulnerables a los eventos de clima extremo. -Asma. La enfermedad se agrava por los cambios en la estación polinizadora, exposición a alérgenos y contaminantes que aparecen como consecuencia de los cambios de temperatura, humedad y viento. -Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). Los pacientes son más sensibles a las alteraciones del clima que la población general. -Diabetes. Esta enfermedad, que evoluciona al alza debido a un estilo de vida poco saludable, aumenta la sensibilidad al estrés térmico, especialmente durante episodios de olas de calor. -Enfermedad cardiovascular. Los enfermos ven agravada su sintomatología durante eventos de estrés térmico u olas de calor. -Obesidad. Aumenta la sensibilidad a altas temperaturas ambientales. Hasta ahora, los estudios, obviando otras consecuencias del cambio del clima, se han centrado en los efectos del calor. Por ejemplo, Tord Kjellstrom, del Centro Nacional de Epidemiología y Salud de la Población de la Australian National University (Canberra), nos lo recuerda en su trabajo “Workplace heat stress, health and productivity an increasing challenge for low and middle-income countries during climate change”. El investigador destaca se está menospreciando el impacto del cambio climático global sobre la actividad / productividad humana y la salud de los trabajadores.Advierte que “los riesgos de salud potenciales y la merma de la productividad del trabajador son sustanciales”. Hasta ahora, la diferencia entre confort o estrés térmico había dependido del aire acondicionado. Sin embargo, tenemos evidencias de que, en lo sucesivo, será necesario, según Kjellstrom, “aplicar medidas de prevención efectivas (‘adaptación’) para reducir el estrés térmico laboral, algo que es práctica y económicamente posible para entornos cerrados, pero mucho más difícil de llevar a cabo en trabajos que se desempeñan a la intemperie”. La cuestión climática (estrés térmico, en este caso) aparece como una nueva brecha entre países ricos y pobres, lo que frenará el desarrollo económico y social de los más desfavorecidos, además de condenarles a viejas y nuevas enfermedades de origen laboral. 3o Trimestre 16 La ciencia vincula el virus Zika al cambio climático Aedes aegypti, virus del dengue, chinkugunia son enfermedades transmitidas por la picadura de mosquitos. Ahora se añade el Zika a la lista de vectores infecciosos. El responsable de la expansión es el cambio climático, que se mani esta con fenómenos naturales como fuertes y frecuentes oleadas de calor estival, inviernos gélidos, inundaciones, sequías, huracanes y tormentas, así como el transporte aéreo, que facilita la globalización de las toxinas. Nada es casual en las leyes de la natu- raleza, y el cambio del clima es buena prueba de ello. En la naturaleza nada es casual, todo tiene un porqué, ya que existen vínculos que por más que parezcan invisibles allí están y cualquier anomalía implica una ruptura de un sistema que parece funcionar en perfecto equilibrio. El cambio climático es el muestra de ello. Desde febrero de 2016, la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene declarada la emergencia inter- nacional ante la extensión del virus del zika, conocida desde hace décadas, pero que podría ahora adquirir proporciones de plaga peligrosa.“Está claro que el virus del zika está vinculado con la temperatura”,asegura Janos Pasztor, secretario general asistente de la ONU para Cambio Climático. La comunidad cientí ca se pregunta por qué ha empezado a cambiar la patología de este virus, después de más de 60 años, y a extenderse. La conclusión es que “los virus transmitidos por insectos se ven muy afecta- dos por el calentamiento global. El territorio de los insectos se expande al tiempo que el clima es cada vez más cálido”. Así, en Perú existe constancia, con rmada por su Ministerio de Salud Pública de que “el cambio climático ha favorecido la reproducción del mosquito, acortando los días de reproducción de 15 a 7”. La Universidad de Haifa (Israel) y el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades han con- ducido estudios exhaustivos sobre esta relación, llegando a establecer una conexión directa entre el fenómeno de El Niño y el brote de esta enfermedad. La investigación ha revelado que la expansión del virus no se debe a fuertes lluvias y tormentas, sino a todo lo contrario: persistentes sequías y más calor de lo habitual.Todo es plausible: según los registros de la NASA, el 2015 ha sido considerado el año más caluroso del que se tiene constancia en la historia. El cambio climático agrava enfermedades de base del trabajador, por ejemplo las del aparato respiratorio Trabajo y salud