3o Trimestre 16 Protección Laboral 88 86 El mar es un medio hostil para trabajar por las condiciones meteorológicas, los movimientos del barco, las estancias prolongadas en alta mar, etc. que deberá adecuarse al trabajo desarrollado. Asimismo, la ropa impermeable será de colores muy visibles (rojo o naranja). Riesgos derivados de las tareas náuticas o marineras ·Atraque Durante las maniobras en puerto es habitual ver tripulaciones que pasan los cables por encima de la tapa de regala (parte superior de la borda) de los barcos de manera que se incrementa el riesgo de atrapamiento de las manos entre los cabos y la borda, o el atrapamiento entre el bar- co y el atracadero. Así, son frecuentes las heridas en las manos, las caídas al mismo o a diferente nivel, e incluso al mar.También pueden producir- se golpes por objetos. Es recomendable instalar gateras, bitas y corna- musas que faciliten el paso y la jación de los cabos de amarre tanto en el momento de atra- que como posteriormente en los desplazamien- tos que los barcos experimentan por efecto del viento, mar de fondo, resaca, etc. ·Armado Durante el proceso de armado del barco se mueven objetos pesados y de difícil manipula- ción, lo que comporta esfuerzos considerables en condiciones inadecuadas. A veces se produ- cen caídas en el momento de abrir los tambu- chos que durante la jornada han permanecido cerrados. Es preciso seguir las recomendaciones sobre el manejo manual de cargas (coger y tras- ladar el peso): dicho peso no ha de ser excesivo ni impedir la movilidad y visibilidad, siendo ne- cesario exionar las rodillas al cogerlo, y con la espalda recta. ·Gobierno del barco El manejo del timón y generalmente el gobierno y control del barco producen, con el tiempo, fa- tiga para el piloto o timonel. Es preciso veri car que existe la altura adecuada desde el suelo a la rueda del timón, previendo la posibilidad de ins- talar una butaca de altura regulable, y colocar los aparatos en el puente de mando de manera que sean accesibles para el manejo sin necesidad de adoptar posturas forzadas. Se evitará de este modo la aparición de lesiones musculo-esquelé- ticas que suelen afectar a las piernas, el cuello, los brazos, hombros y espalda. Lo que los técnicos denominan “ergonomía del puente de mando”, es decir, la disposición detalla- da de todos los elementos que se han de utilizar por el patrón para facilitar su trabajo ha de ser una de las prioridades cuando se instalan los nue- vos aparatos. Hay que precisar en este punto la conveniencia de que el parabrisas del puente sea de vidrio. Los parabrisas de plástico, u otros ma- teriales, acaban rayándose, condición que di culta una buena visibilidad. El incremento del número de pantallas y moni- tores en los puentes de mando hace necesario tomar las medidas de protección pertinentes ante los riesgos que pueden ocasionar, ubicarlos y orientarlos de manera que se puedan evitar los re ejos, seleccionar el contraste más adecuado, etc. La consulta permanente de estos aparatos, sobre todo si no cuentan con ltros de pantalla, aumenta la fatiga visual. ·Cordaje El mantenimiento y la utilización del cordaje se hace, por lo general, sin guantes, lo que puede ocasionar heridas en las manos, producidas por los hilos libres de los cables y de las malletas. También hay que extremar las medidas de seguri- dad al usar herramientas manuales para efectuar reparaciones a bordo. No es ocioso insistir en la necesidad de que el personal embarcado se acostumbre a trabajar con los guantes adecuados para cada actividad. ·Herramientas Las herramientas manuales se deben guardar en paneles de manera ordenada, y de forma que no puedan desprenderse de su ubicación. Los hilos, clavos y otros elementos cortantes deben hallar- se protegidos. El transporte de estas herramien- tas se ha de hacer de manera que las manos que- den libres. En ningún caso podrán dejarse sobre super cies irregulares o pendientes que puedan provocar su desplazamiento o la caída. Las herra- mientas no se deben llevar nunca en los bolsillos, especialmente si tienen super cies cor tantes o puntiagudas. ·Sala de máquinas Entre los riesgos más frecuentes, cabe citar las quemaduras, atrapamientos por manipulación de piezas móviles, golpes con (o contra) objetos), heridas por herramienta, entrada de cuerpos ex- traños en los ojos, caídas de altura y al mismo nivel. Es necesario que las transmisiones y las pie- zas en movimiento estén protegidas mediante las defensas adecuadas.Todas las super cies calientes han de estar perfectamente aisladas de manera que sea imposible un contacto accidental. La operación de arranque manual de un motor suele producir un accidente debido al retroceso de la palanca de accionamiento del dispositivo. La lesión característica de este accidente suele ser la fractura de la muñeca. En esta operación hay que ajustar el volante de manera que el pulgar se ubique al mismo lado que el resto de dedos de la mano, única manera de prevenir los efectos lesivos del movimiento de retroceso del volante. Aunque son menos frecuentes, también conviene destacar las explosiones neumáticas y químicas, así como las intoxicaciones repentinas por los hu- mos y gases que emite el motor. ·Riesgos eléctricos La corriente eléctrica ha sido la causa de muchos accidentes mortales a bordo. Sólo el personal cuali cado debe efectuar las conexiones o repa- raciones eléctricas. El patrón y el mecánico o mo- torista deben avisar al resto de tripulantes de la prohibición de manipular aparatos o instalaciones eléctricas sin autorización. El peligro de electrocu- ción aumenta cuando: -Se trabaja en locales húmedos o mojados -Se está sudado o las manos, ropa o el calzado se encuentran húmedos o mojados. Al trabajar descalzo aumenta el peligro. -Se trabaja con herramientas eléctricas o luces portátiles con aislamiento defectuoso o despro- vistas de la toma de tierra reglamentaria. Conviene insistir en la necesidad de que los cables, clavijas, enchufes e interruptores se encuentren en perfecto estado, que no se hagan empalmes sin el conveniente aislamiento, y que las luminarias estén dotadas de la protección adecuada. Nunca se depositarán materias combustibles cerca de aparatos o instalaciones eléctricas. Una chispa o un sobrecalentamiento puede iniciar un incendio. ·El trabajo en la cocina del barco No pueden obviarse los riesgos del personal que trabaja en las cocinas. El riesgo más frecuente en estos casos está relacionado con heridas y que- maduras. Las cocinas han de contar con agarra- deros adecuados donde los tripulantes puedan asirse para compensar el efecto del cabeceo del buque. Las cocinas que funcionan con gas deben tener conducciones rígidas, y las bombonas de- ben estar instaladas en una cubierta separada que se comunique con la cocina. Igualmente, las co- cinas deben contar con elementos de retención que impidan el desplazamiento o el volcado de ollas, cazuelas o sartenes. Por último, recordar la importancia y obligatoriedad de que quienes se dedican a las tareas de la cocina tengan la licencia de manipulador de alimentos. Técnicas de prevención