3o Trimestre 16 Protección Laboral 88 Proximidad forzosa y riesgo psicosocial Aunque lo más usual es que impere un espíritu de camaradería, el buque pesquero (especialmente los que faenan durante tiempo en alta mar) puede ser un terreno abonado para el ejercicio de la violencia laboral entre trabajadores, o para padecer un demoledor aislamiento en una situación de proximidad forzosa, circunstancia harto paradójica, pero posible cuando no existe una buena relación entre los trabajadores (a menudo de nacionali- dades y culturas diferentes). El tipo de comodidades del espacio personal de los trabajadores y la cantidad-calidad del sueño también son aspectos cruciales. Compartir espacio de camarote con uno o incluso más colegas supone vivir en el hacinamiento, padecer falta de espacio de almacenamiento y –lo que es peor- sufrir perturbaciones del sueño a causa de contingencias comunes como son los ronquidos y la actividad ajena.“Es peor que estar en la cárcel –bromean. No puede subestimarse el estrés al que estamos sometidos. Falta de sueño, alarmas intempestivas y repetidas, batir de puertas. Es difícil acostum- brarse a la falta de privacidad y de comodidad”. Actualmente, en modernos buques-factoría, no es raro disponer de baño propio, wi- , teléfono y televisión, comodidades que hacen más llevadera la estancia en una especie de ‘cárcel otante’ en medio de la nada oceánica, y donde convenciones de tierra como los horarios, los descansos del n de semana o las actividades de recreo quedan relativizadas por imperativos del trabajo. El ‘decorado’ es muy diferente en la pequeña ota pesquera, que debe hacer esfuerzos por modernizarse y adaptarse a las exigencias de la normativa laboral de seguridad. de la ota pesquera obligan al uso de protección auditiva individual, siendo muy comunes los del tipo orejera, con dos casquetes acolchados que cubren el pabellón externo de la oreja, y dispo- nen de un sistema de sujeción mediante arnés, así como los tapones auditivos, que se insertan en el canal del oído y se utilizan cuando las orejeras pueden representar un obstáculo para la ejecu- ción del trabajo. Las vibraciones provocan una disminución de la capacidad de atención, reacción ralentizada ante estímulos sensoriales, fatiga, estrés psíquico, etc. La permanencia continuada durante la jornada de trabajo en ambiente de ruido y vibraciones incre- menta la penalidad del trabajo. El mejor abordaje preventivo de este problema debe hacerse durante la construcción del bu- que de pesca, así como durante la armadura y el suministro, porque, teniendo en cuenta que las condiciones tendrán una tendencia a empeorar, la puesta en marcha de las medidas correctoras será costosa. Por otra parte, existe constancia de que los pesqueros salen de los astilleros con un exceso de estabilidad, lo que comporta que, inclu- so con marejadas suaves, los barcos experimentan balanceos grandes y rápidos, que repercuten en la tripulación. La columna vertebral, las articulacio- nes y el estado de salud general se resienten de manera notable debido a los esfuerzos que son necesarios para mantenerse a pie rme sobre una cubierta inestable. Dicho efecto se agrava por el efecto simultáneo derivado de las vibraciones, y aumenta con el tiempo. Erróneamente los pescadores conside- ran que cuando un barco se mueve mucho entre las olas es porque no tiene buena estabilidad. De acuerdo a sus prescripciones, los astilleros colo- can pesos en el fondo del barco con el n de au- mentar la estabilidad, lo que paradójicamente em- peora la salud osteo-muscular de los marineros. Riesgos derivados de la temperatura El cuerpo humano expuesto a temperaturas ex- tremas, bien sea por frío o por calor, sufre altera- ciones siológicas y psicológicas, además de que aumenta la frecuencia de los errores, que pue- den saldarse con accidentes. En los trabajos que requieren de habilidad manual se constata una reducción del rendimiento, disminución de la ca- pacidad de trabajo y malestar siológico. Cuando la temperatura es muy baja, el vestuario debe consistir en diversas capas de tejidos ligeros, que no impiden la movilidad, y una capa exterior impermeable, ya que el sistema de capas y el aire ejercen un efecto de aislamiento que frena la pér- dida de calor corporal. Asimismo, es fundamental que la ropa permita una correcta transpiración, pues el frío es más intenso cuando la piel está empapada de sudor. Cuando hace calor es preciso quitarse ropa, aunque no debe descui- darse la protección per- sonal necesaria para la la- bor que se esté llevando a cabo en cada momento. En los trabajos al aire libre deben tenerse en cuenta los efectos de la exposi- ción prolongada de la piel y los ojos al sol. Por tanto, deben emplearse méto- dos preventivos para evi- tar posibles insolaciones o daños oculares. En contra de la creencia más común, la ingesta de bebidas alcohólicas no produce un efecto calo- rí co, sino todo lo con- trario. Lo que es cierto es que este tipo de sus- tancias produce una cier- ta evasión de la realidad, acompañada con una despreocupación del ries- go y una mani esta pérdi- da de re ejos, de manera que se pone en peligro la propia seguridad y la del resto de trabajadores a bordo. Es difícil cambiar las condiciones en las que se desarrolla el trabajo de pesca (entorno agre- sivo), pero sí se puede actuar sobre el entorno del trabajador teniendo en cuenta los aspectos citados. Por ejemplo, con- seguir que las zonas don- de reposa la tripulación, como el comedor y las cabinas de descanso, re- gistren unos niveles acús- ticos y de vibraciones más bajos, mediante la instalación de mamparas absor- bentes y modi caciones en el diseño del barco, y que la temperatura sea la adecuada, redundará en una mejor recuperación del personal de los esfuerzos que soportan en su trabajo diario. Un factor que no debe subestimarse es la ropa, Técnicas de prevención