Protección Laboral 88 Prevenir mejor con inteligencia emocional La inteligencia es algo mucho más extenso y complejo que el mero concepto de cociente intelectual. La publicación, en 1999, del célebre libro del profesor Daniel Goleman, “Inteligencia emocional. ¿Por qué puede importar más que el concepto de cociente intelectual?” popularizó la relación y aplicación efectiva de la inteligencia emocional y la prevención de riesgos laborales. Este artículo aborda el tema teniendo como hilo conductor el “Manual de inteligencia emocional aplicada a la prevención de riesgos laborales”, publicación de la Confederación Regional de Organizaciones Empresariales de Murcia (CROEM). Manual de cabecera El factor humano (actitudes, comportamientos y emociones) es determinante para la prevención de riesgos laborales. “Por estos motivos, el objetivo de este manual –señala el prólogo de la obra- es introducir el concepto de inteligencia emocional en la Prevención de Riesgos Laborales de las organizaciones, para poder combatir de un modoe cazloscrecientesriesgospsicosociales que merman la salud de los trabajadores, di cultan el buen funcionamiento empresarial y generan pérdidas millonarias”. “Este nuevo modelo –argumenta CROEM- ha sido estudiadoyaplicadoconéxitomani estoenlas organizaciones, obteniendo mejoras productivas y, por tanto, resultados económicos positivos, que han fortalecido al sector empresarial para seguir promoviendo estas nuevas estrategias. El mundo anglosajón ha tomado la iniciativa, pero es el momento de que los sectores industriales y sus departamentos de I+D+i de nuestro país inicien la puesta en marcha y aplicación de la inteligencia emocional y sus aportaciones bene ciosas en la prevención de riesgos laborales”. Las emociones Una emoción es un proceso que se activa cuando el organismo detecta algún peligro, amenaza o desequilibrio con el n de poner en marcha los recursos a su alcance para controlar la situación (Fernández-Abascal y Palmero, 1999). Se trata de un proceso altamente adaptativo, al dar prioridad a la información relevante para nuestra supervivencia. Las emociones van cambiando en función de las demandas del entorno, por acción de la experiencia personal y social. Pueden de nirse tres funciones básicas de las emociones: -Adaptativa. Prepara al organismo para la acción. -Social. Comunica nuestro estado de ánimo. -Motivacional. Facilita las conductas motivadas. Existen ciertos patrones de reacción afectiva distintivos, generalizados y que suelen mostrar una serie de características comunes en todos los seres humanos. Estas características son universales, por lo que se comparten en todas las culturas. Entre los requisitos que debe cumplir cualquier emoción para ser considerada como básica encontramos: -Tener un sustrato neural especí co y distintivo. -Tener una expresión o con guración facial especí ca y distintiva. -Poseer sentimientos especí cos y distintivos. -Derivar de procesos biológicos evolutivos. -Manifestar propiedades motivacionales y organizativas de funciones adaptativas. De las distintas clasificaciones existentes podemos extraer siete respuestas universales: placer (o alegría), tristeza, desprecio, ira, sorpresa, miedo y asco. Las expresiones faciales de estas emociones básicas también son universales, y además algunos estudios indican que podrían ser innatas. En la tabla adjunta se describen dichas emociones. Las emociones son tan inherentes a la naturaleza humana como necesarias. Al respecto, el Manual de Croem cita que “las emociones, sobre todo las básicas, han demostrado ser extremadamente adaptativas a lo largo de nuestra historia evolutiva. Sin embargo, se construyeron para ayudarnos a hacer frente a los desafíos que nos acechaban hace 200.000 años, y las cosas han cambiado mucho desde entonces. La cultura humana ha evolucionado hasta un punto en que las personas ya no nos enfrentamos a los mismos retos de supervivencia que han existido a lo largo de nuestra historia evolutiva, sin embargo nuestro sistema emocional no ha cambiado. Por tanto, resulta necesario aprender a regular nuestras emociones para vivir en este entorno nuevo y civilizado. Hemos de medir nuestras emociones de forma adecuada, no suprimirlas o ignorarlas. Debemos volvernos más inteligentes en cuanto a las emociones y sus usos, dirigiendo su energía para motivarnos hacia nes útiles y constructivos (Matusomoto, 2010). La inteligencia es multiforme Howard Gardner en 1973 aludió a las ‘inteligencias múltiples’. La teoría de Gardner derribó la autoritaria gura de la inteligencia única, analítica, académica y racional (medida mediante 3o Trimestre 16 28 el Cociente Intelectual), y defendió por primera vez que había otras habilidades indispensables y complementarias a la cognitiva para de nir la inteligencia. En 1990 Peter Salovey y John D. Mayer fueron los primeros en de nir el concepto de inteligencia emocional: “La inteligencia emocional implica la habilidad de percibir, valorar y expresar las emociones de forma precisa; la habilidad de acceder y/o generar sentimientos cuando éstos contribuyen al pensamiento; la habilidad de Bienestar laboral