Protección de las manos PROTECCIÓN LABORAL 87 | 2oTrimestre16 34 grado de suciedad a los que se enfrenta el trabajador. La consideración de los grupos ocupacionales que desarrollan con mayor frecuencia enfermedades de la piel arroja luz sobre la fuente de los peligros. En ese sentido, es evidente que las actividades que suponen trabajo en un entorno húmedo o en áreas mojadas se llevan la parte del león en lo que a responsabilidad se refiere. Son situaciones de riesgo, entre otras muchas: -El lavado del cabello, rizado y coloreado en el sector de la peluquería. -Contactos con mezclas acuosas de lubricantes de refrigeración en la industria metalúrgica. -Lavado de manos en profesiones relacionadas con el tratamiento y cuidado de pacientes. -Contacto con el agua, productos mojados, soluciones de lavado y limpieza en la industria alimentaria. Queda pues claro que el agua y las sustancias acuosas contribuyen a una gran parte de las enfermedades de la piel. Debido a la degradación de la barrera natural de la piel y el hinchamiento de la capa córnea, las sustancias que causan las enfermedades tienen la posibilidad de ejercer su efecto nocivo. Enfermedades dérmicas de las manos ·Dermatitis, afección invalidante La dermatitis laboral es un problema serio, que supone más de la mitad del tiempo perdido en incapacidades, suponiendo un problema para el trabajador y su empresa. Con aspecto y consecuencias desagradables, la dermatitis profesional es una inflamación de la piel causada por el contacto con una sustancia irritante presente en el puesto de trabajo. Los síntomas y la variedad de las condiciones varían considerablemente. El tiempo para contraer la dermatitis profesional dependerá de una serie de factores: -Si la sustancia en cuestión es un irritante conocido o no. -Tiempo y frecuencia de contacto con la piel. -Horquilla de temperaturas. -El tipo de piel y sensibilidad individual. Localizada normalmente en las manos y antebrazos, los síntomas de la dermatitis profesional pueden ser rojez, picor, propagación y aparición de ampollas. Un empeoramiento conducirá al agrietado y sangrado de la piel, pudiéndose producir infecciones cutáneas. Estas condiciones son suficientes para provocar la incapacidad laboral transitoria del trabajador y, en casos extremos, podrían imponer un cambio de oficio. Su diagnóstico precoz y la profilaxis adecuada producirán una completa recuperación del afectado. Como en todo, también en la dermatitis la prevención es la regla de oro. En caso contrario, nuestra herramienta fundamental de trabajo no sólo no estará en condiciones, sino que constituirá un serio riesgo para la higiene de los productos manipulados. En estos casos puede decirse que la salud de las manos es doblemente valiosa. ·Urticaria Sin revestir la gravedad de una dermatitis profesional, que tiene carácter crónico, los trabajadores pueden contraer urticarias, dermatosis que aparecen en los minutos siguientes al contacto con un agente sensibilizante. La urticaria más frecuente en la vida cotidiana se debe al contacto con las ortigas, que dan el nombre a la dolencia. En el ámbito profesional, es el personal de la alimentación (panaderos, cocineros, trabajadores de mataderos), los veterinarios y los agricultores los que están más expuestos a la urticaria. Los principales agentes sensibilizantes son las proteínas de origen vegetal (harina, plantas, legumbres...) y animal (pescado, carne, piel...), productos químicos (medicamentos), etc. La urticaria se presenta en forma de placas eritematosas (rojas), edematosas (inflamadas), de tamaño variable, con prurito, sin descamación ni costra. Las lesiones se localizan en la zona de contacto, pudiendo extenderse y verse acompañadas de otros síntomas (algunos graves). Una urticaria momentánea puede acabar convirtiéndose en una enfermedad profesional invalidante. Nuevamente estamos ante un riesgo con dos frentes: la salud del trabajador y la salubridad de los alimentos manipulados. ·Onicomicosis Constituye un problema de salud que afecta a un elevado porcentaje de trabajadores, especialmente en el sector alimentario. En el decálogo de las manos sanas, uno de los mandatos fundamentales será combatir la onicomicosis, o infección de las uñas de las manos por efecto de los hongos. Esta afección oportunista tiene mayor incidencia a medida que aumenta la edad. La multiplicación de los hongos encuentra su medio idóneo en ambientes húmedos y cálidos (interior del guante) o si el trabajo requiere un contacto directo y frecuente con el agua. La onicomicosis, que se transmite de individuo a individuo, cursa con molestias iniciales, picor y un cambio estético progresivo del estado de las uñas. Cuando la afección está avanzada, las uñas cambian ostensiblemente su aspecto y forma. La infección en la punta de los dedos puede llegar a ser dolorosa y provocar la propia caída de la uña, que antes se habrá mostrado frágil y