Bienestar Laboral PROTECCIÓN LABORAL 87 | 2oTrimestre16 30 El agotamiento por carga laboral debe resolverse con medidas correctoras en la organización del trabajo. Las drogas ‘inteligentes’ no son la solución Ciertos medios entienden que esta clase de fármacos puede equilibrar las emociones y combatir la depresión. -La melatonina (Circadin). Tomada como un suplemento para combatir el insomnio y restaurar los patrones el sueño saludable, especialmente asociados a combatir el ‘jetlag’ o largas horas de trabajo. Es una hormona de producción sintética que imita la melatonina natural y que requiere la prescripción médica en la mayor parte de Europa, aunque puede obtenerse de manera alternativa en Internet. Consumidores de dopantes Determinar cuantitativamente la prevalencia de los potenciadores cognitivos (‘agentes del subidón’, en términos coloquiales) es difícil, sobre todo debido al uso no prescrito y las ventas por Internet. Sin embargo, es innegable la existencia de grupos específicos de consumo o abuso de sustancias dopantes en el contexto del trabajo y el mundo laboral. -Milicia. El Modafinilo (mejora el nivel de alerta) está al alcance del personal combatiente que sirve en diversas fuerzas armadas (siempre bajo supervisión médica y circunstancias bien definidas). -Trabajadores del transporte. Los trabajadores de rutas de transporte de largas distancias están inexorablemente asociados al consumo de estimulantes (principalmente anfetaminas) para hacer frente a las exigencias del trabajo (a veces, largos turnos). -Los trabajadores por turnos, incluidos los de los servicios de emergencia y la atención médico-sanitaria, están asimismo asociados al consumo de fármacos para incrementar el rendimiento, cuyo propósito es mantener el estado de alerta o vigilia y hacer frente al binomio trabajo/vida. Los trastornos del sueño por cambio de turno es un diagnóstico categorizado en Estados Unidos para el que está aprobado el tratamiento médico con Modafinil para restañar, cuando se necesita, el estado de alerta. Su prescripción también estaba permitida en Europa hasta la restricción impuesta por la Agencia Europea de Medicinas (AEM) en 2011. Otros grupos de trabajadores inmersos en culturas de trabajo de alta presión (competitividad o acoso), como comerciantes, académicos y abogados, están asociados con el consumo de estas drogas por diversos motivos, entre éstos, hacer frente a las exigencias del trabajo, mejorar la productividad, o superar el ‘jetlag’. Existe también evidencia del consumo de ‘drogas de estudio’, como Modafinil y Ritalin entre estudiantes como una ayuda para mejorar la atención, concentración y capacidad retentiva. El uso de estas sustancias aumenta no solo en las universidades, sino también en las escuelas secundarias. Aquellos estudiantes que ya han usado las drogas mejoradoras del rendimiento tienen mayor probabilidad de continuar usándolas cuando, con el tiempo, acceden al mundo laboral. Efectos sobre los trabajadores y el trabajo Las drogas cognitivas proporcionan un estímulo al sistema nervioso central. En general, pueden inducir un cierto grado de estado de alerta o la capacidad de concentración en una tarea, cuyos efectos y duración dependerán de la dosis y el periodo de tratamiento-consumo, aunque dichos parámetros siempre están sujetos a las diferencias individuales del consumidor. Los efectos de estos fármacos se han evaluado en pacientes con problemas de salud, pero no hay estudios con usuarios sanos. Además, los resultados de dichos estudios no muestran consenso en lo que respecta a la potencial mejora que inducirían los fármacos en personas sanas, ni se ponen de acuerdo sobre los efectos secundarios, tanto a corto como a largo plazo, incluyendo el potencial adictivo. Dado que el consumo de las sustancias susceptibles de mejorar el rendimiento escapa mayoritariamente a la prescripción y el consejo médico, las dosis están fuera también de cualquier supervisión. La tolerancia individual a las drogas crece habitualmente con el tiempo, lo que constituye un problema para los trabajadores que van aumentando sus dosis y, así, las posibilidades de efectos secundarios adversos y cronificación de la conducta adictiva. Aunque las drogas para aumentar el rendimiento concentran sus efectos en el área cognitiva, también tienen efectos físicos y emocionales que no pueden menospreciarse. Los efectos físicos son Alimentación: energía para el rendimiento En muchos casos, las personas que ingieren dopantes para mejorar su rendimiento lo único que están haciendo es paliar su déficit de rendimiento. Dicho déficit suele obedecer a conductas inadecuadas comunes entre la población, como son la mala alimentación. Para tener una buena alimentación no es necesario recurrir a los suplementos dietéticos, basta con seguir una dieta variada y tener en cuenta unas normas elementales: -El desayuno es la comida fundamental para empezar el día. No podemos saltarlo. -Mantener los niveles de energía. Es posible reponer fuerzas con alimentos ligeros: leche sola, con café o té, yogurt light, leche cultivada light, flan sin azúcar, pieza de fruta, galletas de avena, jamón de pavo, o 20 gramos de frutos secos (sin sal). -La comida del mediodía debe tener un contenido proteico (carne de pavo o pollo, pescado), pudiendo acompañarse con una ración de carbohidratos (arroz, por ejemplo) y condimentos como aceite de oliva, limón, vinagre o aceto balsámico. -Evitar una comida central pobre. Con una ensalada nos quedaremos con hambre, corriendo el riesgo de comer en exceso en la siguiente ingesta. También se evitarán las comidas ‘trampa’: plato saludable, pero con una guarnición excesivamente rica en calorías. La ingesta calórica para mantener un peso saludable depende de factores individuales, pero puede estar en torno a las 2.000 calorías/día para un varón de 70 kg.