Innovación  PROTECCIÓN LABORAL 87 | 2oTrimestre16 14 Accidentes con robots La interacción con grandes robots industriales (brazos robotizados, transpaletas, etc.) suele saldarse con accidentes fatales, que tienen, por lo común, la imprudencia humana o la mala organización del trabajo, como ingredientes. Ésta es la casuística de siniestros recientes en sendas plantas de Volkwagen: Baunatal (Alemania) y Landaben (España), con un intervalo de menos de tres meses. En Alemania, la víctima fue un trabajador de 22 años que formaba parte de un equipo que estaba montando un robot estacionario, “cuando éste le empujó y le aplastó contra una plancha de metal”, según fuentes de la empresa automovilística. El robot no tenía defecto técnico, por lo que cabe atribuir el accidente a un error humano. Volkswagen anunció en octubre que planeaba “reemplazar algunos jubilados con robots, que son mucho más rentables”, una tendencia creciente en la industria del automóvil. En la planta española se produjo la muerte de un trabajador de subcontrata, búlgaro, de 34 años, que fue atropellado por una carretilla elevadora. La causa no es atribuible a la máquina, sino a “la precarización de las condiciones de trabajo”, denunciaron los sindicatos con representación en la factoría navarra, UGT, CCOO, LAB y ELA. algo del sentido común del ser humano”, afirma un portavoz de la firma fabricante, con sede en Boston (Massachusetts). Así, Baxter es insuperable en una tarea tediosa como es examinar piezas para determinar si se encuentran dentro de las especificaciones y pasan el control. Tras lo cual, coloca las piezas buenas en un contenedor y las malas en otro. Robot humanoide R2 Junto a los robots industriales, o brazos robotizados, existen otros ingenios bajo la denominación de robots humanoides, como el denominado Robot R2. No es casualidad que, en la robótica aplicada, Estados Unidos –y más concretamente la NASA- tengan un protagonismo capital. Las determinantes necesidades de los astronautas impusieron líneas de investigación para desarrollar mecanismos de ayuda. Y tales ingenios han sido normalmente los precursores de soluciones que están actualmente en uso. El R2 está diseñado para el uso en logística y distribución, sectores médico e industrial, así como en entornos peligrosos, tóxicos o remotos. R2 es el diseño del Johnson Space Center (JSC) de la NASA en colaboración con la automovilística General Motors y Oceaneering, un robot humanoide actual y con importantes destrezas. Es el resultado de aglutinar diferentes tecnologías y sistemas, como sistemas de visión artificial, reconocimiento de la imagen, integración sensorial y algoritmos de control, entre otras muchas cosas. ¿Qué convierte a R2 en ‘espécimen’ singular? La tecnología de última generación de sus sistemas combinados, que son: -Manos. La destreza sin precedente que tienen las manos del robot permite que éste utilice muchas de las mismas herramientas que emplean los astronautas o los trabajadores industriales, con lo que se reduce la necesidad de crear herramientas específicas para el trabajo del humanoide. -Brazos. Además de flexibles, el robot conoce siempre la ubicación espacial de los mismos. Tienen lo que se conoce como ‘detección de fuerza redundante” (redundant force sensing), por lo que puede trabajar con seguridad, mano con mano, con los humanos, como ha hecho a bordo de la Estación Espacial Internacional. -Capacidad sensitiva y percepción. R2 posee sentidos similares a los humanos, por ejemplo, la capacidad de tocar y ver, lo que le permite interactuar con el medio de formas que eran inéditas para los robots hasta la aparición de este ejemplar. -Interface de control. El robot puede funcionar de modo autónomo o ser controlado por tele-control directo. En el trabajo autónomo, R2 sabe lo que debe hacer y cómo hacerlo a partir de la entrada de impulsos sensoriales. Es decir, emplea la visión, fuerza y sentido del tacto para llevar a cabo tareas en tiempo real. A diferencia de la mayoría de los robots industriales, este robot humanoide de última generación es seguro cuando trabaja junto a los humanos: se mueve a una velocidad humana; su ‘piel’ es suave y acolchada, pudiendo percibir, a través de sus sistemas de seguridad, cuándo entra en contacto con alguien. El control de la fuerza del robot es tal que cuando una persona contrarresta un movimiento (por ejemplo, del brazo del robot), éste cede fácilmente. El control de la situación espacial de los brazos contribuye también a crear un entorno más seguro para los trabajadores humanos o el equipo delicado manejado por la máquina humanoide. Destreza para múltiples aplicaciones Por lógica, el robot humanoide puede utilizar herramientas humanas, adaptándose sin problemas al trabajo manual. Para entornos industriales, esta habilidad es una característica clave, ya que R2 tiene la flexibilidad para mover cosas, mantener un taladro, utilizar unos alicates para cortar alambre, ordenar las piezas en una caja; además de encargarse del trabajo de la fábrica que es ergonómicamente difícil, repetitivo, fatigoso, o inseguro. Las aplicaciones posibles son múltiples: -Logística y distribución. Aunque la robótica ya se viene empleando en este campo, R2 permite operaciones más complejas y delicadas en cuanto el nivel de interacción. Esto incluye, por ejemplo, la manipulación de objetos delicados o de formas extrañas. La intervención de General Motors en el diseño permitió que el robot esté especialmente dotado para las aplicaciones industriales, con la ventaja añadida la flexibilidad en el cambio de tareas. Además de girar una rueda, doblar un trozo de tela, o accionar un interruptor, R2 también puede ser utilizado en lugares donde productos químicos, biológicos u otros materiales peligrosos forman parte del proceso fabril o están en el entorno de la instalación. -Medicina. El R2 puede ser de utilidad en aplicaciones médicas que van desde la telemedicina a la gestión logística de los