Ergonomía PROTECCIÓN LABORAL 86 | 1oTrimestre 2016 Movilización de usuarios, una asignatura pendiente De acuerdo con las estadísticas oficiales del Ministerio de Empleo y Seguridad Social (MEYSS, 2014) el 10% de los trabajadores españoles trabaja en el sector de la asistencia socio-sanitaria, principalmente en centros hospitalarios. Esto convierte al sector sanitario en uno de los mayoritarios, siendo el segundo índice de incidencia más elevado de trastornos musculoesqueléticos (TME) a nivel nacional, después de la construcción. *Elena Caballero Martín. Técnico Dpto. Desarrollo de Proyectos en PRL. MC Mutual. La VII Encuesta de Condiciones de Trabajo (INSHT, 2011) indica que los trabajadores del sector socio- sanitario manifiestan dolencias cervicales (43,3%), dorsales (31,4%) y lumbares (52,2%), en cifras similares a las del sector de la construcción y los transportistas de mercancías. Esto en parte es debido a que, cada vez más, la sociedad requiere de personal que asuma tareas asistenciales y que requiere a menudo movilizar usuarios. La exigencia física de este tipo de actividad se acentúa cuando los usuarios que atienden sufren alguna discapacidad que merma su autonomía en las actividades de la vida diaria (AVD). Vale la pena reflexionar sobre los datos de la encuesta de Discapacidad, Autonomía Personal y Situaciones de Dependencia (Instituto Nacional de Estadística, 2008) en la que un 30,3% de las personas mayores declararon tener alguna discapacidad; entendiendo por discapacidad, según la definición propuesta por el Consejo de Europa, el “estado en el que se encuentran las personas que por razones asociadas a la falta o la pérdida de autonomía física, psíquica o intelectual, tienen necesidad de asistencia y/o ayudas importantes a fin de realizar los actos corrientes de la vida diaria y, de modo particular, los referentes al cuidado personal”. Actividades de la vida diaria (AVD) La encuesta citada revela que existen personas en situación de dependencia o que requieren asistencia en las AVD en todas las franjas de edad. Pero es a partir de los 75 años cuando prácticamente la mitad de la población requiere de ayuda para llevar a cabo con normalidad las AVD básicas o instrumentales. Si a esto, añadimos el hecho de la regresión poblacional (el crecimiento de la población se prevé negativo a partir de 2020), la población mayor de 64 años se duplicaría en 40 años y pasaría a representar más del 30% del total (Instituto Nacional de Estadística, 2010) [imagen 1]. Con una población envejecida es de esperar que también suban los índices de dependencia [imágen 2]. Dicha evolución de la población junto con el retraso de la jubilación nos anticipa que en los próximos años tendremos también en las organizaciones un aumento de 12 Proyección de la población española a largo plazo (INE). Imágen 1