4oTrimestre15 | PROTECCIÓN LABORAL 85 Bienestar laboral Junto al absentismo en sentido estricto (ausencia física del puesto de trabajo), existen otras formas de absentismo que no son fáciles de detectar –y, por tanto, difíci- les de prevenir- como son el absentismo presencial y el absentismo emocional. En el absentismo presencial los empleados están en su puesto de trabajo pero sin ser productivos, ejecutando tareas que no guardan relación con su trabajo, etc. En el absentismo emocional los empleados no están ‘sintonizados’ con la cultura empre- sarial y objetivos de su organización. En ambos casos, la conducta absentista se debe a falta de confianza del trabajador en la empresa para la que trabaja. La media mensual de bajas por incapacidad temporal en España, en 2013, fue de 262.345. Para reducir la tasa de absentismo es necesario contar con políticas de recur- sos humanos orientadas a la motivación de los empleados. Grupos de riesgo Según los científicos, cualquier persona puede sufrir estrés pero hay ciertos “grupos de riesgo”. Las mujeres, las personas mayores y los jóvenes forman parte de esos grupos más vulnerables. En las sociedades occidenta- les gran parte de la población femenina traba- ja fuera y dentro del hogar, lo que provoca frustración. Además, deben enfrentarse a lo que se denomina “el techo de cristal”. Está demostrado que, pese a tener la misma for- mación y el mismo tipo de trabajo, las muje- res siguen ganando menos que sus compañe- ros masculinos y sus posibilidades de promoción y ascenso son inferiores. Los jóvenes que se incorporan al mercado laboral por primera vez son también suscepti- bles de padecer estrés por la precariedad existente en el empleo. Y los trabajadores de edad más avanzada encuentran en los cam- bios tecnológicos una falta de adaptación a sus puestos de trabajo que puede causarles tensiones psicológicas fatales para su salud. Según el catedrático de Psicología de la Uni- versidad Complutense, Francisco Alonso, autor del libro ‘Psicología del trabajo’, “los profesionales de la sanidad, la enseñanza y los servicios sociales son los más vulnerables a sufrir estrés ocupacional. Los trabajos y profe- siones que exigen entrega, implicación, idea- lismo y servicio a los demás son los más estre- santes. Desarrollan una actividad intermedia entre los trabajos intelectuales y los manua- les. Son trabajadores en permanente contacto con los demás, agobiados por las demandas del público y controlados por la dirección”. Prevención Los expertos en seguridad e higiene laboral consideran que para corregir la fatiga (en toda la extensión del término) que provoca el trabajo es necesario mejorar la comunica- ción, aumentar la participación de los traba- jadores en las decisiones respecto al trabajo, mejorar las condiciones ambientales, pro- moviendo la variedad y estimulación en las tareas de trabajo. Un aspecto determinante de la calidad de vida laboral es el aumento del apoyo social en las organizaciones, lo que se consigue favoreciendo la cohesión de los grupos de trabajo y formando a los supervisores para que adopten una actitud de ayuda con los subordinados, ya que el apoyo social no sólo reduce la vulnerabilidad al estrés sino tam- bién sus efectos negativos. La inversión a realizar es mínima en compa- ración con el ahorro de costes y otros bene- ficios, que situarán a la empresa en una posi- ción ventajosa frente a la competencia. La lucha contra el estrés tiene gran importan- cia. En los países nórdicos, que son los más avanzados en esta materia, las organizacio- nes conocen el problema, y los psicólogos ocupacionales no abordan el tema como un problema individual sino que lo analizan en su base, buscando la raíz. Las medidas paliati- vas pueden ayudar puntualmente, sin embar- go la acción global pasa por intervenir en la organización del trabajo, fomentar el apoyo social, la comunicación y la formación del trabajador, porque es la organización la que, en muchas ocasiones, genera los riesgos. Investigadores de la Universidad de Notting- ham aseguran que “se debe investigar más”, particularmente en lo referente a la gestión y evaluación del estrés, y ratifican la tesis de que los esfuerzos deben centrarse en “la salud de las organizaciones y no en curar a los individuos”. Los investigadores sugieren que las empresas utilicen el marco legislativo existente en lo referente a gestión de riesgos físicos y lo adap- ten a los riesgos psico-sociales que afectan a la salud de los trabajadores. Se considera que este enfoque es la estrategia más adecuada a seguir para hacer frente a los peligros físicos existentes en el trabajo y representa una herramienta útil para evaluar los peligros psico-sociales en el entorno laboral. Múltiples maneras de ser más feliz en el trabajo No hace falta esperar al Día Internacional de la Felicidad para plantearnos cómo ser más felices en el trabajo, tarea nada sencilla. La lista de estrategias es amplia. En todo caso, los expertos en gestión del estrés y del bienestar psicosocial apuntan algunas recomendaciones. He aquí una lista. Debemos evitar las comparaciones con los demás. No hemos de obsesionarnos con lo que escapa a nuestro control. Hay que separar el trabajo y la vida personal. No se debe prometer más de lo que se pueda cumplir. Todos tenemos las mismas horas para trabajar (no aleguemos falta de tiempo). Seamos capa- ces de reírnos de nosotros mismos (el humor es inteligente). ¿Por qué no soñar des- piertos? (fomenta nuestra creatividad). No dediquemos tiempo ni energía al odio (es un parásito emocional que nos destruye). La disyuntiva está entre los psicofármacos o cambiar de estilo de vida. Para los que opten por lo segundo lo fundamental es poner coto al caos mental crónico con reorga- nización, sin pretender abarcarlo todo, eligiendo prioridades y tirando mucho lastre. El ‘ocupado’ debe reservarse espacios de ‘nada’, lo que se conocía clásicamente como el ‘dolce fare niente’ (dulce holgazaneo), puesto que no somos máquinas y necesitamos pausas de relajación. Otras pautas para combatir el agobio de la super-ocupación son la alimentación cuidada (rica en frutas/verduras), descansar procurando dormir no menos de siete horas, establecer un fin de jornada improrrogable, hacer ejercicio físico regular... 35