PROTECCIÓN LABORAL 84 | 3oTrimestre15 Riesgos emergentes fumadora, que llevaba 6 años haciendo foto- copias a jornada completa. La enfermedad que se le diagnosticó (sidero-silicosis) es más propia de los pica-pedreros y la minería que de oficinistas. Con toda probabilidad, a la vuelta de unos años descubriremos un grupo de enfermos muy similar al de los afectados por la asbesto- sis (amianto). Entre las primeras señales de alarma surgidas en nuestro país destacamos la de la Sección Sindical de Justicia, de CC.OO., en Valencia. Estos adelantados a su época advierten que “los tóner y cartuchos usados no están clasificados ni como residuos peli- grosos ni como no peligrosos, sino con el enigmático calificativo de ‘especiales’, ya que todavía no se les ha asignado definición. A la espera de que ésta se efectúe, la tinta que con- tienen puede ser peligrosa también para la salud”. El documento de la sección sindical también habla de la composición del tóner y sus efectos: “el tóner está compuesto básicamente por resinas termoplásticas y pigmentos. Entre las primeras se encuentran el poliestireno (irritante de la piel y las mucosas), el metacrilato de n-butilo (los vapores de metacrilato de butilo producen irritación de las mucosas, incluso bronquial) y acetato de polivinilo (es irritante de las mucosas oculares; produce conjuntivitis). Los pigmentos del tóner están constituidos por negro de humo, un producto que tiene más del 85% de carbono y partículas obte- nidas de la combustión parcial de hidrocar- buros. Existe una declaración de valores límites ambientales de exposición a este producto (3,5 mg/m3) por ser causante de daño pulmonar e irritación cutánea. Entre los componentes puede encontrarse la benzopirina, una sustancia tiene efectos cancerígenos en los animales y, aunque no está confirmado, puede ser cancerígena también para el hombre. De todo ello se deduce que es imprescindible conocer el tipo y composición de tóner que se utiliza en cada uno de los equipos de reprografía”. La preocupación que observamos en estos empleados de Juzgado es razonable ya que imprimen cantidades ingentes de papel. Es obvio que la publicación de unos VLA para el negro de humo en el listado que confec- ciona el INSHT no es la panacea de la pre- vención, y que se debe hacer algo más. Prevención de la exposición al polvo de tóner Lo primero a erradicar es la perniciosa cos- tumbre de soplar sobre el tóner residual que se va acumulando en cartuchos, tambores de impresión o el interior de las máquinas. Y asu- miendo -de una vez por todas- que la manipu- lación del tóner entraña evidentes riesgos para la salud, deben tomarse las pertinentes medidas de seguridad. -La metodología de trabajo ha de contemplar la eliminación del tóner por aspiración mediante un aspirador que incorpore un filtro HEPA. El soplado disemina las micro-partícu- las en el aire respirable, que es lo que hemos de evitar a toda costa. -Cuando se deba aspirar una cantidad impor- tante de tóner será necesario utilizar un aspira- dor especial anti-deflagrante, pues, como todo polvo, el tóner puede crear una atmósfera explosiva (ATEX), y el ventilador producir la chispa desencadenante de la explosión. -Es conveniente emplear mascarillas (al menos del tipo FFP1 – contra polvos nocivos), que deben ajustar perfectamente al perfil facial para una completa eficacia. -Estas operaciones no deben ejecutarse por personal sin la debida formación debido al riesgo que supone para ellos y para terceros. En la medida de lo posible, se evitará el con- tacto de los trabajadores con estos productos como medida de control preventivo. Si bien es conveniente un control periódico de las máquinas y sus emisiones. -Para evitar la contaminación, los trabajadores deben abstenerse de fumar, comer o beber en presencia del contaminante, y seguir un pro- tocolo de higiene personal después de la intervención con tóner, además de eliminar correctamente el material contaminado (mas- carilla, ropa). -Los cartuchos desechados son un residuo peligroso, por lo que no pueden tratarse como basura convencional. La naturaleza ter- moplástica hace que el tóner tenga una vida de hasta 300 años antes de degradarse, tiempo en el que puede contaminar el medio natural, acuíferos, etc. si no se hace una gestión res- ponsable del residuo. Su retirada se confiará a empresas especializadas, o se entregarán los cartuchos desechados en un ‘punto verde’ de recogida de materiales contaminantes. Fotocopiar o imprimir con láser supone un riesgo respiratorio 41