OFICINAS CALIDAD DE VIDA LABORAL mermando drásticamente nuestras capacidades físicas. No podemos per- mitirnos el dudoso lujo de tener edificios donde la gente vaya a trabajar y acabe enfermando. La CAI (Calidad Ambiental de Interiores) representa salud para la oficina, al precio de una buena gestión, que supone: -La auditoría ambiental e higiénico-sanitaria de edificios. Su objetivo es detectar inconformidades, factores de riesgo asociados, entre otros, a la mala calidad del aire, a la contaminación por agentes físicos, químicos, biológicos y microbiológicos, a deficientes sistemas de limpieza y desin- fección, y a carencias ergonómicas de todo tipo. -La gestión ambiental e higiénico-sanitaria de los edificios. Su amplio espectro incluye el análisis del aire y de superficies; estudio de iluminación, ruido y vibraciones; inspección, diagnóstico y descontaminación de los sistemas de climatización; diagnóstico del entorno electromagnético y de los factores ergonómicos; optimización energética, etc. Pero la lista es aún más larga, llamándonos la atención sobre otros requisitos, como: desin- sectación-desratización, desinfección ambiental y de superficies, control de aves y otras plagas, prevención de la legionelosis (tratamiento de aguas de consumo humano). La CAI es una forma integral de prevención de alcance muy superior a la prevención individual que ofrecen los EPI. Debe basarse en una política de ‘Facility Management’ (Gestión de Instalaciones). Con el objetivo de ahor- rar costes, mejorar la productividad y generar plusvalías, el ‘Facility Man- agement’ vendría a ser el médico de cabecera de los edificios, cuya fun- ción es vigilar (mantener) la salud de las instalaciones y, con ello, la salud de los trabajadores. Sedentarismo A los riesgos del entorno físico (edificio u oficina) hay que añadir los que se derivan de hábitos o inercias de trabajo; y una inercia de la oficina es el sedentarismo, que da origen a literatura de adjetivación llamativa, con eti- quetas como ‘e-trombosis’ (‘trombosis electrónica’, o pasar muchas horas sentado delante de dispositivos electrónicos). Estudios recientes han añadido la “e-trombosis” a los peligros de pasar muchas horas sentado frente a pantallas de visualización de datos (PVD’s). Las personas que pasan toda su jornada laboral ante el ordenador pueden desarrollar coágulos de sangre debido a la inmovilidad prolongada que ello supone, como recogen diversos estudios médicos e informaciones diversas difundidas por algunas empresas informáticas. Microsoft tiene varias páginas en Internet dedicadas al tema. Y Logitech, uno de los principales fabricantes de teclados y ratones, incluye en sus productos etiquetas con instrucciones y consejos prácticos para evitar LA POSTURA DE TRABAJO ES FUNDAMENTAL; NO VALE CUALQUIER SILLA incomodidades a los usuarios. A afecciones como dolores de espalda, molestias en algunas articula- ciones y problemas oculares se añade, ahora, un problema circulatorio similar al que pueden sufrir los pasajeros de largos vuelos en avión, el lla- mado “síndrome de la clase turista”, y que ha venido a denominarse “e- trombosis”. La dolencia ha sido estudiada por especialistas, que coinciden en señalar que los síntomas casan con los de la “trombosis venosa pro- funda”, diagnosticada por primera vez durante la Segunda Guerra Mundial entre personal de tropa que permanecía inmóvil durante mucho tiempo. La prevención pasa por evitar el sedentarismo: pasear, estirar las piernas, además de beber mucha agua y no consumir alcohol. Modelar/cuidar el cuerpo mientras se trabaja No hay una razón insalvable por la cual el trabajo de oficina haya de ser sedentario, fuente de trombosis u otras complicaciones de salud. Hoy día, la tecnología ofrece soluciones para aprovechar la jornada laboral para modelar el cuerpo (además de para trabajar). ·‘Bonk Box’ o el ‘corpore sano’ Bonk Box es una estación de ejercicio, desarrollada por una empresa francesa como una “solución global e innovadora para mejorar el bienes- tar, promoviendo la práctica de actividad física en los lugares de trabajos y otras colectividades”. El equipo se acompaña de una filosofía sencilla: ayudar a las empresas a sensibilizar a sus plantillas del estrecho vínculo que existe entre nutrición, deporte y salud. Y Bonk Box, como afirma el marketing de sus promotores (Shape your Life!), ha venido para modelar cuerpos y –aún más- las vidas o, por lo menos, el estilo de vida de los oficinistas. La empresa afirma que, con la voluntad de compartir sus valores, “hemos imaginado Bonk como un nuevo estilo de vida, más responsable y sano, que se apoya en un enfoque global, progresivo y personalizado del bien- estar”. La estación de ejercicio Bonk Box, con sus diferentes programas, permite a cada persona alcanzar su objetivo en función de variables indi- viduales como necesidades, forma física, modo de vida, etc. ·‘Happy Legs’ o la gimnasia pasiva Para oficinas con espacio o presupuestos reducidos también hay opciones, como los aparatos de gimnasia pasiva. Con ‘Happy Legs’ (Pier- nas Felices) los usuarios mueven las piernas (se las mueve el aparato) sin tener que abandonar su actividad laboral (puede continuar sentado en la silla). La empresa que comercializa este aparato argumenta que su suave movimiento “basado en el principio natural de caminar, alivia y previene todo tipo de dolencias derivadas de la falta de movilidad y del sedentaris- mo de una forma saludable y sencilla, sin esfuerzos ni contraindicaciones para nuestra salud”. Tres horas de gimnasia pasiva con este movilizador de las extremidades equivalen a una hora de paseo. Entre sus múltiples beneficios están la pre- vención (o alivio) de enfermedades venosas crónicas, de la inflamación en piernas y tobillos, dolores articulares (especialmente los asociados a dia- betes), mejora de la circulación (prevención de las varices), cansancio pos- Espacios para la convivencia (no la supervivencia) Mejorar el confort del lugar donde pasamos muchas horas al día traba- jando tiene un retorno en forma de aumento de la productividad. Hay empresas con mentalidad clásica que piensan que la oficina es un lugar de trabajo, y que el resto de veleidades personales deben ser resueltas fuera del horario laboral. Sin embargo, cada día son más las empresas que descubren que el confort en la oficina no sólo no afecta a la pro- ductividad, sino que la mejora, con lo que se hacen receptivas a la idea de crear espacios de convivencia y no de supervivencia. Disponer de una pequeña cocina en la empresa puede hacer la diferencia entre lo uno y lo otro, especialmente en la actual situación económica que impi- de a muchos trabajadores comer en un restaurante. La mesa y la comi- da propician buenos momentos (segregamos endorfinas), que pueden convertirse en oportunidades para enriquecer la creatividad, intercambio y comunicación interpersonal. Ponerse en una cinta de correr puede parecer una extravagante pérdi- da de tiempo cuando hay que atender asuntos urgentes del día a día. Sin embargo, tras la pausa ergonómica, el trabajador recupera vitalidad y tiene mayor capacidad de reacción que si ha ido agotándose progre- sivamente a lo largo de la jornada hasta caer en una mortecina veloci- dad de ralentí, que implica un pobre rendimiento.