3oTrimestre15 | PROTECCIÓN LABORAL 84 Salud ambiental entrada de microorganismos en los países, pues ya sabemos que, por ejemplo, no es posi- ble controlar las migraciones de las aves salva- jes, que pueden ser portadoras transnaciona- les de los agentes patógenos. Hasta la fecha, la investigación sobre riesgos biológicos en el ambiente de trabajo ha sido limitada, pudiendo afirmarse que ha estado bastante relajada la vigilancia de las infeccio- nes y enfermedades de transmisión. Personal sanitario y otros grupos de riesgo Los trabajadores de más riesgo son los que están en contacto con las personas infectadas, como el personal sanitario, que podemos con- siderar como víctima colateral del actual brote de ébola. Debiendo incluir en este grupo al personal de laboratorio, así como al personal que está en contacto con animales infectados en el sector ganadero y la industria alimentaria (manipuladores, granjeros, trabajadores de la avicultura y los mataderos, carniceros, etc.). En la sanidad, el contacto dérmico con equipo o superficies contaminadas con fluidos corpo- rales de infecciosos (o el contacto con la per- sona infectada) son las vías más frecuentes de exposición. Además, el personal sanitario es más propen- so a la exposición a patógenos fármaco-resis- tentes debido al número de pacientes con los que interactúan cada turno de trabajo. Sin la menor duda, los hospitales devienen una de las áreas críticas en el problema de la resisten- cia antimicrobiana. De hecho, la combinación de pacientes portadores de infección, el uso intensivo y prolongado de medicamentos anti- microbianos, y la infección cruzada suele desembocar en las infecciones nosocomiales (u hospitalarias), con patógenos de alta resis- tencia en los pacientes, que se convierten en un reservorio de potencial infección para los médicos y el personal de enfermería. Cualquier relajamiento en la aplicación de protocolos de control de infecciones, antes y después del contacto con los pacientes, como lavarse las manos o cambiarse los guantes, es una de las causas de contaminación cruzada entre el personal sanitario y sus pacientes. La prevención efectiva de la proliferación de los patógenos resistentes a los medicamentos y de las epidemias en general incluye medidas como las mejoras organizativas del trabajo, además del necesario aislamiento de los enfer- mos, restricción de su circulación, adjudica- ción de un equipo exclusivo (estetoscopio, termómetros), limpieza regular de la instala- ción. Lo que se complementará con medidas sinérgicas, como: -Técnicas asépticas para el equipo de atención al paciente y el entorno de trabajo. -Uso de dispositivos de ingeniería de seguri- dad (por ejemplo, la retracción o proteccio- nes en instrumentos afilados). -Manejo adecuado y correcta eliminación de material punzante (agujas) o residuos clínicos generados durante el tratamiento. -Empleo de equipos de protección personal, como guantes, mascarilla, gafas, batas, delan- tales, buzos integrales, etc. -Cambiar los guantes y lavarse las manos, espe- cialmente después del contacto con fluidos corporales, e incluso entre los procedimien- tos con el mismo paciente para prevenir la contaminación cruzada entre diferentes par- tes del cuerpo. -Formación de los trabajadores sobre el lavado de manos correcto, uso de dispositivos de seguridad y su eliminación segura. Otros trabajadores con elevado riesgo ante las infecciones transnacionales son los emplea- dos de los aeropuertos y los que gestionan puestos fronterizos por donde afluye perso- nal. Los tripulantes aéreos también son ‘perso- nal diana’ de las infecciones en la medida en que quedan expuestos a un aire de cabina que puede estar deficientemente filtrado (normal- mente, los aviones comerciales disponen de El contacto estrecho entre animales y personas favorece la transmisión de enfermedades (zoonosis) Protección eficaz Dependerá del manejo seguro del equi- po. Las normas básicas de cualquier pro- tocolo de seguridad contemplarán, por ejemplo: -Quitarse el equipo de protección antes de salir del área de trabajo, dejándolo en los envases dispuestos para tal fin. -Usar guantes adecuados cuando se pre- vea un posible contacto con sangre, otros compuestos potencialmente infecciosos o superficies contaminadas. Reemplazar los guantes si están rasgados, pinchados, contaminados, o si su eficacia como barrera no está garantizada. Nunca deben lavarse o descontaminarse los guantes desechables para volver a usarlos. -Usar protección apropiada para la cara cuando existe el peligro de que sangre u otros fluidos potencialmente infecciosos goteen, salpiquen, rocíen, o salten, afec- tando a ojos, nariz o boca. -Llevar una protección integral del cuer- po (al menos, batas, mandiles, gorros, y botas) cuando se prevé una exposición. El tipo y las características del vestuario integral dependerán de la tarea y del grado de la exposición. 23