Salud ambiental PROTECCIÓN LABORAL 84 | 3oTrimestre15 puede tener un fuerte impacto. Al respecto, el estudio Water-Smart Power de la Unión de Científicos Concienciados señala que cerca de la mitad de las operaciones de fracturación hidráulica en Estados Unidos se lleva a cabo en regiones con alto, o extremadamente alto, estrés hídrico, incluyendo Texas y Colorado. Con todo, otras fuentes minimizan el alcance de este consumo hídrico señalando que el fracking “no usa más agua que otros procesos industriales, como por ejemplo, la irrigación para agricultura, generación de energía eléc- trica y usos municipales”. Contaminación por metano Anthony Ingraffea, profesor de ingeniería de la Universidad de Cornell (Estados Unidos), afirma que “no se trata de determinar si los pozos pueden tener fugas, sino ¿qué porcen- taje tiene fugas?”. Las mejores prácticas mini- mizan riesgos, pero no los eliminan. Así, pare- ce constatarse, aún hoy, que al menos el 5% de los nuevos pozos que se han construido en Estados Unidos tienen fugas de metano. La guerra de datos es connatural al problema: Anthony Ingraffea analizó en 2012 la situación de los pozos nuevos en la formación Marce- llus (Pensilvania), encontrando que 120 tení- an fugas (8,9% del total). Un estudio la Univer- sidad de Texas, patrocinado entre otros por nueve compañías petroleras, aseguró que, aunque las fugas de metano son consustancia- les a las operaciones de extracción de gas de esquisto, éstas eran menores a las estimacio- nes de la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. Dichos datos y conclusiones fueron cuestionados por la Asociación de Médicos, Científicos e Ingenieros por una Energía Salu- dable de EE.UU. Frente a los desmentidos y matizaciones de la industria, la imagen más elocuente es la del agua del grifo que se inflama si se le acerca una cerilla, debido a su contenido en gas metano. No obstante, la ciencia siempre encuentra explicación para todo, aunque con posicionamientos sesgados, cuando no intere- sados. “No debemos olvidar que el metano es un constituyente natural del agua subterránea y en algunas localidades como Balcombe, donde se registraron protestas, el crudo fluye naturalmente hacia la superficie”, dijo a la BBC Mundo Richard Selley, profesor emérito de geología del petróleo del Imperial College de Londres, y uno de los autores del informe de la Royal Society. Calentamiento global El gas metano tiene un alto potencial de calen- tamiento; es mucho más potente que el dióxi- do de carbono como gas de efecto invernade- ro. Según el Panel Intergubernamental de Cambio Climático, IPCC, una molécula de metano equivale a 72 de dióxido de carbono a los 20 años de emitida, y 25 moléculas de dió- xido de carbono a los 100 años. Un equipo científico de la Universidad de Cor- nell, liderado por Robert Howarth, calculó que entre el 4 y el 8% de la producción total de metano de un pozo escapa a la atmósfera. Asimismo, concluyó que también hay emisión desde las aguas de reflujo que salen a la super- ficie con el gas tras la fracturación. La versión contrapuesta sostiene que el alto potencial de calentamiento del metano en 20 años queda contrarrestado por el hecho de que tiene una vida mucho más corta en la atmósfera que el CO2. Del mismo modo, los defensores del fracking dicen que “es más lim- pio que el carbón y puede ser un combustible de transición, mientras se generaliza el uso de fuentes renovables como la energía solar o eólica”. Eclosión del fracking Aunque el fracking es una práctica mundial para extraer gas y crudo, el ‘boom’ de la acti- vidad se ha producido recientemente en Esta- dos Unidos debido, en parte, a la preocupa- ción por la seguridad energética y los costes asociados con la importación de petróleo y combustibles fósiles. El aumento inesperado de las reservas de petróleo de esquisto de Esta- dos Unidos puede reconfigurar el equilibrio global entre los productores de crudo. La Agencia Internacional de Energía (AIE) estima que, en los próximos cinco años, EE.UU. representará una tercera parte de la nueva oferta de petróleo, pasando de ser el principal importador del mundo a un exportador neto. El número de pozos de gas natural de esquis- to se dobló en Estados Unidos en el período 2000-2010, fecha en que había unos 510.000. Cada año se perforan unos 13.000 nuevos pozos. La consecuencia es que 15,3 millones de americanos han vivido a 1,6 kiló- metros de un pozo de fracturación hidráulica que ha sido perforado desde el año 2000. En España hay cinco permisos concedidos para crear sondeos por fracking que están a la espera del correspondiente informe de impacto ambiental. Los enclaves son: Bur- gos, Campos de Montiel (Albacete-Ciudad Real), Guadalajara, País Vasco y Cantabria, que cuentan con un rechazo social unánime. Diagrama del proceso de fracking o fractura hidráulica