3oTrimestre15 | PROTECCIÓN LABORAL 84 Salud ambiental El agua de reflujo (contaminada) supone una amenaza medioambiental y de salud ble aumento de la concentración de radiacti- vidad. La llegada de fluidos derivados de pro- cesos de fractura hidráulica a ríos causa la muerte generalizada de flora y fauna. Y la contaminación de acuíferos representa una clara amenaza para la salud de las personas. Elevado consumo de agua Como todo recurso, el agua es un bien esca- so. Su empleo en el fracking choca con el principio de sostenibilidad. Un sólo pozo requiere un promedio de 20 millones de litros de agua, según informes (el doble de las prospecciones convencionales), lo que arroja otra sombra de duda sobre la fractura hidráulica. “La extracción de gas de esquisto por fracking consume en promedio 16 galones de agua por megavatio-hora, mientras la extracción de gas de forma convencional usa 4. O sea, que el fracking requiere 4 veces lo que requiere la extracción convencional, según el estudio Meldrum et al. 2013”, manifestó Mundo Rogers a la BBC. Un uso intensivo del agua tan localizado Aguas residuales ¿Es el fracking un proceso sostenible? La res- puesta será obvia si nos planteamos qué ha de hacerse con las abundantes y nocivas aguas residuales o de reflujo (flowback) constituidas por aditivos químicos y arena. Aproximadamente entre el 25% y el 75% del fluido de fracturación inyectado vuelve a la superficie, según la Royal Society. Estas aguas residuales se almacenan en bal- sas a cielo abierto excavadas en la tierra; son tratadas y reutilizadas o inyectadas a alta pre- sión en formaciones rocosas. Las fugas o ver- tidos son un riesgo latente. Además pueden contener materiales radiactivos naturales, lo que exige una gestión cuidadosa por el posi-