Salud ambiental PROTECCIÓN LABORAL 84 | 3oTrimestre15 18 Los científicos europeos aprueban el fracking Las Academias Nacionales de Ciencias de la Unión Europea comunicaban reciente- mente su posición oficial de que no exis- ten razones científicas o técnicas para prohibir la exploración de gas de esquisto usando la fracturación hidráulica. Sin embargo, advertían que el fracking no pro- porcionará una solución milagrosa para la seguridad energética o la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. La Declaración de EASAC sugiere que, si se introduce una normativa adecuada, es posible asegurar que los yacimientos de gas de esquisto se extraen y se utilizan pro- tegiendo el medio ambiente, los recursos hídricos y las comunidades locales. Los oponentes consideran que tal afirma- ción no es más que enmascarar los efectos reales de una industria que no es sosteni- ble. “El gas de esquisto no es la solución a los retos energéticos. Necesitamos una revolución energética del siglo XXI basada en la eficiencia y las energías renovables, no en más combustibles fósiles que acele- rarán el cambio climático”, asegura el acti- vista de Friends of the Earth, Tony Bos- worth. esquisto, además de la posibilidad de que se produzcan movimientos de tierra (sismos de magnitudes variables). Veamos a continuación los temores asociados al fracking. Terremotos de diferente intensidad Dos de ellos ocurrieron en Inglaterra en 2011 y llevaron a la suspensión temporal de la exploración con fracking. Uno de los seísmos ocurrió cerca de la ciudad de Blackpool, lle- gando a 2,3 grados en la escala de Richter. En la población de Balcombe, la sismicidad fue de 1,5 al reanudarse la fracturación en un pozo cercano. La red de monitores de la Sociedad Geológica Británica, BGS, captó ambos eventos, que no fueron percibidos por los habitantes locales. Al respecto, cabe recordar una situación pare- cida en poblaciones del litoral tarraconense (Castor), con movimientos telúricos que sí eran percibidos por la población, y causaron alarma general hasta que se suspendieron las actividades en el subsuelo marino. Estos seísmos son provocados principalmente por la inyección a alta presión de aguas, o cuando el proceso de fracturación se encuen- tra con una falla del terreno que ya está sopor- tando presiones geológicas. De hecho, el pro- blema no es nuevo, pues la Royal Society asegura que actividades como la minería del carbón también producen microsismos, lo que lleva a la entidad a elaborar la conclusión de que el fracking puede ser seguro “siempre que se implementen las mejores prácticas operacionales”. Ésa es una condición que difí- cilmente se cumplirá en un negocio en el que prima la celeridad de las operaciones Más alarmante fue el terremoto de Prague (Oklahoma – USA), en 2011, de 5,7 grados de magnitud. Un estudio publicado en 2013 en la revista Geology vinculó la inyección de aguas residuales con dicho sismo, aunque otras fuentes (Servicio Geológico de Oklahoma) lo atribuyeron a causas naturales. Otro estudio posterior (revista Science) concluía que terre- motos poderosos que se producen a miles de kilómetros pueden desencadenar eventos sís- micos menores cerca de pozos de inyección de aguas residuales. Sea como sea, la investigación apunta que los fluidos en la inyección de aguas residuales en pozos están llevando fallas ya existentes a su punto límite (sismología derivada de la activi- dad humana). Posible contaminación de acuíferos La EPA (Environmental Protection Agency) de Estados Unidos está elaborando un estudio sobre el potencial impacto de la fracturación hidráulica en las fuentes de agua para consu- mo humano, cuyo informe final se hará públi- co en 2016. Otros estudios precedentes detectaron contaminación de fuentes de agua por metano cerca de lugares de exploración de fracking, sin que existan pruebas conclu- yentes de contaminación por aditivos quími- cos o presencia de aguas residuales de alta sali- nidad en el fluido que retorna a la superficie junto con el gas. Por su parte, la Royal Society cree que “el ries- go de que las fracturas causadas durante el fracking lleguen a los acuíferos es bajo, siem- pre y cuando la extracción de gas tenga lugar a profundidades de cientos de metros o varios kilómetros y los pozos y el proceso de entuba- miento y cementación se construyan de acuerdo a ciertos estándares”. De ahí que “ase- gurar la integridad de los pozos debe ser la más alta prioridad”, según la Royal Society. “Los problemas pueden surgir si la perfora- ción, entubamiento o cementación no es efi- ciente”, afirma Richard Selley, profesor eméri- to de geología del petróleo del Imperial College (Londres). Al respecto, conviene recordar que cuando se perfora un pozo que atraviesa la zona del acuí- fero se colocan tres anillos de acero rodeados de cemento hasta llegar debajo del acuífero. Inyección química Volviendo a Estados Unidos, que parece lide- rar la compulsión por la práctica del fracking, cabe destacar la falta de transparencia que puede suponer el hecho de que la lista de adi- tivos empleados en el fracking no sea de obli- gada publicación. De todos modos, la base de datos voluntaria (accesible en Fracfocus) puede arrojar cierta luz sobre el particular. La variedad de sustancias de inyección incluye productos surfactantes, inhibidores de la corrosión, biocidas, etc. Y, en tanto que pro- ducto químico, hay que trabajar con la hipóte- sis de que todos ellos son peligrosos, siendo la dosis la que determina la nocividad. Así, aditi- vos que, a priori, no son nocivos, y que susti- tuyen a otros que lo son (benceno, etilengli- col, formaldehído) podrían causar preocupación si exceden niveles seguros. En cualquier caso, una de las conclusiones princi- pales es que “la toxicidad potencial de las aguas residuales es difícil de evaluar debido a que muchos aditivos químicos usados en el fluido de fracturación hidráulica son secreto comercial no divulgado”. Además la evaluación de la potencial toxici- dad choca con otro escollo debido a que es una mezcla compleja: los aditivos pueden ser antagonistas, sinérgicos o acumulativos en sus efectos. Las inundaciones del estado de Colo- rado (2013), con alta concentración de pozos de fracking, provocó la destrucción de sus infraestructuras y el consiguiente desastre medioambiental que supuso el vertido de los depósitos de aguas residuales aditivadas quí- micamente, que invadieron los cursos de agua. La lección que se deriva de esta triste circuns- tancia es que las infraestructuras para las explotaciones de fractura hidráulica nunca deben construirse en lugares inundables.