Congresos, jornadas y eventos PROTECCIÓN LABORAL 83 | 2oTrimestre15 La gestión de los accidentes de tráfico en el entorno laboral La siniestralidad vial no es un ‘tributo’ que debamos pagar La movilidad impuesta por razón del trabajo (desplazamientos in itinere e in labore) tienen unas características específicas que aún no conocemos bien. Este hecho constituye un problema de seguridad y salud laboral, con índices de siniestralidad que repuntan desde 2012. Hay mucho por hacer en el campo preventivo, empezando por cambiar ese convencimiento tácito que se ha instalado en la opinión pública de que los accidentes de tráfico son inevitables, una especie de ‘tributo’, y que las políticas preventivas están abocadas al fracaso. Manuel Domene. Periodista Sólo en Cataluña se producen cada año 30.000 víctimas por accidentes de tráfico. Prácticamente la mitad (45,7%) son conductores que están circulando por motivos laborales, ya sea trabajando o desplazándose para ir a su lugar de trabajo o volver a su casa. Muchos de estos accidentes laborales quedan enmascarados en otras tipologías. Se hace necesario conocer a fondo esta siniestralidad para poder diseñar políticas preventivas eficaces. Los conductores son, ante todo, personas, no prolongaciones de los vehículos, y la siniestralidad se ha de evitar modificando las condiciones de trabajo, que son, en opinión del sindicato CCOO, las causas principales de la siniestralidad vial-laboral. Seguridad vial-laboral y su contexto Enric Rodà, técnico del Centre de Seguretat i Salut Laboral de Girona (Departament d’Em- presa i Ocupació), inició su presentación defi- niendo el accidente ‘in itinere’ (en el camino) como aquél que “se produce en el trayecto habitual entre el trabajo y el domicilio del tra- bajador”. También precisó que “no todos los in itinere son accidentes de tráfico, ni al revés”. Sobre la evolución de esta siniestralidad, el técnico destacó un repunte que se viene pro- duciendo desde 2012, siendo el 14,3% de los accidentes que se producen en jornada laboral accidentes de tráfico de los considerados in itinere. La tendencia alcista se ha confirmado en el 2014, con la particularidad añadida de que también crece el número de accidentes in itinere que no están directamente relaciona- dos con el tráfico. Con un índice de incidencia de 222,16 (número de accidentes dividido entre el número de trabajadores, multiplicado por 100.000), los accidentes de tráfico laborales repercuten negativamente en las empresas, con costes asociados directos por encima del 4%. Las intervenciones posibles por parte de la empresa incluyen la recopilación de información sobre los tipos de desplaza- miento en vehículo de la población trabaja- dora, analizar las condiciones reales de la conducción, así como la gestión de los des- plazamientos. Los factores de riesgo, que se sustancian en el trabajador, el vehículo, la vía y el entorno, pueden minimizarse con acciones de mejora que contemplen, entre otras, evaluaciones de los riesgos, investigación exhaustiva de incidentes-accidentes, evitar ciertos horarios (de 3 a 6 de la mañana), evitar los trayectos largos y en horario nocturno, potenciar el uso de vehículos con tecnología avanzada (seguridad activa/pasiva), no conducir más de 8 horas diarias (efectuando las pausas correspondientes), gestionar la movilidad laboral (planes de movilidad de empresa). El ponente concluyó afirmando que “la seguridad vial-laboral es una responsabilidad empresarial que requiere todo el interés por parte de la organización”. Accidentalidad del tráfico Ferran Gutiérrez, Jefe de Sección de Seguridad Vial del Servei Territorial de Trànsit de Barcelona, hizo un abordaje estadístico del problema, señalando que “en la evolución de la siniestralidad se observa un decremento del 70,2% respecto de las cifras de principios de los años 2000, lo que confirma que los planes de seguridad vial sucesivos han conseguido reducir la siniestralidad y el número de víctimas”. En cuanto al perfil de siniestralidad, el grupo de población más vulnerable no es el de los jóvenes –como suele pensarse- sino el de los trabajadores adultos. Al respecto, concretó que “el número de conductores accidenta- dos que se desplazan por motivo de trabajo y itinere entre los 25 y los 55 años represen- tan más de la mitad (51,1 – 52,4%) de los conductores implicados en accidentes con víctimas”. Según datos del Servei Català de Trànsit, “la punta de edad de máxima accidentalidad para los tres grupos (misión, itinere y otros desplazamientos) está entre los 24 y los 26 años”. La misma fuente también revela que el perfil mayoritario del conductor implica- do en accidentes con víctimas se correspon- de con el de varón. Asimismo, el 1% de los conductores implicados en accidentes de tráfico con víctimas, en desplazamiento por motivo laboral, conducía bajo los efectos del alcohol o las drogas. La indisciplina al volante es una de las causas de siniestralidad. En general, según Gutié- rrez, “los conductores accidentados que se desplazan por motivo laboral se muestran menos propensos a cometer acciones de indisciplina vial que los conductores que de desplazan por motivos ajenos al trabajo”. El ponente enfatizó en la necesidad de impulsar acciones formativas con el objetivo de reducir la siniestralidad (50% en el perio- do 2010-2020, para llegar a la siniestralidad cero en 2050), porque –dijo- “hemos de evi- 100