Higiene industrial PROTECCIÓN LABORAL 83 | 2oTrimestre15 Soldadura y humos metálicos El humo de la soldadura contiene contaminantes que pueden dañar las vías respi- ratorias, los pulmones y el sistema nervioso e incluso provocar cáncer. Los daños son muy graves. En muchos casos los síntomas pueden tardar meses -incluso años- en manifestarse. La prevención pasa por una correcta ventilación del proceso, combinada con el uso de EPI. de del tipo de soldadura, del material de aporte (electrodo, varilla) y de su recubri- miento”, recuerda la guía metodológica edi- tada por Foment en su presentación. Los posibles accidentes y enfermedades profesionales a los que se expone el traba- jador dependen de los contaminantes que se generen. También cabe destacar que un soldador puede realizar su trabajo en un lugar ocupado por otros trabajadores cuyas tareas estarán o no relacionadas con la sol- dadura. Estas situaciones requieren un buen análisis de coordinación de actividades empresariales para evitar que los riesgos derivados de las operaciones de soldadura afecten a otros trabajadores. Exposición a contaminantes tóxicos Pueden destacarse los siguientes: ·Inhalación de humos metálicos provenien- tes del metal de base y de los electrodos Los contaminantes presentes pueden ser óxidos de hierro, cobre, cromo, níquel, manganeso, cobalto, aluminio, molibdeno, titanio, tungsteno y el vanadio, entre otros. Los soldadores de aceros inoxidables de alta aleación, ricos en cromo y níquel, presentan un mayor riesgo de padecer un cáncer de pulmón. La inhalación de humos de cromo hexavalente es uno de los principales ries- gos de los soldadores. Otro metal que se encuentra en algunos aceros es el manganeso. La exposición cró- nica a humos de manganeso puede provo- car efectos sobre el sistema nervioso central (una enfermedad parecida al Parkinson). Por este motivo, el manganeso es uno de los tóxicos relacionados con los procesos de soldadura más investigados en los últimos años y, como consecuencia de ello, su límite de exposición profesional (VLA en España) se ha ido reduciendo paulatinamente de manera drástica. La exposición al cadmio es cada vez más excepcional o residual, aunque conviene recordar que es uno de los tóxicos más peli- grosos. En la exposición aguda el “órgano diana” es el pulmón, y en la exposición cró- nica, los riñones. ·Inhalación de humos metálicos provenien- tes del recubrimiento de las piezas a soldar El peligro lo representan los óxidos de hie- rro, cromo, plomo y zinc. En la soldadura En soldadura por arco, un soldador sin protección corre el riesgo de inhalar hasta medio gramo de partículas vene- nosas durante un turno de trabajo de ocho horas. La intoxicación llegaría a ser de 100 gra- mos al año, lo que representaría hasta 2,5 kilo- gramos en 25 años. Los soldadores tienen un 40% más de posibilidades de desarrollar un Soldadura con electrodo y una campana simple de captura con brazo articulado cáncer de pulmón que cualquier que fuman necesitan mayor protección que los no fuma- dores. Riesgos higiénicos de los trabajos de soldadura Los peligros higiénicos son poco evidentes si se les compara con los peligros de seguri- dad. Las consecuencias de la exposición no suelen manifestarse de forma inmediata, pues las Enfermedades Profesionales (EP) tienen tiempos muy largos de latencia. Ello provoca cierto relajo en la protección direc- ta y cotidiana de los riegos higiénicos. En 2009, la Oficina de Prevención de Ries- gos Laborales (Foment del Treball Nacional) publicó la guía “Metodología y fichas de control de riesgos higiénicos en los proce- sos de soldadura”, que orienta en la gestión del riesgo higiénico en dicha actividad, y que nos sirve parcialmente de base biblio- gráfica para este artículo. “Durante los procesos de soldadura, y tam- bién en las operaciones relacionadas con dichos procesos, como por ejemplo cortar o fundir un material, se generan un amplio número de contaminantes a los que el tra- bajador / soldador puede estar expuesto. El tipo de contaminante que se genera depen- La fiebre del soldador La fiebre por humos de metal es el trastorno agudo de la respiración más común que sufren los soldadores. Es una enfermedad similar a la gripe que dura de 24 a 48 horas. Típicamente es causada por exposición a humos de zinc, pero el cobre, magnesio y cad- mio también se conocen como causantes de la fiebre por humos de metal. La exposición aguda a altas concentraciones de cadmio, sin embargo, puede ser más seria, producien- do irritación grave de los pulmones, edema pulmonar e incluso la muerte. La fiebre del soldador es “una afección aguda que se da en trabajadores nuevos y en los que se reincorporan al trabajo después de un período de inactividad. Comienza con mal sabor de boca seguido de sequedad e irritación de la mucosa respiratoria que provoca tos y en casos aislados disnea y rigidez torácica. Estos síntomas pueden ir acompañados de náuseas y dolor de cabeza, y unas 10 a 12 horas después de la exposición, escalofríos y fiebre, que puede ser muy alta. Estos síntomas duran varias horas y van seguidos de transpiración, somnolencia y a menudo poliuria y diarrea. No existe ningún tratamiento específico y la recuperación suele ser completa al cabo de unas 24 horas sin que queden secuelas. Puede evitarse manteniendo la exposición a los vapores metálicos perjudiciales claramente dentro de los niveles recomendados, mediante el empleo de un sistema eficaz de ventilación local por extracción”, nos recuerda la Enciclopedia de Salud y Seguridad en el Trabajo de la OIT.