2oTrimestre15| PROTECCIÓN LABORAL 83 Trabajo y salud petrolero, tienes que estar 100% concentrado en tu trabajo. No puedes permitirte la más mínima distracción”. El tipo de comodidades del espacio personal de los trabajadores y la cantidad-calidad del sueño también son aspectos cruciales. Compartir espacio de camarote con uno o incluso más colegas supone vivir en el hacinamiento, padecer falta de espacio de almacenamiento y –lo que es peor- sufrir perturbaciones del sueño a causa de contingencias comunes como son los ronquidos y la actividad ajena. “Es peor que estar en la cárcel –bromean. No puede subestimarse el estrés al que estamos sometidos. Falta de sueño, alarmas intempestivas y repetidas, batir de puertas. Es difícil acostumbrarse a la falta de privacidad y de comodidad”. Según Colin MacFarlane, profesor emérito de la Strathclyde University (Glasgow), “la fatiga, la falta de sueño y los cambios de turnos están sustancialmente relacionados con los accidentes en este trabajo. Además, la fatiga crónica y la mala calidad del sueño son las causas subyacentes en el deterioro de la salud que se va produciendo con el tiempo. La tesis de MacFarlane está ratificada por los numerosos estudios que sugieren que los trabajadores sujetos a turnos de trabajo tienen un riesgo cardíaco incrementado en un 40%. Nos sobran evidencias de que largas jornadas de trabajo causan molestias, dolores físicos y estrés mental. Otros estudios específicos revelan que permanecer despierto durante largos periodos temporales puede dañar la capacidad de los individuos para desempeñar su trabajo tal como lo hace el alcohol. Un único periodo de 17 horas de vigilia es como tener un contenido de alcohol en sangre del 0,05%; con 19 horas de vigilia la equivalencia sería 0,1% de alcohol. La fatiga incrementa en los trabajadores la posibilidad de cometer más errores y olvidar tareas importantes. En semejante clima laboral las medidas para evitar accidentes graves pierden eficacia. Para colmo de males, la fatiga incrementará la posibilidad de error en cualquier reacción ante una emergencia. Riesgos generales del ‘offshore’ Las plataformas de perforación sirven de soporte a las torres de perforación, los utensilios y el equipo para las operaciones en alta mar. Existen plataformas con capacidad para más de 250 operarios, que disponen de helipuerto, planta de procesado y espacio de almacenamiento para el crudo, gas, etc. La perforación se efectúa durante todo el día en turnos de trabajo de 8 o 12 horas que exigen de los trabajadores destreza y energía para afrontar la carga física y mental de su trabajo. La destreza es un plus que, en un entorno tan exigente, marca la diferencia entre rendimiento o ineficacia, seguridad o siniestralidad. Una prospección petrolífera es un centro industrial en toda regla, donde cohabitan todos los peligros conocidos, de origen mecánico, químico, eléctrico, térmico, etc. La perforación y la producción se realizan en todo tipo de climas y en condiciones meteorológicas variables. Son riesgos habituales los fenómenos físicos como ruido y vibraciones. Los estudios epidemiológicos constatan que los trabajadores de la prospección petrolífera experimentan dolencias como periartritis del hombro, o polineuritis de las extremidades superiores. Recuérdese que una de estas dolencias puede ser el síndrome del dedo blanco, un trastorno neuro-vascular provocado por las vibraciones en el sistema mano-brazo, y que afecta a la circulación periférica (las puntas de los dedos palidecen por la restricción del riego sanguíneo). Se trata de una dolencia que reduce dramáticamente la capacidad funcional de las manos. Dichos riesgos pueden afectar a todo el cuerpo y tener un impacto significativo sobre las manos, nuestra herramienta natural de trabajo, que pueden sufrir lesiones por el manejo inadecuado de utillaje y de explosivos, se ven expuestas a quemaduras por vapor, fuego, ácido o lodo de la prospección, que puede contener sustancias químicas nocivas, como el hidróxido sódico, azufre y sus compuestos (ácido sulfúrico y dióxido de azufre), o materiales radiactivos naturales. En definitiva, la exposición al petróleo crudo y a los productos químicos que lo acompañan puede provocar dermatitis y lesiones de la piel. Éstas constituyen una primera brecha que, si no se elimina, constituye el inicio de una toxico- cinética patológica para los trabajadores del sector. La diversidad de riesgos laborales constituye un cóctel de una peligrosidad y severidad paradigmática. La Enciclopedia de la OIT señala que “mientras se realizan actividades de perforación y producción pueden sufrirse lesiones por muchas causas, como resbalones y caídas, manipulación de tubos, elevación de tuberías y equipos, uso Detectar la depresión en una plataforma No siempre es fácil detectar la depresión, que se manifiesta con una sintomatología, a veces, poco espe- cífica. La seguridad de toda una plataforma depende de la salud mental de su personal, que ofrece señales inequívocas. -Tristeza. Sensación imperante a lo largo del día que, en ocasiones, puede manifestarse en forma de irri- tabilidad. -Apatía. Pérdida de interés por las actividades que normalmente se disfrutaban. -Hipersomnia. Dormir más de lo normal, por encima de 8 horas. -Insomnio. Puede ser intermitente (despertar varias veces en la noche), insomnio general (no conciliar el sueño, incluso en toda la noche) o baja calidad en sueño (dormir y tener la sensación de no descansar). -Cansancio. Experimentar fatiga o desgana para iniciar y mantener actividades. -Angustia. Sentimientos de inutilidad, incapacidad y culpa excesiva por los eventos que vivimos en el pre- sente y pasado. -Aturdimiento. Incapacidad para concentrarse y tomar decisiones. -Aislamiento. Tendencia antisocial, necesidad de aislarse. -Adicciones. Necesidad de evadirse (alcohol y/o otras sustancias). -Desesperanza. No verle solución a los problemas que afrontamos. -Ideas suicidas. Pensamientos autodestructivos o suicidas en casos graves. -Fluctuación del peso corporal. Aumento o disminución en más de un 5% en un mes. La carga de trabajo es agobiante. Ya hemos dicho que pueden cumplirse jornadas laborales de 100 horas a la semana (más de 14 horas/día). Además de depresión, el exceso de trabajo provoca estrés, pérdida de memoria, enfermedades cardiovasculares, diabetes, dolor de espalda y TME (trastornos musculo-esque- léticos), afecciones gástricas, y su corolario, pudiendo desembocar en una incapacidad laboral. 93