Técnicas de protección PROTECCIÓN LABORAL 83 | 2oTrimestre15 16 caídas (al mismo o distinto nivel), golpes y atrapamientos por caída de los objetos manipulados o almacenados, golpes contra objetos móviles e inmóviles, cortes y heridas, fatiga física, sobreesfuerzos, etc., que se sintetizan en el cuadro adjunto. ·Escaleras Deben revisarse periódicamente y, sobre todo, antes de su uso. Está prohibido utilizar escaleras de madera pintadas ya que pueden esconder defectos importantes. Para evitar el deslizamiento, la escalera deberá disponer de sistemas de fijación en su parte superior o inferior, siendo conveniente que un segundo trabajador sujete la escalera desde el suelo. Para el acceso a lugares elevados, la escalera deberá sobrepasar 1 metro el punto superior de apoyo para garantizar un acceso seguro al punto elevado. Si se manipula material por la escalera, su peso no podrá superar los 15 kilos y tendrá unas características que permitan al trabajador asirse a la escalera con las dos manos; cualquier carga que comprometa la seguridad no se podrá manipular mientras se usan las escaleras. El trabajador, que debe subir y bajar mirando siempre la escalera, deberá emplear sistemas de retención de caídas cuando trabaje a alturas que superen los 3,5 metros. Su posición óptima será formando un ángulo de 75o con la horizontal. No está permitido empalmar dos escaleras ni se utilizarán unidades de más de 5 metros sin las debidas garantías sobre su resistencia. ·Ruido Es un fenómeno físico medioambiental (ondas sonoras) no deseado y causante de molestias. Involucra, además, un riesgo de pérdida de audición (hipoacusia) de las personas expuestas a niveles que superan el umbral seguro. La hipoacusia se produce por la lesión de las terminaciones nerviosas del oído. Las fibras nerviosas encargadas de transmitir al cerebro sonidos en la frecuencia de 4.000 ciclos (Hz) son las primeras que sufren la lesión, que también llega al resto de fibras nerviosas. El problema se hace evidente cuando la pérdida –que es irrecuperable- afecta a las frecuencias conversacionales (se hace difícil seguir conversaciones o entenderse con los interlocutores). Irritante y desagradable, el ruido es un riesgo laboral, cuya nocividad depende de factores como la intensidad y la frecuencia (cualidad del ruido), la duración de la exposición, y la sensibilidad del individuo (depende del estado de salud, factores hereditarios, edad, sexo, etc.). Los efectos perjudiciales van más allá del sistema auditivo, pudiendo afectar también al respiratorio, nervioso, digestivo, endocrino, cardiovascular, aunque sólo la hipoacusia tiene el reconocimiento de enfermedad profesional. La capacidad del oído puede verse mermada no sólo por efecto del ruido, sino también por algunos productos químicos (ototóxicos) que actúan de forma similar a la del ruido sobre el nervio auditivo. Al margen de los variados efectos perniciosos del ruido, conviene tener en cuenta que este fenómeno físico- mecánico también provoca una disminución del grado de atención y ralentización del tiempo de reacción, con lo que se favorece el aumento de los errores y la posibilidad de accidentes de trabajo. Trabajo al exterior Salvo contadas excepciones (invernaderos), el trabajo de jardinería- horticultura se lleva a cabo a la intemperie, por lo que el trabajador afronta riesgos específicos de dicha circunstancia. Por la proximidad de la estación estival, nos centraremos en el calor y la interacción con el reino animal, especialmente los insectos (circunstancias que afectan también a los invernaderos). ·Calor El calor, ya sea ambiental o metabólico, es un problema para la salud laboral de los jardineros. Si el calor ambiental es intenso, también lo será el metabólico, provocando que el trabajador perciba su equipo de protección como una fuente de disconfort y que, en última instancia, opte por no utilizarlo. Manejar las herramientas sin las adecuadas protecciones en un contexto caluroso no sólo aumenta la gravedad de las lesiones en caso de accidente, también incrementa las probabilidades de ocurrencia de este evento. Las razones son obvias: por ejemplo, unas manos sudorosas entorpecen el manejo diestro de las herramientas y su adecuada sujeción. Tampoco hay que menospreciar el posible impacto negativo de la radiación solar. Así, especialmente en verano, el jardinero es ‘atacado’ por el sol, que actúa como un auténtico agresor, aumentando las condiciones desfavorables del trabajo. Conviene abundar en este punto. ·Radiación solar-estrés térmico La exposición excesiva a la radiación solar y al calor puede causar agotamiento por calor, golpe de calor o incluso la muerte. El calor añadido al cuerpo humano por la Cómo evitar caídas de escaleras de mano El riesgo asociado a las escaleras de mano es la caída, que se debe a la colocación de este elemento en un ángulo inadecuado respecto de la vertical. Un ángulo cerrado (escalera muy inclinada) puede provocar la caída hacia atrás; o el resbalamiento hacia delante (si la escalera presenta un gran ángulo respecto de la vertical). WorkSafeBC, organización pública para la promoción de la prevención de riesgos labora- les en la Columbia Británica (Canadá), ha editado un folleto que explica la regla 4 a 1, para verificar el correcto posicionamiento de las escaleras. La proyección vertical de la escalera debe ser cuatro veces superior a la proyección hori- zontal. Es decir, por cada metro de altura de la escalera, su base debe separarse de la pared 0,25 metros (la cuarta parte). Una sencilla comprobación es ponerse delante de la escalera, con los pies en contacto con su base. Si llegamos a tocarla con los brazos exten- didos, se cumple la regla 4 a 1 y, por tanto, la escalera está bien puesta.