Riesgo psicosocial PROTECCIÓN LABORAL 82 | 1oTrimestre15 Cómo sobrevivir al estrés Vivir sin estrés no es utópico. El estilo de vida, la actitud individual, la salud de la organización donde se trabaja y las habilidades sociales y psicosociales de cada persona marcan la diferencia entre superar o sucumbir a un mal de nuestro tiempo. Con demasiada frecuencia las situaciones estresantes escapan a nuestro control, lo que no podemos dejar al azar es la gestión del estrés. Seguramente, éste tiene tan- tos remedios como causas. He aquí un pequeño inventario de estrategias de super- vivencia, en el buen entendido de que la sostenibilidad empieza por uno mismo. buen término ni rendir un dividendo suficien- te si no somos capaces de dormir bien y, sobre todo, conseguir un sueño reparador. Necesitamos dormir no sólo para descansar, también dormimos para recuperar funciones mentales, físicas, para fortalecer nuestro sistema inmunológico. Si una persona no duerme bien va a estar fatigada, con proble- mas cognitivos, dificultades en la toma de decisiones, pensamiento, lenguaje, etc. En definitiva, todo su potencial se verá mermado. ·Placebo del sueño Es evidente que se puede sobrevivir a una noche de insomnio, no a la cronificación del problema. Para esas situaciones puntuales de déficit de sueño algunos especialistas reco- miendan el truco del ‘sueño placebo’, que consistiría en tratar de ‘engañar’ a nuestro pro- pio cerebro convenciéndole de que hemos dormido bien, aunque no haya sido así. Este placebo del sueño hace funcionar mejor al cerebro según concluye la experimentación de investigadores de la Universidad de Colora- do, publicada en “Journal of Experimental Psychology: Learning, Memory and Cogni- tion”. En definitiva, la investigación ha demos- trado que si engañamos a nuestr cerebro, tras una noche de insomnio, éste trabajará mejor de lo que cabría esperar. La actitud cuenta mucho, además de seguir una correcta higiene del sueño, porque el engaño no puede ser per- manente. Tampoco debe recurrirse sistemáti- camente a la ingesta de café o bebidas energé- ticas, por sus efectos contraproducentes a medio plazo. ·Turbosiestas Con noche de insomnio o sin ella, lo que siem- pre es reconstituyente son las siestas rápidas o ‘turbosiestas’. Un descanso moderado (en torno a treinta minutos, nunca más de una hora) produce grandes beneficios psico-fisio- lógicos, reduciendo el riesgo de infarto y con- trolando el estrés. Los españoles estamos en el secreto de la sies- ta (el yoga español) desde hace siglos. Hoy día, también las multinacionales instalan salas de Manuel Domene. Periodista La vida no es lo mismo sin calidad, circunstancia que tiene mucho que ver con nuestros hábitos y pautas de comportamiento: ejercicio físico, alimentación sana y equilibrada junto a la actitud positiva ayudan, en cualquier etapa de la vida, no sólo a prolongarla, sino a vivirla con plenitud. La hoja de ruta de la calidad de vida contempla algunos preceptos de obligado cumplimiento: -Buena alimentación. Requiere dieta equilibrada, con alimentos ricos en fibra y antioxidantes. -Ejercicio físico. Activa la circulación y forta- lece el sistema óseo y el cerebro, nuestro principal ‘músculo’, que sólo representa el 2% del peso corporal, pero consume el 20% del oxígeno y los nutrientes de nuestra ingesta. -Actitud positiva. Conviene saber disfrutar de cada momento, prescindiendo, en lo posible, del pasado y sintiéndonos dueños de las riendas de nuestro destino (aunque ello no sea real al 100%). -Vida social activa. Es importante mantener la capacidad de comunicación, que aumenta el tono vital. Quitar el foco de nosotros mis- mos como centro de la creación y ayudar a los demás. Las acciones solidarias aumentan nuestro bienestar personal. El descanso y la desconexión son necesarios: los adictos al trabajo no rinden más, sino lo contrario. -Ejercicios de meditación. No es darle vuelta a los problemas, sino detener la mente en un estado de relajación que potencia el auto-control y el conocimiento de uno mismo. Los problemas también se pueden compartir, sin recrearse en ellos ni abrumar a nuestro interlocutor. También es bueno ejercitar nuestro cerebro, estimular la memoria. Lo que no se usa se atrofia. Las lecturas, acertijos, crucigramas son buenos estímulos, ráfagas de aire oxigenado y sostén neuronal. -Conocer nuestras propias limitaciones. El ‘gnosce te ipsum’ clásico (conócete a ti mismo) continúa siendo la asignatura pendiente. Hemos de ser realistas, fijándo- nos metas laborales viables a cambio de un esfuerzo sostenible. Nos urge aprender a gestionar el tiempo, para evitar las apreturas y la tiranía del calendario. Y, además, hemos de saber decir que no con asertividad (es decir, con franqueza, sin resquemores ni justificaciones). La batería de medidas citadas estimulará la secreción de serotonina (una hormona de la ‘felicidad’) que regula los estados de ánimo. Dormir bien Deliberadamente hemos dejado a parte este remedio anti-estrés por su peso y entidad. Nada de lo anterior (actitud, ejercicio, vida social, alimentación...) podrán llevarse a 44