Trabajo y salud PROTECCIÓN LABORAL 81 | 4oTrimestre14 Estrés laboral, una respuesta adaptativa del individuo (relativamente necesaria) Definir el estrés no es sólo un asunto semántico. Sin duda, lo más importante es ahondar en las causas y la prevención. A menudo, se oye decir que cierta tensión es buena para una mejor y mayor productividad, para mantener un cierto nivel de alerta. Sin embargo, según los científicos, la creencia en niveles óptimos de estrés se ha utilizado en muchas ocasiones para justificar malas gestiones empresariales. Más estrés y carga mental Vinculado al trabajo, el estrés depende directamente de las circunstancias de éste. Ya en 2009, la UGT expresaba su preocupa- ción de que el 75% de los trabajadores sufrie- ra estrés. Según este sindicato, el 31% de los afectados habría visto empeorar su salud en a causa de los riesgos psicosociales deriva- dos de su actividad profesional, y otro 16% aseguraría que se mueve en un entorno labo- ral “hostil” en el que se registran comporta- mientos violentos, datos rubricados por el Observatorio de Riesgos Psicosociales. UGT recomendaba cambios en las estrate- M¿anuel Domene. Periodista Padecían estrés nuestros antepasa- dos remotos cuando se ganaban el sustento en las cacerías de mamuts, u otras fuentes de proteínas? Seguramente sí, pero de un modo diferente. Sin embargo, el estrés siempre –al menos, de momento- ten- drá una de sus causas en el trabajo. En general, podría decirse que el estrés es la respuesta fisiológica, psicológica y de Mecanismo de alerta y auto-conservación, el estrés es nece- sario, aunque debemos poder controlarlo comportamiento de un individuo que intenta adaptarse y ajustarse a presiones internas y externas que le desbordan. El estrés es el resultado de la adaptación de nuestro cuerpo y nuestra mente al cambio, al desafío. Esta adaptación exige un esfuer- zo físico, psicológico y emocional, que no siempre podemos lograr. El estrés ocupacional, según el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Traba- jo, “es un elemento empobrecedor de la salud y eficiencia, tanto individual como social. El estrés laboral surge cuando se da un desajuste entre la persona, el puesto de trabajo y la propia organización”. No por ser dolencia inespecífica podemos cruzarnos de brazos ante esta epidemia. “El estrés no es causa de casi nada, pero estro- pea casi todo”, explica el doctor Alfredo Rivelles, de la AEEMT (Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo). “Así, no hay bajas por estrés laboral propia- mente dichas, pero sí por ansiedad, depre- sión o patologías agravadas por éste (dolores de cabeza o espalda, hipertensión, coleste- rol, diabetes...), hasta tal punto que se calcu- la que el estrés está detrás de un 60% de las bajas laborales”, asegura Rivelles. Sondeo europeo: estrés al alza Hasta 8 de cada 10 europeos cree que el estrés laboral aumentará en los próximos cinco años, según el sondeo reciente efec- tuado para la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (EU- OSHA) entre 35.000 ciudadanos de 36 paí- ses europeos. Los datos (de 2013) confir- man la tendencia que ya apuntó la Encuesta Esener en 2009. Los noruegos son los menos preocupados por el aumento del estrés y los griegos son los que muestran mayor inquietud. En Espa- ña, la opinión sobre el aumento del estrés parece algo menos pesimista, considerando que sólo un 69% de los consultados estiman que el estrés crecerá como la espuma. Con todo, los datos (y su valoración) difieren según las fuentes. 26 El estrés moderado puede resultar beneficioso Un elevado porcentaje de la población laboral se siente bajo presión por motivos como la carga de trabajo, problemas eco- nómicos, falta de reconocimiento, etc. El estrés es nuestra respuesta de adaptación a situaciones exigentes. Una corriente de opinión defiende la hipó- tesis de que el estrés no siempre es negati- vo para las personas, ya que nos permite reaccionar ante los estímulos, incluso antes de percibirlos. Según esta misma hipótesis un moderado nivel de estrés no es malo, sino que aumenta la eficacia y desarrolla las capacidades y destrezas, man- teniendo el estado de atención. El problema del estrés, según los exper- tos, es cuando la presión paraliza al indi- viduo, impidiéndole la adopción de deci- siones y la resolución de los problemas. El psicólogo de la Universidad Católica de Chile, Andrés Pucheu, precisa que “no es lo mismo trabajar bajo presión que tener un cuadro de estrés”. En el primer caso, las personas conservan claras sus metas; en el segundo, pierden la capacidad de dominar sus emociones, aumentando los niveles de frustración.