4oTrimestre14 | PROTECCIÓN LABORAL 81 Salud ambiental contaminantes, tales como microorganismos, polvo, gases narcóticos, desinfectantes, sus- tancias odoríferas u otras sustancias conteni- das en el ambiente”. Las exigencias higiénicas varían según las dependencias del hospital. La citada NTP se refiere a la “Clasificación de los Sectores del Hospital” y dice que “según la norma UNE 100713:2005, los locales se clasifican en: locales clase I, con exigencias muy ele- vadas de asepsia, y locales de clase II, con las exigencias habituales. Los primeros dis- ponen de tres niveles de filtración del aire, y los segundos de dos”. En cada caso los fil- tros tienen unos requisitos específicos. La nota también indica que “la circulación de aire entre locales de diferentes clases sólo es admisible cuando se realiza desde loca- les con requisitos de calidad de aire eleva- dos (con respecto a la presencia de gérme- nes) hacia locales con requisitos menos exigentes”. Por este motivo, han de pre- verse exclusas, cuya eficacia se asegurará evitando que puedan encontrarse simultá- neamente abiertas la puerta de entrada y la de salida. La asepsia ha de ser máxima en los quirófa- nos. Sobre este particular la NTP señala que “la norma UNE-EN ISO 14644-1:2000, sobre salas limpias se ajusta a las necesida- des de calidad del aire requeridas en el qui- rófano y, en consecuencia, se ha utilizado como referencia para la clasificación de los diferentes tipos de quirófanos”. Control preventivo de infecciones Las estrategias de control de las infecciones se pueden dividir en tres categorías: medidas personales, controles administrativos y con- troles de ingeniería. Las medidas personales y los controles administrativos están necesaria- mente entrelazados. Las primeras, que se imparten a los visitantes, pacientes y personal sanitario, pueden incluir instrucciones diver- sas como el lavado de manos, el uso de masca- rillas, eliminación de joyas (nada en los ante- brazos), reducción del contacto físico (besos, abrazos, etc.). Los métodos de control de ingeniería inclu- yen la ventilación, uso de filtración de alta efi- cacia (HEPA) y otras técnicas de limpieza, desinfección del aire, etc. La ventilación, obviamente, supone el suministro de aire exterior a un edificio o habitación, así como su distribución en el interior. El objetivo de la ventilación de los edificios es proporcionar aire limpio y respirable que ejercerá dos accio- nes fundamentales, como son la dilución de los contaminantes que se originan en el edifi- cio, y su eliminación del mismo. La eficacia de la ventilación es también conocida por con- trolar las enfermedades de transmisión aérea en espacios cerrados individuales. La ventilación de los edificios (sea natural o mecánica) depende de tres factores básicos: -Tasa de aire. Cantidad de aire exterior que se suministra así como su calidad. -Dirección del flujo de aire. Debe ir de las zonas limpias a las zonas contaminadas. -Distribución del aire (patrón del flujo). Se trata de conseguir un modo eficiente de insu- flar aire limpio en todas las zonas interiores así como de eliminar los contaminantes aerodis- persos generados en los espacios interiores. Por lo tanto, hay dos principios físicos básicos en el papel de la ventilación para el control de infecciones. La primera es mediante la dilu- ción de patógenos en el aire, y la segunda es el control del movimiento de patógenos trans- portados por el aire de un espacio a otro. Wells escribió en 1955 que las “epidemias de transmisión aérea no afectan a una población ecológica que dispone de aire adecuado desde el punto de vista higiénico”. Obviamente, cuando puede detectarse una enfermedad en el aire, la ventilación deviene capital para controlar la infección. Sin embar- go, es difícil determinar la importancia relativa de la ventilación en los edificios en compara- ción con la cuarentena, la vacunación, el uso de máscaras, etc. Los requisitos de ventilación también son difíciles de definir, además de que, con la vía aérea, pueden coexistir otras vías de transmisión de las enfermedades. Frenar la transmisión Para reducir la extensión de una enfermedad infecciosa es necesario conocer la vía de trans- misión, aspecto que no siempre está claro. Lo más probable es que se necesite una interven- ción que combine diferentes métodos, hecho que vendrá determinado por las característi- cas del área a tratar. Por ejemplo, en las zonas comunes (pasillos, escaleras, cafeterías, ascensores, salas de espe- ra, etc.) la ventilación jugará un papel impor- tante en el mantenimiento de un intercambio constante de aire limpio con el aire potencial- mente contaminado. Se logra como beneficio adicional el confort térmico para las numero- sas personas que circulan por dichas áreas. En las distancias cortas (ámbito conversacio- nal) pueden emplearse otros medios de pro- tección, como la ventilación personalizada (Nielsen 2009), el uso de máscaras, vestuario de protección frente al riesgo biológico, etc. Sea como sea, la eficacia de la protección dependerá del mantenimiento del sistema de ventilación, condición necesaria para alcanzar y mantener la necesaria tasa de intercambio de aire. Filtros colmatados, con filtraciones o, incluso, conductos contaminados pueden Ventilación de flujo laminar Aporta un flujo de aire ordenado, estratificado y suave, llamado también flujo unidirec- cional. Es un método de ventilación por el cual el aire ultra-limpio, que ha pasado a través de un filtro de partículas de alta eficiencia (HEPA), se distribuye, ya sea vertical u hori- zontalmente, mediante una corriente suave dirigida hacia el paciente. Suele emplearse en la práctica quirúrgica. Las capas de aire ultra-limpio previenen su mezcla con las par- tículas aerodispersas. Una alternativa a los sistemas verticales de distribución de aire son los de distribución horizontal, conocidos también como de flujo cruzado. En éstos, el aire que procede de la pared se dirige hacia la cama del paciente y se reabsorbe a través de una toma situada en el muro opuesto. Un estudio que contempló 36 hechos quirúrgicos mostraba que el tanto el flujo vertical como horizontal reducían la concentración de bacterias y partícu- las. El flujo cruzado tiene algunas ventajas: es más fácil de instalar, no requiere modifica- ciones del sistema de alumbrado existente, y es menos molesto para los cirujanos que no necesitan servirse de este flujo descendente para optimizar la visualización del campo quirúrgico, según Van Der Waaij, Heidt, & Hendriks, 1974). 19