Temas de actualidad PROTECCIÓN LABORAL 80 | 3oTrimestre14 Las Mutuas y la PRL: historia de un desencuentro que todavía no ha terminado En España se traspuso la Directiva Marco (1989) de Prevención de Riesgos Laborales (PRL) a nuestra legislación mediante la Ley de PRL (1995), con seis años de retraso. Pero no por dificultades jurídicas, sino por presiones económicas al gobier- no de turno 8 Josep Orrit Virós.Presidente de la Asociación de Especialistas en Prevención y Salud Laboral (AEPSAL) Que no se me malinterprete. Ha habido y hay muy buenos profesionales en el trabajo de prevencionista, tanto en mutuas como en SPA, en empresas y autónomos, perso- nas que estaban entonces y -están ahora- preocupadas por la prevención, por los accidentes y por la productividad de las empresas, que viene a ser lo mismo aunque haya quien no lo quiera ver. La eclosión de los SPA Además de las mutuas, para gestionar la PRL de las empresas nacieron multitud de Servi- cios de Prevención Ajenos (SPA), y ya enton- ces empezó una guerra de precios que, con la crisis actual, se ha recrudecido hasta lími- tes fuera de toda lógica. ‘Baja temeraria’ se llama en contratación pública y es causa jus- tificada para no contratar. Entre los recién creados, hubo multitud de SPA que sólo se acreditaron en una o dos especialidades (seguridad en el trabajo y/o ergonomía y psicosociología). Los crearon principalmente prevencionistas, para poder ejercer en un nicho de mercado que descar- taba a las empresas con riesgos higiénicos, por el coste que suponía acreditarse. Más adelante se tomaron dos medidas de dudosos resultados. La primera, obligar a las Mutuas a separarse de sus SPA, y la segunda obligar a los SPA a acreditarse en las cuatro especialidades. Sobre la primera, el Tribunal de Cuentas seña- ló “la situación de privilegio de las mutuas res- pecto del resto de los servicios de prevención ajenos y la financiación encubierta de su activi- dad como tales con cargo a los fondos de la Seguridad Social que gestionan”. Por ello, el Gobierno se decidió a separar MATEPSS de SPA, aunque hubo quien apuntó alternativas más beneficiosas para todos los implicados, sobre todo para la Prevención, pero también para el beneficio empresarial de mutuas y SPA. Debemos tener muy claro que se tra- taba de crear una nueva profesión (prevencionista), profesión de con- tratación obligatoria por parte de todas las empresas, por lo que se iban a generar ele- vados movimientos económicos. En estas circunstancias hubo quien hizo lo imposible por obtener los máximos beneficios. En primer lugar, había que conseguir que esta nueva profesión de prevencionista no pudiera ser ejercida por autónomos, aun- que esa fuera la situación habitual en Europa. Por ello, aunque la Directiva Marco diga que: “Si las competencias de la empresa... son insuficientes para organizar dichas activida- des de protección y de prevención, el empresario deberá recurrir a competencias (personas o servicios) ajenas a la empre- sa...” (art. 7.3) En España se decidió obviar la referencia a personas, a profesionales, a técnicos, en beneficio de los servicios, de los Servicios de Prevención Ajenos (SPA). El resultado fue que, por primera vez en la historia de España, una profesión técnica no iba a poder ser ejer- cida por profesionales autónomos. Fue entonces cuando las Mutuas de Acciden- tes de Trabajo y Enfermedades Profesionales de la Seguridad Social (MATEPSS) crearon sus propios SPA, y, en la búsqueda de clien- tes, no tuvieron más que mirar hacia dentro, hacia sus propias empresas mutualistas, de las que se retroalimentaron en este nuevo “negocio”. Pero como España en esa época era un país de oportunidades (vivimos un crecimiento del 3,9% anual de la población ocupada entre 1994 y 2007, según la EPA del INE), también hubo otros que intentaron hacer negocio con la PRL.