Chile apuesta por la protección PROTECCIÓN LABORAL 74 | 1oTrimestre13 88 Chile en el punto de mira de inversores y exportadores La disminución de la demanda interna española debido a la recesión económica hace que muchas empresas vean en la exportación una salida, que, en muchos casos, se orienta hacia Iberoamérica por el vínculo de la lengua común. Existen otros motivos para que los industriales españoles miren a Hispanoamérica. En la actualidad, América Latina se perfila como un área emergente, con buenas perspectivas de crecimiento a corto, medio y largo plazo. En un entorno favorable en el continente sudamericano, Chile es el país con mayor estabilidad económica, menos barreras arance- larias, y más incentivos a la inversión extranjera. Este país andino tiene suscritos 21 acuer- dos de libre comercio. Por otra parte, España es el segundo país inversor en Chile, por detrás de Estado Unidos, lo que puede seguir acrecentando el flujo de capitales españoles por un simple efecto mimético y de oportunidad. En cuanto a la seguridad laboral, Chile tiene una legislación madura, definida por la Ley 16.744 de 1968, que creó el seguro social obligatorio contra riesgos de accidentes del tra- bajo y enfermedades profesionales, siendo también de interés el Reglamento sobre Pre- vención de Riesgos Profesionales de 1969. Otro factor a considerar es la siniestralidad. Cada día 767 personas se accidentan en Chile, lo que constituye un buen motivo para el desembarco de los fabricantes españoles de EPI. mano, de tal manera que al estar impregna- dos por la arena y partículas diversas que hay en las redes, se producen pequeñas abrasiones cutáneas que se convierten en diminutas vesículas sépticas dolorosas que en algunos casos pueden evolucionar a ver- daderos abscesos” (1). -Tendosinovitis de la muñeca de los pescadores Aparece como consecuencia de los movi- mientos repetitivos de la articulación de la muñeca durante la faena de pesca. Es típica de la labor de destripar el pescado durante largos periodos de tiempo. -Conjuntivitis de los pescadores Son típicas las inflamaciones agudas conjun- tivales provocadas por el jugo de vegetales marinos que ascienden con la red y contie- nen minúsculas partículas silíceas, responsa- bles de la afección ocular. Las conjuntivas se enrojecen e inflaman, presentando un aspecto escamoso (vesículas), que cursa con dolor. Dramatizar las dermatitis El pescador se enfrenta a múltiples problemas dermo-alérgicos por contacto, picaduras, etc. La mayoría de los productos irritantes son sus- tancias químicas que se clasifican como irri- tantes inmediatos o acumulativos. Los irritan- tes acumulativos son de naturaleza insidiosa, y el trabajador no suele reconocerlos como agentes nocivos porque la lesión tarda en apa- recer días, semanas o meses. El simple contac- to con las redes puede desencadenar este pro- ceso. La dermatitis empezará en la mano, pero puede extenderse a los brazos, la cara y todo el cuerpo. La seguridad, salud y la higiene de las manos no tienen alternativa, o si la tienen, ésta es más que lamentable y se manifiesta en forma de enfermedades... y su consiguiente corolario, la discapacidad. Por eso, la dermatosis no es una cuestión menor. Las dermatosis de con- tacto eccematosas, agudas o crónicas, son las más comunes. Pueden presentarse lesiones granulomatosas ulcerativas, neoplásicas, pig- mentarias, acneiformes o foliculares, y trastor- nos como el síndrome de Raynaud y la urtica- ria de contacto. Creemos que basta con destacar aquí las más ‘benignas’ de las afeccio- nes: dermatitis profesionales de contacto y onicomicosis, que puede conducir a una dis- trofia ungueal (atrofia de la uña). La dermatitis, que es consecuencia de unas condiciones insalubres para la mano, tiene un aspecto y consecuencias desagradables. Los síntomas de la dermatitis profesional incluyen el enrojecimiento de manos y antebrazos, picor, aparición y propagación de ampollas, pudiéndose llegar al agrietado y sangrado de la piel, con el consiguiente riesgo de infeccio- nes cutáneas. En una mano debilitada aparecerán otras afec- ciones oportunistas, por ejemplo, la onicomi- cosis (infección fúngica de las uñas), que constituye otro problema de salud de las manos expuestas a productos químicos. En el decálogo de las manos sanas, uno de los mandatos fundamentales será combatir la oni- comicosis, enfermedad que se transmite de individuo a individuo, cursa con molestias ini- ciales, picor y un cambio estético progresivo del estado de las uñas. Cuando la afección está avanzada, las uñas cambian ostensiblemente su aspecto y forma. La infección en la punta de los dedos puede llegar a ser dolorosa y pro- vocar la propia caída de la uña, que antes se habrá mostrado frágil y quebradiza. La onico- micosis tiene un tratamiento complicado, largo y pesado. Otra dolencia oportunista puede ser la paroni- quia, o inflamación del pliegue ungueal. La paroniquia aguda es un trastorno supurativo agudo que requiere tratamiento antibiótico y, a veces, tratamiento quirúrgico. Prevenir o lamentar: ¿cómo abordará su come- tido un trabajador que precisa destreza manual al manejar las redes o las artes de pesca, en una superficie de trabajo inestable por el oleaje, mientras experimenta una insu- frible comezón en la punta de sus dedos ‘devorados’ por una agresión química que no supo frenar en su momento? No hallamos res- puesta para una situación tan lamentable, y nos remitimos a la prevención como único medio de evitar situaciones tan incapacitantes como dolorosas (física, pero también social- mente, por un probable rechazo social). La higiene, capital La higiene es la única alternativa para la salud de las manos. Siempre se procurará el lavado de manos con agua y jabón de tipo neutro, así como realizar el secado de la piel con toalla o papel absorbente suave. También es reco- mendable el empleo de cremas de protec- ción, ya sean activas, pasivas, con silicona o sin silicona, según convenga. Las activas con- tienen sustancias quelantes como el ácido ascórbico, ácido tartárico, glicina, pirosulfato sódico, cloruro de bario, cisteína, etc., que actúan sobre la sustancia, antes de entrar en contacto con la piel. Las pasivas son las cre- mas ‘barrera’, que están disponibles con sili- cona o sin ella. El empleo de guantes es preceptivo en todas aquellas operaciones que lo permitan. Aun- que, para preservar la salud de las manos, es preciso observar unas sencillas normas sobre el uso de los guantes y la higiene personal. La buena práctica en este sentido consiste en descartar los guantes que se encuentren demasiado viejos o gastados, comprobar que