1oTrimestre13 | PROTECCIÓN LABORAL 74 Chile apuesta por la protección A bordo, son frecuentes las caídas por el movimiento de cabeceo y balanceo del barco, la falta de orden y limpieza y las aberturas del suelo el problema suele ser la sobrealimentación, así como el abuso de alcohol, café, o cuales- quiera otras sustancias con potencial noci- vo. A ello hay que añadir la falta de ejercicio, circunstancia compatible con el trabajo –generalmente duro- del personal enrolado en barcos pesqueros. -Carencia de médico a bordo, lo que dificul- ta la atención sanitaria directa. De ahí la importancia de la formación de los marine- ros en técnicas de primeros auxilios, y otros medios auxiliares, gracias al avance de las comunicaciones, como es el caso del tele- diagnóstico. Ateniéndonos a la CIE (Clasificación Interna- cional de Enfermedades) podemos hacer una lista no exhaustiva, en la que aparecen afecciones como: enfermedades digestivas, lesiones e intoxicaciones, trastornos muscu- lo-esqueléticos y del tejido conectivo, enfer- medades respiratorias, enfermedades der- matológicas, infecciosas, parasitarias, mentales... Las lesiones e intoxicaciones, enfermedades digestivas, enfermedades res- piratorias y enfermedades musculo-esquelé- ticas suponen un 70% del total. Y, en defini- tiva, la amplitud de dolencias a bordo en nada difiere a las que puede padecer cual- quier trabajador en tierra, con el agravante que supone el aislamiento de la embarca- ción en el océano. Algunas patologías específicas del pescador Sin duda, la mano, principal ‘herramienta’ de trabajo del operario pesquero, constituye el órgano diana de las lesiones y múltiples afecciones. Entre las patologías específicas se encuentran: -Infecciones de dedos y manos En forma de micro-lesiones o lesiones más severas, esta problemática se debe, por lo general, a pinchazos (alambres, espinas de pescado,...), y posterior contaminación por bacterias del propio pescado o de los obje- tos manipulados. La bibliografía de SEMM nos recuerda que “son frecuentes los pana- dizos (infección alrededor de la uña), la infección del espacio palmar, las linfangitis y los ‘forúnculos de agua salada’. Estos últi- mos surgen como consecuencia del roce de los puños de los impermeables de los pesca- dores con la piel de la muñeca y dorso de la de plantas de elaboración (42.000), opera- ción y administración de la flota (6.000), centros de cultivo (26.000). Destaca la ocu- pación femenina en este sector, que llega al 40% en las plantas de elaboración. La pesca industrial se inició en los años 50 del siglo pasado, con barcos de madera de 40 a 50 toneladas. Actualmente, más del 80% de las capturas tiene como destino la exportación. Pesca: sector de riesgo Existe una diversidad de factores que pue- den influir directamente en la salud e integri- dad física del marinero, y que están presen- tes en las flotas de pesca pese a la modernización que ha experimentado esta actividad en las últimas décadas. Como regla general, pueden establecerse distintos facto- res, atendiendo a la clasificación de Vuksa- novic y Goethe: -Cambios macroclimáticos y microclima del buque. -Los movimientos del buque, que además de provocar cinetosis (trastorno debido al movimiento) en el 95% de los marinos en alguna ocasión, pueden constituir un factor de estrés. -Ruidos y vibraciones a bordo, contaminan- tes físicos del medio ambiente laboral y de los espacios habitables, que entre otras consideraciones pueden incrementar la carga físico-psíquica, originando una reducción considerable de la capacidad de recuperación. -Jornada de trabajo que es dura y prolonga- da, especialmente en los buques pesqueros (no es extraño que, para algún tipo de cap- turas, se trabaje a destajo). -Factores psico-sociales. Ineludiblemente, el marinero o pescador forma parte de un grupo humano reducido que se aísla en alta mar, sufriendo además un gran desarraigo familiar y social. Estas circunstancias se dan con una mayor intensidad en las tripulacio- nes de buques pesqueros. -Desórdenes nutricionales. Frente al hambre y la desnutrición consustanciales al oficio de marinero en siglos pasados, en la actualidad, Siniestralidad laboral en Chile: reducción histórica en 2012 El pasado noviembre cayó a su mínimo histórico la tasa de accidentes del trabajo entre las empresas afiliadas a la ACHS (Asociación Chilena de Seguridad), situándose en un 4,74% para el periodo de los últimos 12 meses. Esta reducción supone haber evitado 10.300 acci- dentes, que habrían supuesto la pérdida de hasta 176.000 jornadas laborales, según datos de la OISS, Organización Iberoamericana de Seguridad Social. Entre las pymes, la cifra dis- minuyó a un 5,51%, lo que es calificado como un hito mayor, dadas las dificultades para hacer prevención en las pequeñas empresas. Los sectores con mayor accidentalidad son la pesca, industria manufacturera, el transpor- te, la construcción y la agricultura. En todos ellos las tasas se encuentran por encima del 8%, cuando la tasa general se encuentra en el 6%. Las mayores tasas de mortalidad se pro- ducen en los sectores de la agricultura, la construcción, el transporte y la explotación de minas y canteras, donde prácticamente se multiplica por cinco la media (29,6 trabajado- res muertos por cada 100.000, frente al 6,5 general). Los datos de siniestralidad de la minería contrastan con la política preventiva que desplie- ga ese sector. Según la ACHS “en el sector minero es bastante parejo el alto nivel de com- promiso en seguridad laboral de todas las grandes compañías mineras, todas las cuales son muy proactivas en el tema de evitar los accidentes laborales tanto del personal propio como del personal de sus contratistas”. 87